Nervous breakdown at work

Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

La libertad de expresión no existe

¿Cuántas veces has oído a alguien defender sus insultos o bromas, sus troleos o meadas fuera de tiesto, diciendo que eso, y solo eso, era Libertad de Expresión?, ¿y cuántas de esas personas, incluso en el mismo día/hora/minuto, se han enfurecido como perros salvajes cuando a ellos les dicen/hacen cosas del mismo estilo?

Pues bien, eso, y solamente eso, es la primera prueba, y la más importante, de que ese “genio”  no defiende o entiende la verdadera libertad de expresión, sino únicamente la suya y la de su rama ideológica/identitaria/política/religiosa.

Y lo peor no es eso, porque de tontos está el mundo lleno, no señor, lo verdaderamente malo y perverso es que día a día, sin que nos demos cuenta, es esta mentalidad de lo que digo yo debe ser respetado pero lo tuyo no la que va ganando terreno y convierte algo tan sencillo como ser libre a la hora de hablar u opinar en una triatlón brutal lleno de baches laborales, fuegos ajenos amenazantes, lloricas idiotas y, lo que es peor, el amparo de todo el mundo a la hora de asentir ante una censura tan vil y repugnante que podría acarrearle un puesto vitalicio al susodicho genio en la ejecutiva de Lenin.

“lo verdaderamente malo y perverso es que día a día, sin que nos demos cuenta, es esta mentalidad de lo que digo yo debe ser respetado pero lo tuyo no la que va ganando terreno”

Perdón, no me he presentado: me llamo Manuel Gris, y me han cancelado en Twitter, en el fandom literario de festivales como Celsius e Hispacon (si no los conoces, pues eso bueno que te llevas), en la asociación que yo mismo fundé (convertida a día de hoy en un trampolín para trepas que anteponen los amiguismos y las modas a las buenas historias y el valor de escribir sin miedo), y de una editorial cuyo jefe, mi ex editor, me tiene bloqueado en redes sociales y solo me hace casito cuando le pido libros para venderlos por mi cuenta, ya que en los stands que monta con su preciosa bandera de fondo he sido más que expulsado.

¿Y sabéis lo más gracioso de todo, lo que de verdad me hace descojonarme de risa y no vivir en el cabreo constante?, que todos ellos, hace unos años, se daban golpes en el pecho por la libertad, señalándose como abanderados de la gallardía eterna, hasta que se han dado cuenta que formando parte del engranaje es más sencillo vender (basura, en su mayor medida).

Eso es lo que esta convirtiendo nuestra sociedad en una censura constante, amigos, el hecho de que sin darse cuenta, o adrede, la mayoría prefiere estar callado o decir y defender lo que todos defienden (incluido el sistema y sus líderes), a pensar por si mismo y tener una personalidad propia.

Pero, claro, ser uno mismo a veces trae problemas; como a mí y muchos como yo.

La libertad de expresión ha muerto definitivamente en nuestro país, y solo hay que salir a la calle para descubrirlo; todos son fotocopias idénticas que solo buscan el beneplácito de los demás como un yonqui su próxima dosis.

Porque sí, porque es más sencillo vivir dejándose llevar por el río que pisando las piedras del fondo y tratar de llegar hasta lo que sea que hay detrás de aquella colina. ¡Y pobre de ti que se te ocurra ponerte de pie!

Si una película dicen que es buena, pues a aplaudir; si un grupo dicen que es bueno, pues a bailar; si en la portada de un libro pone BestSeller, pues a leer; si a ese no le habla este, pues que le den porque algo habrá hecho; y así con todo.

Es más sencillo cancelar algo y apoyarlo con el silencio que pararse a pensar en qué y por qué se dice, y quién lo dice, para después pensar un segundo y, ya si eso, construir una opinión propia y argumentada. ¡Pero no, por Diossssss bendito!, ¡no hay tiempo que perder!

La libertad de expresión ha muerto definitivamente en nuestro país, y solo hay que salir a la calle para descubrirlo; todos son fotocopias idénticas que solo buscan el beneplácito de los demás como un yonqui su próxima dosis.

Las cosas tienen que cogerse al vuelo y si ese locutor, ese escritor, ese músico, aquel ministro, aquella portavoz o esa presidente de la comunidad dicen algo que los afines a mí critican, ¡yo también! ¿Qué más da si tiene parte de razón o toda la del mundo?, es mejor decir que esta loca, o es un facha, y poner todo mi empeño en conseguir por todos los medios que cualquiera que no hable como ellos sea silenciado y eliminado (en las redes).

La libertad de expresión no existe porque no sabéis lo que es, porque os empeñáis en querer silenciar a los que no os gustan en lugar de, simplemente, pasar página y dejarle hacer; eso no es tan divertido, ¿no?

Lo que verdad se la pone dura a todos es el poder que da conseguir que varios cientos de becerros les sigan en un aquelarre de calcomanías cuya única finalidad es callar las voces diferentes; es decir, peligrosas. Es decir, libres.

¿De verdad es necesario eliminar a alguien de la historia, censurarle, callarle, para que otros, a los que no les importas una mierda y en cuanto puedan te lanzarán por un pozo, no te señalen como amigo de…?

Yo quiero que todo el mundo hable y diga lo que quiera, ¿lo quieres tú?