‘Space jam: A new Legacy’, antideportiva por “malota”

No tenía pensado escribir sobre Space Jam: A new Legacy, pero he salido tan indignado del cine, que me sentía con el deber de sacar la katana.

Empezaré contando un hecho. Resulta que cuando fui a verla, a eso de los veinte minutos de película, una gran parte de la sala se levantó y se fue.

De sobra sé, y yo el primero, que la nostalgia es un  punto fuerte de los fans. Aunque partiendo de la base, que LeBron nunca será Jordan, no estamos ante un buen trabajo.

La p**** de LeBron James

Igual hubiera sido un título más acertado. Aunque vaya, la película trata de cómo una maquina del basket, es tan “algoritmo” que no sabe ser padre. En esas que LeBron no entiende la idea y dice “mi vida es el baloncesto. No puedo perder tiempo con esto”

Pasan cosas y tiene que salvar a su hijo, jugando a baloncesto claro está, de un ente cibernético malvado creado desde el universo de Warner.

Si al final de la película, todavía no sabéis que personajes de dicha marca pertenecen al universo, es que el spot de hora y media no funciona.

La verdad es que lo que más he leído y escuchado, es que se podría hablar de Ready player one: basket version. Así que mis dieces, a la rama marquetiniana, por que funciona y tal vez, sea lo mejor de la película.

Para muestra un botón, los niños de mi alrededor emocionados por localizar referencias. En parte lo entiendo, porque se intenta hacer visual una nueva era. La generación de los mil impulsos, con la atención dispersa y multiestímulos varios.

No voy a mencionar el penoso doblaje de Lola Indigo. Otro manera más de cargarse los buenos recuerdos.  Tampoco voy a entrar en la polémica de la censura sexista, que han tenido diversos personajes del mundo Looney. Un par de detalles más, de lo que es esta generación de cristal.

Acuchillar se ha dicho.

He tenido que estructurar mediante audios a amigos y amigas, para abordar este punto.

Empiezo:

  1. LeBron James

Te lo he dicho al principio, no eres Jordan. Recuerdo que en la antigua, lo narrado se mezclaba con lo real de su historia. En esta le ha intentado ficcionar y dotar a LeBron de interpretación, y ha sido un error. Huele demasiado a ego de superestrella. Tu carisma, en la cancha, En la pantalla no brillas.

  1. La narrativa

Desde mi punto de vista, he visto boquetes gordos. Tanto en ritmo como en incoherencias.

Por un parte, los Looney Tunes mencionan que les suena eso de dicho enfrentamiento, pero luego no saben jugar. Digo yo que en algún momento se podrían acordar. Luego en ritmo, va variando de muy frenético a un drama forzadísimo que a  LeBron no le pega nada.

Aquí salvo la parte del reclutamiento, tal vez sea de lo poco que me haya gustado. Se come gran parte de la película y solo aporta, más estímulos comerciales de Warner, pero esta bien tirado.

  1. La banda sonora

En ningún momento me ha atrapado y me ha transportado a su contexto. Lo cierto es que es complicado cuando todo lo que se ve es animación en 3d. Es más salí del cine y ninguna canción me sonaba, como aquel “I believe I can fly” (aquí tiro de romanticismo nostálgico) Es más cuando la veáis, iros a Spotify y escuchar ambas bandas sonoras y me contáis.

  1. Intratextos

Esto es algo más mío, pero los valores de un padre déspota que explota a baloncesto a sus hijos, a mi no me suenan bien. Para ser una cinta familiar, deberían plasmarse valores más ligeros y entretenidos, sin que fuercen el drama fácil.

Valores como la amistad, el trabajo en equipo, la creatividad, el sacrificio o el esfuerzo, se ven algo desdibujados por las ganas de lucirse con los efectos especiales y la animación.

  1. Universo Warner

Siempre me ha parecido una idea buena. Tienes muchos mundos e infinitas posibilidades para mezclarlos. Algo semejante a la película de Lego.

Aunque en esta ocasión, es excesivo el uso de referencias vacías que solo llenan cuadro. Pienso que la película tenía que haber sido de los Looney Tunes y en ella saliera LeBron James y no, al revés como ha sido.

Es más, si al guionista o guionistas de turno les hubiera dado por pensar, podrían haber construido un equipo con personajes más tops y entre ellos meter a algún Looney.

  1. Los malos

El villano principal, a pesar de a ser un algoritmo, se le otorgan sentimientos de persona humana y por tanto, por mucho que le demos a la ficción, me cuesta creérmelo.

Además se las da de super tecnológico, con todas las herramientas para cambiarlo todo y luego, es el hijo del protagonista quien le da la solución. Agujero de guion.

Ahora al equipo de los malotes. De primeras, que están tan mal introducidos que te hablan de ellos a bote pronto y ni siquiera tienen un mínimo de racional narrativo. No sé, porque un halcón, porque una víbora etc etc. No digo que me los presentes como si fueran los villanos de un anime, pero al menos dales alguna lógica de ser.

  1. El partido final

Aquí fue donde más me dolió la película. Ya no por cinéfilo, si no por deportista. Esta bien que sea un partido entre seres cibernéticos y que es una peli de ficción. Vale lo compro. Lo que no tolero es el insulto al baloncesto que supone.

Partiendo de que la puntuación carece de ninguna lógica, ni para ser un videojuego. Siguiendo por la mala imagen que se da del deporte en si mismo. Donde el mensaje que te dejan es “tienes que ser una maquina para ser profesional y obligar a tus hijos a ser como tú” ¿Dónde queda lo de luchar por tus sueños? ¿El esfuerzo y el sacrificio? ¿La amistad en la cancha?

Como de lo corto que se vuelve el enfrentamiento. Oye, no sé igual es lo que la gente quiere ver y no el dramote, de papa James.

Teniendo en cuenta el chusco de peli que es, se agradece que dure poco. Aunque vaya, lo que quieres ver es un partidazo y lo que te ofrecen, es un encuentro de unos veinticinco minutos, donde todo ocurre de forma forzada, en pro del drama fácil y del miembro de Lebron.

Podría seguir con algunos puntos más, pero quisiera que te comprarás una entrada y la fueras a ver.

A mi no me gusta nada, ni como amante del baloncesto, ni como amante de los videojuegos, ni como fan de los Looney tunes y todavía menos, como película.

La película es una constante de querer y no poder, en la que te dan muchas muestras pero ningún producto sólido. De hecho hasta me parece peligrosa para las nuevas generaciones, que al fin y al cabo, es a quienes va a dirigida. A los amantes del fast food, del like por el like y esclavitud de la inmediatez.

Espero os gusten las películas hechas en los despachos, sin ningún cineasta en la sala.

Final del partido.