Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Algo de love, mucho death y pocos robots, Volumen 2

Netflix ha estrenado su segunda temporada de la serie Love, Death and Robots y aunque los planteamientos muy muy específicos tienen sus cosas buenas y malas. Para empezar por lo bueno, y así duela menos la puñalada, diré que si es bueno, si está claro y, sobre todo, es novedoso, uno puede encontrarse con una buena competición encubierta de cortos, relatos o incluso canciones, y digo “competición” porque, inconscientemente, todo consumidor va a estar poniendo nota lo que se le ponga delante en estos casos.

Y no lo hacemos por fastidiar o desmerecer un trabajo antes que otro, sino porque, simplemente, si las pautas son esas y no hay vuelta de hoja, la imaginación y talento de las personas que han trabajado en ella debe pulirse más, hasta el límite, para que uno diga esto es por esto y lo otro, ¡que buena idea tuvo!

Por eso, normalmente, prefiero las antologías de varios autores que una hecha por uno sólo; así hay diferentes ideas y manos, sorpresas y estilos, y no a una misma persona lamiéndose el trasero a cada segundo que invertimos en ese producto.

Ahora viene el tajo en el estómago.

En esta segunda edición de Love, Death and Robots, sinceramente, creo que cogieron la buena idea (que en los anteriores 18 cortometrajes hizo que sorprendiera por los diferentes estilos que había pero, siempre, con algo en común) y la apartaron por querer publicar historias que nada tenían que ver con la premisa inicial: que hubiera amor, muerte y robots.

Era simple, ¿verdad? Sólo son tres palabras… Pues al parecer no.

No me malinterpretéis, el trabajo artístico que hay en cada uno de los 8 cortometrajes que nos da esta segunda temporada es monumental, inmenso, del que hará temblar a Pixar o Dreamworks hasta el punto de, si no es así, contratar a muchos de los creadores; pero que algo sea impactante o bonito o hace que sea interesante y, desde luego, no lo convierte en disfrutable.

Al tema…

Hay dos muy buenas historias (Servicio de cliente automático o la espectacular Hielo), una joya digna de ver mil veces (Respuesta Evolutiva) y una locura que te deja el culo roto (Por toda la casa), pero esto hace que la otra mitad sea, en tema guión e idea, bastantes inocentes, simplonas, mil veces vistas o estén fuera de lugar.

Y eso que la mencionada Por toda la casa no tengo ni puñetera idea de qué hace en esta antología (¿por qué es terror y eso acarrea muerte?, ¿por qué habla de la Navidad y eso es amor?, ni idea…), igual que La hierba alta, que tiene un estilo como hecho de papel (de los mejores de esta temporada), pero todavía me preguntó qué tiene que ver con la muerte, el amor o los robots si no muere nadie, no hay besos o algo, y lo más cercano que hay a un robot es un tren de los años 30.

Mucho realismo y poca animación

También la primera temporada, si bien no era en todo momento brillante, tenía algo que le he echado mucho de menos a esta: el estilo de animación, porque en esta segunda temporada la gran mayoría es realismo puro, casi rozando la captación de movimiento de actores, lo que hace que no tenga tanta sorpresa o le dé a cada historia una personalidad única e incomparable.

El humo del tabaco, el agua, el polvo, el sudor o los movimientos de los personajes están muy bien hechos, y es increíble que la animación por ordenador haya llegado a estos extremos, pero si piensas en Yogur del poder, La testigo, El vertedero o Historias alternativas pues, la verdad, si sale otro actor famoso poniendo cara a una historia futurista sin mucha inspiración, pues la sorpresa y el asombro dura dos segundo y el resto del tiempo te lo pasas mirando al vacío.

Love, Death and Robots es de lo mejor que ha producido Netflix nunca (que sabiendo la de mierdas que sacan es más para alegrarse de que aplaudirles), y como amante de las historias extrañas y novedosas pues sigo considerándome un gran fan del producto, pero eso no quita que me haya convertido en un forofo de fútbol o el votante de un partido populista, y por eso cuando algo ha bajado el listos, pues se dice: como acabo de hacer.

Pronto nos llegará la tercera y, con ella, 8 nuevas historias que, ojalá, nos haga volver a disfrutar de buenos guiones y mejores efectos digitales.

Y si no pues, bueno, volveré a los libros y apagaré otra vez la tele.