Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Reseñas de libros que nunca leeré: el de la Leticia Sabater

Sí amigos, he vuelto a retomar esta sección pero, por desgracia, no por gusto. Ni mucho menos.

El verdadero motivo es avisaros de que dentro de muy poco va a caer un meteorito literario de tal envergadura en nuestro país que de existir los dinosaurios creo que no morirían, sino que implosionarían de puro terror antes incluso de que el planeta se viera afectado, porque esto es muy grave:

Leticia Sabater va a publicar un libro.

(Pausa para gritos histéricos, gente corriendo llevándose por delante carritos de bebés y coches y demás gente, e imágenes de roturas de escaparates para robar lo que haya dentro debido a la locura que posee a todo el mundo)

¿Seguís vivos?, ¿no os ha dado un ataque de risa o de rabia y habéis saltado por la ventana? Pues si no es así tampoco lo hagáis; ya lo hará la cultura y el mundo de las letras por nosotros en cuanto se den cuenta de lo que va a pasar.

Y ojo, no sé ni de qué va, desconozco el género o la extensión o si tendrá dibujos a todo color o la portada la hará un ilustrador famoso (y que permanecerá en el anonimato por seguridad), pero hay libros que con solo saber el autor, solo con conocer algunos rasgos de su vida y su pasado, ya podemos intuir sin miedo a equivocarnos que ni va a vender mucho ni la historia valdrá de verdad la pena.

Podríamos decir que es como cuando sale un libro de Stephen King: todos sabemos que va a ser bueno incluso si no tuvo un buen día.

Pues en este caso igual: es la del LetiRap, la de la Salchipapa, la de los 18 centímetros, la que se ha operado los brazos y las abdominales para “parecerse” a Madonna y cuelga fotos de ella misma desnuda en sus redes sociales fardando de lo bien que le ha salido la operación.

Así que de ante mano todos sabemos, incluso los de la editorial que dudo mucho que se hayan leído una sola página del libro, que va a ser un ñordo igual de grande que el agujero de la capa de ozono que han creado los botes y botes de tinte rubio que esta pobre desquiciada se ha gastado en su vida.

¿Y dónde está el problema?

Podría parecer que en ningún lado, porque en cuanto salga vamos a tenerlo hasta en la sopa y va a ser el meme de moda durante la semana que dure esta mierda de noticia, vale, pero igual de rápido que va a aparecer morirá en el olvido, así que no va a hacernos mucho daño que digamos.

Pero sí que hay un problema, y gordo, y es que el papel y el tiempo que se va a invertir en esta mujer, en ese insulto a la civilización evolucionada, no se va a gastar en libros de verdad, en autores que valen la pena y que han currado y luchado mucho para conseguir tener su novela en el mercado, haciendo este hecho que nuestra sociedad sea además de un poco más injusta, mucho más estúpida y sin sentido.

No sé si las personas responsables son conscientes de que nadie, NADIE, que valga la pena ser llamada Lector va a comprar este libro, igual que pasó con el de Pedro Sánchez.

No creo que se hayan dado cuenta de que entre manos tienen el “libro” de alguien que es el ejemplo viviente de que las estupidez y la falta completa de valores, de alguien que sube a un escenario y, delante de un grupo de niños de apenas quince años, se pone a cantar cosas que harían sonrojar no solo a los que se inventaron la música, sino también al que invento la vergüenza y la falta de gusto por una vida digna y útil.

Porque que se le publique un libro a un persona que representa, por mucho que nadie quiera darse cuenta, el trap más machista y soez, y que es el ejemplo viviente de cómo nadie debería comportarse por dinero (además de que va de feminista cuando se dedica a denigrar a las mujeres con cada movimiento “sexy” y beso “lujurioso” que lanza en sus patéticos videos de internet), es no solo un nuevo ejemplo de lo rápido que nos estamos yendo a pique como seres humanos, sino también que la cultura y la inteligencia hace tiempo que han sido prostituidas para lograr algo que no sirve en realidad para nada aunque al final todos corremos detrás de él: el dinero.

El dinero hace que las personas seamos más gilipollas de lo que traemos de fábrica, y consigue que mirarnos a veces al espejo sea una tarea difícil de llevar a cabo sin ponernos a llorar, pero para muchos el fin justifica los medios, aunque estos medios signifiquen dejarse neuronas y decencia por el camino que lleva a la meta llena de barro y con olor a heces de vaca alimentada con bebés abortados.

Así que, amigos, la cuenta atrás ya está en marcha y pronto las librerías recibirán un nuevo ejemplo de porque la literatura es la forma artística que menos se respeta y se consume en nuestro país.

El respeto que le tienen algunos, tanto dentro como fuera de ella, hace que cada día que pasa tenga más ganas de pillarme un taser por internet y empezar a quitar de en medio a toda esta panda de ovejas ciegas e idénticas entre sí que destruyen con cada letra que escriben la barrera que separa una buena historia de un panfleto demasiado caro y que solo consumen idiotas como el autor, el jefe de la editorial, y un pequeño séquito de perritos lameculos.