‘Parasite’, el ser humano es despreciable

Esta vez no he sido afortunado de poder ir a ver el estreno, pero da lo mismo porque verla en sí es lo que cuenta, eso y que los miércoles el cine vale cuatro euros.

Tengo una disyuntiva crítica sobre esta película y es que, si me gustó, aunque me dejo destemplado al finalizar la película.

Bueno os contaré un poco de que va este drama humorístico. Aquí el director, Bong Joon-ho, nos presenta una familia pobre que vive robando wifi subiéndose a sus propios muros, una familia donde ninguno de los cuatro trabaja y se alimentan básicamente del moho de las paredes. Hasta aquí todo, ok. Giro de la trama, al joven de la familia le surge un trabajo en una casa de gente muy adinerada y codicioso de él, decide colocar a toda su familia a trabajar allí fingiendo que no los conoce. Luego pasan un montón de cosas que te hacen ver lo deplorable del ser humano.

Y diréis, “es una ficción y lo que pasa se puede decir que no es real”, no os equivoquéis tanto, tu, yo y cualquiera que te rodea es igual de miserable como lo que nos plasman en la película, verla y después pensarlo.

¿Me equivoco?  

Y es que lo que nos refleja el director es una ficción de la misera realidad de la esencia del ser humano, de lo que realmente somos en este universo, como refleja el título, parásitos.

Bueno, sin entrar en el mensaje social del contexto, del cual luego entraré más, voy a hablaros de la esencia del cine, la historia. Claro está que es lo que más me gustó; presenta una narrativa enfocada desde el humor que va dando giros maestros sobre ella misma hacia el drama oscuro, encajando todo lo que pasa a la perfección con lo atractivo de lo visual, dando significado y significante a cada personaje, con dobles trasfondos, cabidas a la reflexión en todos los instantes y un suspense incorporado que nos hace estar enganchados a la silla.  

Cruda, inquietante, bárbara y bailando en los límites de lo verosímil, todo lo que nos presenta nos impacta como un tráiler cayendo por un barranco en toda la cara, es lógico porque lo que estamos viendo en todo momento es la esencia del ser humano. Si queridos, la esencia, parásitos es lo que somos, que no nos importa aprovecharnos de los demás mientras salgamos nosotros ganando, pudriéndonos por la fama, el disfrute y las facilidades que dan el dinero, olvidando siempre que el trabajo es lo que dignifica a la persona y la honradez, es lo que hace de una persona alguien memorable al cual aclamar.

Es que esta película llega en un momento justo, en el que un arlequín con voz estridentes escondidos detrás de una cámara en lo oscuro de su cuarto, se meten con todo el mundo por simplemente ver como su cuenta de “followers” sube y tal vez, no han doblado el lomo en su vida, pero claro metiéndose con todo el mundo se sienten respaldados por hordas de descerebrados que matarían a su madre por que ese payaso los mencionara en sus contenidos. Y para colmo, les pagan. Capitalismo salvaje y retromemoalimentación. De esto mi compañero y amigo Manuel Gris, os hablará mejor.

Igual se me ha ido la piña con esto último, pero vinculando temáticas es lo que me cala a mi de esta película, lo miserable que se esta convirtiendo el ser humano y en lo poco que se valora el trabajo.

Volviendo al cine y cerrando este post, os invito a que veáis esta película y por favor, ir con la mente abierta y absorber los mensajes críticos que lanza este filma la sociedad, porque en el reflejo de lo social es donde reside la fuerza de esta maravilla, que si es verdad, me dejó frio y por eso me gustó.