¿Por qué politizar ‘Sound of Freedom’? El filme de Jim Caviezel que denuncia el tráfico de niños

Llega a España la película que, de la mano de Jim Caviezel, está siendo un fenómeno de masas mundial.

Seguramente hayas oído hablar de Sound of Freedom (Sonido de Libertad)… Una película de acción dirigida por Alejandro Monteverde que se ha propuesto levantar al espectador contra el tráfico sexual de menores, pero que ha caído en debates y conspiraciones que tapan el verdadero valor y mensaje de la obra.

Se le ha acusado de todo: de ultraconservadora, conspirativa, de atentar contra el orden de América, pero también se ha vendido como el golpe total a las mafias, como la obra que cambiará la sociedad a mejor y que el poder no quiere que veas… Aviso a navegantes: no es nada de esto; Pero tampoco lo necesita.

Un thriller de acción más que válido 

Antes de hablar de todo lo que aporta y propone Sound of Freedom; hay que aclarar que el nuevo filme de Alejandro Monteverde es un blockbuster policiaco -basado en hechos reales- que funciona por sí solo.

Jim Caviezel (Jesucristo en La Pasión) se mete en la piel de Tim Ballard, policía y padre de dos niños que investiga casos relacionados con las redes de pornografía infantil. Sin embargo solo ha podido capturar a pedófilos estadounidenses y no ha logrado salvar a ninguno de esos niños que son raptados en Latino América.

Por lo que decide dejar su trabajo y hogar, combatir directamente la raíz del problema y plantar cara a los monstruos detrás de estas redes de pornografía infantil.

Cruda, pero no morbosa

Con la violencia intrínseca que respira una cinta de estas características es difícil ser sutil y no agobiar al espectador medio, pero una dirección precisa consigue bordear lo explícito en todo momento. No cae en abusar de imágenes que afecten al público, es inteligente, sutil y no se excede con las imágenes de agresión. Con la carga dramática y la brillante labor de todo el elenco es más que suficiente.

Es un ejercicio cinematográfico interesante. Maneja el suspense y el drama con soltura. Consigue emocionar y aún así regala momentazos de acción para dar hueco a la esperanza. Esperanza construida con la imagen de un héroe.

Una película optimista

¿En un mundo como el que nos muestra la cinta hay hueco para la esperanza? Realmente sí. Siempre que siga habiendo personas que sigan luchando, habrá esperanza. Y no solo lucha Tim Ballard (el héroe mesiánico que construye la cinta); en palabras de Jim Caviezel «los verdaderos protagonistas de esta historia son los dos hermanos protagonistas». Lo son porque ellos viven el horror en sus pieles y aún así luchan por mantenerse vivos y salvar al otro.

«Los niños de Dios no están a la venta» (Frase central de la película)

No sé si conseguirá ser La cabaña del Tío Tom (libro que despertó la lucha contra la esclavitud en Lincoln) de nuestra era, como se ha propuesto el equipo del filme, pero sí que seguirá dando que hablar y moviendo conciencias. Porque 3,3 millones de niños están en situación de esclavitud y casi dos millones de esos niños son explotados sexualmente… y sinceramente. No se habla lo suficiente.

 

Con solo 15 millones de presupuesto se ha convertido en una de mis favoritas del año. Aquí el tráiler.