Repasamos 7 títulos imprescindibles que han ayudado a visibilizar todo tipo de relaciones humanas en el séptimo arte
De 1931 es el primer filme sobre una relación lésbica –Muchachas de uniforme, dirigida por la alemana Leontine Sagan-, demostrando que de manera más o menos clara las personas LGTB+ han estado presente en toda la historia del cine. Desde los tan brillantes directores homosexuales: Pasolini, Fassbinder, Van Sant o Almodóvar… hasta cada operario de cámara, guionista o realizador que han roto los tabúes ancestrales y han encontrado una manera de hacer eco del Orgullo en la gran pantalla.
Por eso, hoy repasamos 7 títulos imprescindibles que han servido para normalizar temas como la identidad de género, la orientación sexual o el cambio de sexo.
1. Pride (Matthew Warchus, 2014)
Basada en hechos reales, el filme cuenta la historia de un grupo de activistas LGTB que, al darse cuenta que compartían con los mineros de carbón el desprecio hacia Thatcher y sus armas políticas, decidieron crear la campaña Lesbians and Gays Support the Miners (Lesbiana y Gays apoyan a los mineros) para ayudar en las huelgas británicas de 1984. La película muestra de gran manera el junte nunca antes visto y logra en ti una sonrisa del orgullo de un pueblo.
2. Moonlight (Barry Jenkins, 2016)
Producida por A24 y arrebatando el Oscar a Mejor Película a La La Land -con aquella famosa equivocación-, nos cuenta la vida de un joven que crece en los suburbios de Miami. Lo hace a través de una excelsa fotografía y magistrales interpretaciones por parte de los actores que dan vida al protagonista en tres diferentes etapas y que mantienen la autoestima y dignidad necesaria para ser un homosexual afroamericano en territorios marginales.
3. Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999)
En toda la filmografía del director manchego hay brillantes retratos sobre la comunidad LGTB+ española, pero en esta obra maestra, que se alzó con el Oscar a Mejor Película Extranjera, el personaje trans interpretado por Antonia San Juan nos arañó el corazón con aquella frase: ”Porque una es más auténtica, cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma” y consigue hacer girar al resto de personajes también genialmente construidos.
4. Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019)
Fue un fenómeno en las críticas de todo el mundo y rápidamente también entre los espectadores de a pie. Ambientada en la Francia de 1770, con maestría y elegancia la obra nos introduce en un entorno doméstico dominado por la relación entre dos mujeres: una pintora y la mujer a la que debe retratar. Su intimismo y delicadeza en cada plano, se entrelazan con la fuerza de las interpretaciones de un deseo y anhelo prohibidos.
5. Mi Idaho Privado (Gus Van Sant, 1991)
Protagonizada por Keanu Reeves y -el ya leyenda- River Phoenix; es una road movie de búsqueda de la identidad en la que dos jóvenes chaperos viven el amor entre traumas del pasado y tragedias futuras -reflexionando sobre temas como la masculinidad, la bisexualidad o la familia elegida-. Su estilo noventero es marca del director y supuso un antes y un después en un cine gay donde lo más destacado había sido el thriller de Al Pacino: Crusing (1980).
6. Boys Don’t Cry (Kimberly Price, 1999)
Basada en hechos reales, presenta la historia de un hombre trans, Brandon Teena -intereptrado por una inmensa Hillary Swank-, quien es víctima de todo tipo de abusos tan solo por mostrarse como es él. Es una obra cruda en la que la violencia contra las personas trans está presente y estremece, pero fue pionera en el cine social que denuncia estos temas.
7. Happy Together (Wong Kar-Wai, 1997)
Antes de su conocidísima Deseando Amar, esta obra acerca del amor queer le valió el premio a Mejor Dirección en Cannes. En ella nos encontramos a una pareja que traslada su amor desde Hong Kong a Buenos Aires teniendo que hacer frente a la pobreza, la enfermedad y la condición de inmigrante con el amor que desprende el guion y la fotografía.