PRIMAVERA SOUND 2019 | 31/05 |

El día en que TODO salió a pedir de boca

NFX (NIGHT PRO) 20.00 (7)

Nada más entrar al recinto del Primavera nos encontramos con un escenario a nuestra izquierda, pequeño, poco visitado, pero en el que se podían encontrar algunas de las propuestas más frescas y disfrutables de este año. El caso que nos ocupa es el del rapero chileno NFX. Un tipo con rastas de colores y chándal blanco que haría las delicias de los pocos allí congregados consiguiendo firmar un show cálido, cercano, sólido, atractivo y relajado con la colaboración de Katana, otra mc chilena, que salió a escena para acabar de completar una propuesta real y sincera. Apuntado queda para darle cera en breve.

DERBY MOTORETA’S BURRITO KACHIMBA (RAY BAN) 20.25 (8)

Con un disco debut autotitulado que está dando mucho que hablar dentro de la escena independiente, alternativa e incluso dentro del flamenco fusión, los Derby Motoreta’s Burrito Kachimba se podrían definir como unos Deep Purple aflamencados (esos teclados a lo Jon Lord se hacen muy presentes) para los más selectivos, o como una fiesta conjunta en la que unos Mojinos Escozíos (en cuanto a su estética y desparpajo) y unos Triana actualizados (esa voz) se emborrachan juntos para los menos selectivos. La cuestión es que el show de los de Derby tiene una calidad, un atractivo y una contagiosa alegría absolutamente arrebatadora. Psicodelia rock, flamenco fusión, fiesta, humor y presencia escénica les sobra, ahora solamente falta que la gente se de cuenta de ello. Pura magia sobre las tablas.

STICKY M.A. (LOTUS) 21.00 (10)

Siguiendo la brecha estelar abierta por Viva Belgrado y 070 Shake el día anterior, el concierto de Sticky M.A. se convirtió en uno de los más grandes del Festival de este 2019. Con una previa en la que Royce Rollo y Fabianni animaron al personal soltando pepinos de la talla de Walk It Talk It de Migos o Sicko Mode de Scott Travis (por nombrar un par de ellos), Sticky salió a escena con bolso rosa, sudadera y gafas de sol estrafalarias para ir quitándose prendas y accesorios hasta quedarse sin camiseta en la parte final del concierto. Más allá de contar con un sonido prácticamente perfecto, una entrega envidiable y montar una fiesta de proporciones épicas, tirando de autotune y playback en ocasiones como viene siendo normal en todos sus conciertos, su manera de conectar con el público, de llevar el concierto y de conseguir que la gente formara círculos de poder en los que bailar y desfasar sin control en la parte central del espacio del Lotus, fue simplemente delicioso. Con la playa a rebosar (el Lotus está situado en la misma arena), las ganas de disfrutar a niveles estratosféricos, un Sticky en la cresta de la ola, una ambientación reverencial por los videojuegos ochenteros como Mario Bros o el Ghouls N’ Ghosts (en los que el protagonista absoluto era la versión 8 bits de Sticky dentro de sus propias Pegajosas Aventuras) y un repertorio que nos dejó a todos una afonía considerable (entre los que cayeron Malito, Humo y Alcohol, Aleluya, Subox3, Guadalupe, To Pue’Ser o Sex Tape junto al incomparable Lil Moss en escena), lo de Sticky en el Primavera fue histórico.

LA TIGUERITA (SEAT VILLAGE) 21.40 (7)

Tengo que admitir que por lo poco que había escuchado en Spoty de la llamada Tiguerita, me esperaba un show bastante justo en cuanto a calidad y rebosante de ritmos latinos y caribeños venidos del reggaeton. Pero curiosamente no fue eso lo que me encontré. Es innegable que la influencia latina e incluso selvática de La Tiguerita se hace bien presente en sus shows, pero lo que es irrefutable también es que esta joven promesa de 18 años bebe de la misma manera de las influencias neoyorquinas del rap noventero y eso resulta en una explosiva combinación tan fresca como vacilona. Respaldada por dos mc’s de apoyo que hacían también las veces de bailarinas y dos DJ’s soltando los ritmos desde la mesa, la troupe que formaban sobre las tablas del escenario mostraba una actitud y una entrega que sobrepasó con creces mis expectativas. Teniendo en cuenta que estamos hablando de chicas que no pasaban de los 18 en ninguno de los casos, su potencial y su proyección está todavía por explotar, y eso que de explosiones raperiles estuvo sobradamente servida la actuación. 

ALDOUS HARDING (PITCHFORK) 22.40 (8)

Con una banda considerablemente ampliada con respecto al concierto que dio el año pasado en el Apolo 2 y presentando un tercer disco mucho más positivo y pop que su insuperable Party, Aldous Harding volvió a embrujar a los asistentes con su característica interpretación vocal y su indescriptible lenguaje corporal, sus estrafalarios movimientos y sus incómodas caras volvieron a ser protagonistas indiscutibles de su actuación. He de admitir que, por mucho que su nuevo disco no esté a la altura de su anterior largo, las canciones de Designer crecieron sobremanera encima de las tablas del Pitchfork firmando un directo monumental en el que la emoción a flor de piel y la calidad estratosférica se hicieron muy presentes durante los 45 minutos de show que nos regaló la neozelandesa. Con un público absolutamente entregado a las mieles de la Harding, tanto es así que puedo afirmar que fueron los aplausos de mayor duración entre tema y tema que he vivido en mucho tiempo, tanto la banda como ella mostraron una profesionalidad y un preciosismo musical absolutamente arrebatadores. Íntimo y personal hasta decir basta, la delicadeza expresada por la Harding no se puede explicar con palabras. Mención especial al bailecito que se marcó en la parte final del concierto tomando una taza de cerámica y una baqueta como instrumento para acompañar a la banda. Jefa.

AMYL AND THE SNIFFERS (ADIDAS ORIGINALS) 23.30 (8)

Dotados de un contagioso ritmo incendiario capaz de poner a bailar al más pintado, el aussie punk ejecutado por Amyl And The Sniffers se convirtió en una de las sorpresas más brutales del cartel de esta presente edición. Portadores de una explosión de energía tan divertida como descomunal, una capacidad demoledora para capturar coros irresistibles y una Amyl absolutamente magnética en su papel de front-woman insuperable, el explosivo híbrido  entre Cherrie Currie y Wendy O. Williams que representaba Amyl sobre las tablas del escenario nos dejó a todos de una pieza. Dentro de su coctelera punk caben tanto los ritmos más agresivos del hard rock setentero como esos visos de garaje tan bien introducidos dentro de la mezcla. Con unos peinados al más puro estilo mullet y una estética global de garrulos desprejuiciados que no te la acabas, la anti-diva se convirtió en la bestia parda del Festival.

KATE TEMPEST (RAY BAN) 00.55 (10)

Tercera vez que veo a la inglesa sobre las tablas de un escenario y he de decir que cada vez que lo hace, eleva el juego hasta niveles tan incalculables que el resto de mc’s no puede hacer otra cosa que quedarse llorando en una esquina. Demostrando un nivel de calidad más allá de lo conocido, y acompañada por una chica a las bases y teclados que aún elevó el nivel todavía más si cabe, la Tempest se salió por la tangente y, previa rapeada de algún tema concreto de su Let Them Eat Chaos (su segundo disco de estudio) pasó a rematar la faena con un show en el que presentó (probablemente al completo) su tercer disco todavía por estrenar. Una jugada maestra que dice mucho de la inglesa y de la confianza ciega que tiene sobre su nuevo trabajo. Un trabajo que, por cierto, está plagado de spoken-word al máximo dejando el rap puro y duro en una proporción muy pequeña. Dotada de una capacidad de atención impresionante, un equilibrio que ralla el zen y una sedación vocal que te pone los pelos como escarpias desde el inicio al fin, su hora de show se saldó con una clase magistral de genialidad y calidad a partes iguales. El trance filosófico y emocional en el que es capaz de sumergirte la Tempest está al alcance de muy pocos, pero si a eso le añadimos su habilidad lúdica, contestataria, educativa y reflexiva podemos afirmar que estamos ante una de esas artistas que aparecen una vez entre un millón dentro de una década. Llamar maestra a la Tempest es quedarse muy corto.

LISABÖ (ADIDAS ORIGINALS) 01.20 (9)

LLegar tarde a ver a Lisabö es algo que debería estar penado con la cárcel, al menos en mi caso, pero si contamos que en breve los podré volver en AMFest y que a la Tempest es imposible dejarla en la estacada cuando está en ese nivel de excelencia, poder ver la media hora final del concierto de los vascos se convirtió, nuevamente, en una experiencia tan catárquica como su manera de ejecutarla. Nunca más será como esa primera vez, pero el regreso a los escenario del combo más honesto y brutal del panorama post-hardcore nacional es siempre motivo de una alegría incontrolable. Pasando de un plano totalmente mental y reflexivo como el de la Tempest a uno tan indiscutiblemente físico con los Lisabö es como ir de la selva del Amazonas al Polo Norte en cuestión de minutos. Su free jazz furioso y desgarrador aderezado con ese rock adulterado, visceral y salvaje es pura adrenalina para tu cuerpo y, una vez más, no defraudaron lo más mínimo.

FLOHIO (PITCHFORK) 02.10 (9)

Venida directamente desde Londres, Flohio se convirtió en otra de las bestias pardas más brutales y disfrutables sobre las tablas de un escenario en la edición de este año. Pillada prácticamente por sorpresa, había escuchado un tema como mucho, la energía electrizante e incluso nerviosa que transmitía la mc londinense casi llegó a rivalizar con lo de 070 Shake del día anterior. Acompañada por un DJ a los platos que no paraba de subirse a la mesa, bajar al público para animar y recorrerse el escenario de arriba abajo como si de una carrera de los 100 metros lisos se tratara, los complejos ritmos industriales en los que el grime, el drum n bass y el jungle confluyen de manera estrambótica, la comunicación y dedicación al público de Flohio es simplemente reverencial. Describir su música se hace bastante complicado, pero si hay algo que se puede afirmar de ella sin temor a equivocarse es que Flohio es el grime del futuro y el futuro del grime, ambas cosas al mismo tiempo. 

BLISS SIGNAL (ADIDAS ORIGINALS) 03.25 (9)

Sin lugar a dudas, la fusión entre James Kelly (Altar Of Plagues, WIFE) y Jack Adams (Mumdance) fue otra de las sorpresas más impresionantes y sonadas del Festival. Su black metal de carácter industrial y ambiental, transita por el espacios más oscuros e ignotos del género tomando referencias de bandas tan importantes como Godflesh o Sunn O))) sin necesidad de parecerse a ninguno de ellos. Su manera de afrontar la deformidad y la psicopatía extrema como forma musical son realmente admirables. Bliss Signal son el material del que están hechas las pesadillas de los robots, si es que las tienen. Lo suyo es algo así como un hijo bastardo entre Pharmakon y Liturgy con problemas de exclusión social. Para los que no temen ir más allá de la oscuridad, ese es el lugar donde se encontrarán con Bliss Signal. Una oscuridad de proporciones épicas en la que los sampleados y los ritmos pregrabados de Kelly se enfrentan de cara a las mil capas de riffs superpuestos que ejecuta Adams con precisión milimétrica.

IGLOOHOST (PITCHFORK) 04.00 (8)

El inglés Iglooghost, pseudónimo bajo el que se esconde el artista visual y musical Seamus Malliagh, ofreció un concierto cargado de electrónica velocista, visuales interactivas, synth pop de subidones extremos, breakbeat de alto voltaje y una creatividad desbordante. Tomando como gimmick su pantalla del ordenador en la que realizaba varios chateos y juegos para conseguir huevos de los que nacían criaturas de inspiración asiática con las que construía los ritmos de cada canción, su propuesta supuso una bocanada de aire fresco impresionante dotada de una capacidad para divertir, entretener y hacer bailar al personal irrefutable. Mención especial al pobre humano que le tocaba salir a bailar vestido de la criatura en cuestión una vez creada de manera virtual para pasar al plano físico subido al escenario. Descomunal.