por Elena Rubio Viagel
Permítete.
Permítete ser tú y otras veces, no querer serlo.
Permítete sentirte de mil maneras. Permítete llorar, gritar, resetear de nuevo.
Permítete tus bajones, tus mañanas grises y tus enfados de media hora. Permítete tus días lluviosos. Permítete llenarte de humedad y no querer secarte.
Permítete descubrirte.
Permítete tener la mente en blanco o en colores.
Permítete bailar a las cuatro de la tarde y de la madrugada. Permítete respirar un día de recuerdos y otro, alimentarte de ellos. Permítete hablar contigo y de mí.
Permítete ver las estrellas y dormir bajo ellas.
Permítete volar. Volar sin pensar en la caída y caer sin pensar en el vuelo. Permítete caer mil veces y retomar el vuelo solo una más.
Permítete recordar ese café y esa copa. Permítete ser la persona que más quieras.
Permítete querer volver atrás o querer avanzar.
Permítete la vida para poder llamarla así. Permítete mucho.
Permítete.