The inmortal life of Henrietta Lacks

La Famosa Anónima

The inmortal life of Henrietta Lacks es una película que comprende muy bien lo que es el ritmo narrativo. Sabe muy bien lo que una sucesión de planos bien colocados pueden acontecer en el corazón, mente y espíritu del espectador.

Ya de por sí su argumento toca un tema realmente espinoso. ¿Conocéis las células HeLa? Extraídas de una enferma de cáncer uterino se convirtieron en un milagro médico sin precedentes al tratarse de un cultivo celular que puede dividirse un número ilimitado de veces (obteniendo así el nombre de “células inmortales”) y que benefició a miles de investigaciones médicas (cura de la polio, avance contra el cáncer, sida, etcétera), a la vez que dejaba en evidencia el código deontológico y moral de los estatutos médicos al ser extraídas sin el consentimiento de una paciente afroamericana de clase baja. Negándosele el reconocimiento que se merecía hasta casi 20 años después de su muerte (Henrietta Lacks = HeLa, para mantener el anonimato).

Pero todo este “barriturrillo” médico solo sirve para darnos un contexto. Una información importante que apenas tienen un protagonismo compartido con los créditos de inicio y que se usan para contarnos de forma amena lo que este descubrimiento significo social y científicamente, y así luego relegarlo al banquillo, convirtiéndolo en un mcguffin que moverá la trama hacia lo que realmente importa; el descubrimiento de Deborah Lacks sobre su desconocida familia. Un acercamiento existencial a su “Yo” como actante y causante que nos responderá la pregunta: ¿Cómo una madre puede forjar un lazo tan fuerte con una hija que apenas conoció?

Rebecca Skloot (Rose Byrne) quiere escribir sobre Henrietta Lacks, la mujer que hay detrás del descubrimiento y para ello busca ayuda en su hija Deborah (Oprah Winfrey, que está majestuosa). La jovialidad de la primera trunca con la dureza de la segunda, y poco a poco se van sumergiendo en el drama familiar que supuso el descubrimiento médico para los Lacks. Deborah apenas conoció a su progenitora y apenas entiende las implicaciones científicas que supusieron sus células. ¿Cómo pueden estar vivas 60 años después de la muerte de su madre? Solo sabe que cuando era una adolescente le sacaron varias veces sangre para “no-sé-que” experimento médico ligado a su herencia genética (llegando a creer que tenía cáncer igual que su madre) y obteniendo de regalo una información llena de tecnicismos sin significado para ella; y un cruel desinterés por parte del hospital al agradecer una participación que ni siquiera tuvo el honor de ser voluntaria.

Pero repito, aquí lo que importan son las consecuencias. Lo que significó para los Lack este vacío en el descubrimiento y lo que Deborah va descubriendo sobre su madre y su hermana Elsie de la mano de Rebecca Skloot. Como todo esto afecta existencialmente a una mujer que solo quiere sentirse más cerca de sus familiares, y así rellenar los huecos de su vida. Por ello digo que The inmortal life of Henrietta Lacks es una película que entiende muy bien el valor del ritmo narrativo. Su discurso nos transporta a ritmos de Blues desde lo hermoso hasta lo espantoso del descubrimiento, jugando elegantemente con el lenguaje audiovisual. Puede hacerte esbozar una sonrisa, y luego utilizar la calma que acontece a la tempestad para desgarrarte el pecho cuando toca los temas sociales más dolorosos ligados a la religión, los clasismos, el racismo e incluso al abuso. Todo esto sin perder un ápice de su base de ternura y respeto por los acontecimientos que Deborah vivió junto a la escritora, y que supusieron el best-seller que realmente hizo inmortal a Henrrieta Lack. La película se pasa volando y es de las pocas agraciadas historias que cuando terminan realmente sientes que has aprendido algo vital. Un conocimiento que no te dejará indiferente a la hora de colocarlo en la maleta de nuestra sabiduría existencial.

HBO España nos trae una película hermosa. Visualmente tal vez le falte un empujón (por sacarle algo malo, que lo mío me está costando) respecto a los niveles de brillantez que tienen el guión, bso, actuaciones y ritmo narrativo. Pero ni es un fallo ni adolece a una cinta que solo quiere hacernos partícipes en como los lazos de un familiar casi desconocido, pueden traernos una razón para lo bueno y lo malo que hemos vivido.