Música: Mis 25 favoritos Internacionales

Pues bien, después de la anterior lista con mis 25 favoritos nacionales, ahora le toca el turno a la lista con mis 25 favoritos de fuera del territorio patrio. Un ejercicio que se convierte en una odisea descomunal para una persona como yo que escucha tantos estilos diferentes y de tantos lugares del mundo. 

por Àlex Caballero

Realizar un resumen justo y equilibrado es la intención, pero como viene siendo un clásico en estos casos, hay muchos que se han quedado fuera por muy poco. Y sin más preámbulos ni rollos que no os importan en absoluto, aquí va la prometida lista con esos otros 25 favoritos. Espero que la disfrutéis tanto como yo y que por el camino os descubra o os empuje a escuchar algunos de los que se os hayan escapado durante el año. Vamos a ellooooooooooo…

25._ NAPALM DEATH – THROES OF JOY IN THE JAWS OF DEFEATISM

Para todos esos que llevan años creyendo que Napalm Death ya no son válidos como banda o que incluso para seguir con su carrera deberían haberse cambiado el nombre hace tiempo, les reto a que me digan un disco de este año tan bruto, comprometido y perturbador como este TOJITKJOD.

Que a estas alturas de la película se les siga exigiendo a los Napalm Death otro Utopia Banished (92) u otro Harmony Corruption (90) me parece una tontería de proporciones épicas. Entiendo que a bandas como AC/DC o Bad Religion prácticamente se les obligue a seguir una marcada línea estilística en la que ellos mismos se han impuesto los límites, pero hacerlo con una de las bandas más mutantes, inclasificables, libres, y referenciales del metal extremo internacional es algo que no entenderé jamás.

Si lo tuyo es la nostalgia de aquellos años dorados, ya puedes ir pasando de esto, pero si has sabido apreciar discos tan inmensos y destructivos como Utilitarian (2012) o Apex Predator (2015), aquí tienes el disco que cierra una de las trilogías más imprescindibles del metal extremo de la última década firmada por una banda que sigue sin conocer su techo creativo.

24._ NECROT – MORTAL

Y dentro de la marcada línea clásica del death metal californiano, Necrot, uno de esos power tríos capaz de arrancarte la piel a tiras y poner tu cuerpo a pudrirse al sol, ha firmado el que, para mí, es el mejor disco de death metal del año.

Sin necesidad de salirse del encorsetamiento del estilo y con una producción crujiente y limpia de una gravedad equivalente a multiplicar por tres veces la de la tierra, Necrot destruyen, queman, matan y pulverizan tus cervicales sin compasión con una colección de tonadillas que bien podrían venir para ambientar estas señaladas fechas en casa de gente como Jeffrey Dahmer, Ted Bundy o Ed Gein. Mortal es su segunda referencia de estudio en formato largo después de un debut (Blood Offerings, 2017) que ya obtuvo críticas muy positivas en la escena. Ahora tan solo nos queda comprobar sus capacidades para el directo, con el que, por ahora, solamente podemos soñar.

23._ GULCH – IMPENETRABLE CEREBRAL FORTRESS

Venidos de la soleada California y convertidos en la nueva sensación underground del hardcore más visceral y descontrolado, Gulch, la banda capitaneada por Elliott Morrow, va agotando ediciones y reediciones de su álbum debut en cuestión de horas como si no hubiera un mañana. Dejándonos una carta de presentación con este Impenetrable Cerebral Fortess, de 15 minutos y 8 cortes, capaz de darle la vuelta a tus interiores varias veces durante ese intenso, descomunal y desconcertante cuarto de hora, los Gulch no se cortan a la hora de ir picando de aquí y de allá aunque lo suyo sea claramente el hardcore machacón.

Aquí hay grind, también death y algo de black, todo en muy pequeñas dosis, pero todo cabe dentro de esa fortaleza impenetrable que han construído los Gulch. Unas bestias pardas en todos los sentidos.

22._ SECH – 1 OF 1

Después de confirmarse como uno de los artistas más calientes del reggaeton actual haciendo juntes de ensueño con gente como Arcángel, Bad Bunny, Daddy Yankee o J. Balvin, el segundo largo del panameño Sech era uno de los más esperados del año.

Con una capacidad exagerada para las melodías vocales prodigiosas y una presencia que nos remite irremediablemente al legendario Notorious BIG, Sech ha cumplido con creces superando las expectativas con un disco de nombre soso y contenido de alto voltaje. 1 OF 1 es un catálogo de reggaeton suave y delicado, sedoso y sensual, ese terreno que Sech tiene abonado a la perfección y en el que recoge unos frutos bien gordos y sabrosos.

Pero Carlos Morales no se amilana tampoco a la hora de probar cosas nuevas en los más de 20 cortes y más de una hora de duración que conducen una obra completa, sólida y definitiva gracias a un despliegue de personalidad espectacular.

21._ OZUNA – ENOC

El Negrito de Ojos Claros, tal como él mismo se hace llamar y titulando su nuevo disco de la misma manera, vuelve a la carga con un repertorio accesible, pop y nada censurable, ejerciendo una actitud que dentro del estilo solamente saben gestionar Bad Bunny y J. Balvin junto con Ozuna.

Con esto quiero decir que Ozuna es de los artistas de reggaetón más populares gracias a una visión del negocio mucho más global y amplia en la que todo cabe. Con una líricas que podrían escuchar los menores sin mayor problema y una ristra de colaboraciones que quita el hipo, el primer tema es Enemigos Ocultos y ya tenemos a Arcangel, Wisin, Myke Towers, Juanka y Cosculluela colaborando en el corte, a medida que avanzamos nos encontramos con nombres tan conocidos como Karol G., Jhay Cortez, Camilo, Nicky Jam, Zion & Lennox, Daddy Yankee o incluso Sia.

Un disco largo, repetible en bucle, ultra bailable, plagado de hits veraniegos y súper radiables, y perfecto para disfrutar de la buena compañía y de la vida con las menores preocupaciones posibles.

Algo que, ahora mismo, se convierte en muy necesario. A mi me alegró el confinamiento de manera bárbara perreando por la casa como si no hubiera un mañana.

20._ MYKE TOWERS – EASY MONEY BABY

Capaz de dominar todas y cada una de las facetas de la música latina actual de carácter urbano, Myke Towers despliega un catálogo completo de habilidades superiores tanto para el rap, haciéndolo con mucha personalidad y un flow asesino, como para el trap, entonando melodías deliciosas y rimas certeras, y lo mismo para el reggaeton, ya sea en su derivación más bailable, como en el apartado más romanticón donde se crece considerablemente.

Su evidente versatilidad para los tempos y los estilos y poseedor de una voz y entonación perfecta para diferenciarla a primera escucha, Easy Money Baby es la segunda referencia de una personalidad única en la música latina actual que ha conseguido, merecidamente, colarse en el top 10 de artistas más importantes del estilo durante este 2020.

La muestra es que a día de hoy no hay nadie que no quiera contar con Miguel Torres para pegar un tema de la manera más urgente, sólida y certera posible. Si Bad Bunny coge uno de tus ritmos y canta sobre él (Ronca) en uno de sus discos, es que estas haciendo las cosas muy, pero que muy bien.

19._ TOUCHÉ AMORÉ – LAMENT

Cuando me enteré de que Touché Amoré había fichado a Ross Robinson para producir su nuevo disco de estudio, tengo que admitir que mis expectativas se pusieron por las nubes.

Puede que actualmente haya muchos jóvenes a los que ni tan siquiera les resulte familiar el nombre de Ross Robinson, pero en su momento hablamos de un tipo que firmó discos tan poderosos, referenciales y ambiciosos como los debuts de Korn, Slipknot, Limp Bizkit, Cold y Soulfly, el Roots de Sepultura, el Relationship Of Command de At The Drive-In o el …Burn, Piano Island, Burn de The Blood Brothers, por nombrar algunos.

Dicho esto, entiendo que a alguno se le hayan puesto los ojos como platos si no lo sabía de antemano. Pues bien, la colaboración entre la banda de California y el productor de Texas ha resultado en un disco al que, sin sobrar ni faltar nada en él y estando perfectamente equilibrado de intensidad, melodía y actitud, personalmente esperaba un desarrollo del carácter metálico más acentuado.

Que ya lo es en muchos sentidos, el disco más metal de Touché Amoré, pero también es quizás el más accesible y agradable. Entiendo que eso es algo positivo y que no por ello me parecen peores ahora que antes, pero yo quería un disco más desquiciado, más anguloso y aún más fuera de la zona de confort de los Touché que este potente, luminoso y emotivo Lament.

18._ DRAIN – CALIFORNIA CURSED

Puede que a día de hoy un sello como Revelation Records no tenga la repercusión de hace 30 años, siendo uno de los sellos que puso en circulación algunos de los discos de hardcore más importantes de bandas como Gorilla Biscuits, Sick Of It All, Shelter, Youth Of Today, Warzone y demás luminarias de la era dorada del HXC, pero regalarnos un disco como el California Cursed de los Drain, es, como mínimo, para volver a desempolvar los galones.

Nada nuevo bajo el sol de California, eso vaya por delante, pero la pegada, la contundencia, la brutalidad, la mala baba y la potencia que destila este California Cursed no es fácil de encontrar. Si a eso le añadimos todo un concepto oscuro, pesimista, y descarnado de la vida, lo que obtenemos es un agónico y desquiciante catálogo de crudas realidades derivadas de un entorno en el que la depresión se palpa en las calles.

La verdad es que la temática de sus canciones es bastante descorazonadora, la ejecución de una virulencia desorbitada y su cabreo de proporciones épicas, pero a la hora de hacerte disfrutar de un disco de hardcore bien hecho, de esos que sirven para encararte y derrotar a cualquier enemigo u obstáculo que se te ponga por delante, estamos ante uno de los mejores.

17._ POP SMOKE – SHOOT FOR THE STARS, AIM FOR THE MOON

Con el drill como fuente de inspiración global para desarrollar su estilo (colaborando en sus inicios con mc’s y productores ingleses para desmarcarse intencionadamente del sonido Chicago), y una estética y unas líricas que lo encuadran dentro del clásico gangsta-rap, la espera para disfrutar el debut largo de estudio de Pop Smoke después de un par de mixtapes que habían crecido como la espuma en la efervescente escena underground americana, se convirtió en una amarga desilusión al enterarnos de que el mc había sido herido durante el asalto a la casa de un amigo en la que él se encontraba y había muerto a causa de varios disparos.

Shoot For The Stars, Aim For The Moon es el intachable e imborrable legado de un mc de 20 años con una carrera potencialmente explosiva y exorbitante por delante truncada una vez más por la violencia. Con colaboraciones que recogen a todo tipo de personalidades que van desde el trapero Quavo de Migos, hasta la reggaetonera Karol G, SFTSAFTM es una apabullante e insuperable master class de drill y Pop Smoke el cum laude del estilo.

16._ CODE ORANGE – UNDERNEATH

Y cuando pensábamos que la fórmula de los Code Orange no podía tergiversar más las formas y los estilos y que había quedado afianzada de una manera única e intransferible dentro de la escena hardcore, va el quinteto de Pennsylvania y se casca un disco aún más difícil de encuadrar, entender y descifrar complicando, desordenando y repuntando las aristas de su hibridación de estilos para llevarlo todo un paso más allá en todos los sentidos.

Con una producción mucho más monumental, detallada y sofisticada que de costumbre, unos breaks plagados de arreglos para hacerlos todavía más desconcertantes y pesados, ciertas variaciones musicales en las que todo vale, y una pasión por el metal mucho más acusada y extendida que en anteriores entregas, Underneath es una mastodóntica apisonadora en la que no te dará tiempo de darle al stop, una vez puesta en marcha, solamente puedes dejarte golpear, maltratar y aplastar por ella de manera irremediable.

No voy a decir que es el mejor disco de hardcore del año porque no lo es, Underneath va mucho más allá de esa etiqueta y sus contrincantes solamente son ellos mismos.¿Alguien dijo violent dancing?, pues esto es el siguiente nivel de aquello. Una paliza en toda regla.

15._ J.BALVIN – COLORES

Separando los cortes por colores y sin necesidad de minarlo de colaboradores, J.Balvin ha firmado el contrapunto perfecto al Vibras.

Para un disco que significó un hito en el reaggeton radiable para todos los públicos de carácter abierto y disfrutable, Colores es el complemento perfecto. Colores sigue la misma línea que su predecesor en cuanto a estilo y capacidad para agradar a las masas sin necesidad de ser censurable se refiere.

Pero si lo miramos desde el punto de vista de carácter, Colores es un disco básico, sencillo, sin pretensiones, mientras que el Vibras era exactamente todo lo contrario, un disco ambicioso, monumental, complejo en cuanto a ritmos y de una exposición, promoción y repercusión histórica. Colores es un disco de reggaeton bonito, pop, luminoso y agradable, sin grandes alardes, recortado totalmente de ínfulas, placentero, bailable y de una simpleza abrumadora y preciosa.

14._ LITURGY – ORIGIN OF THE ALIMONIES

Que Hunter Hunt-Hendrix es el perro verde dentro de la escena neo-black, es algo que el que conozca su obra y milagros estará muy de acuerdo.

Pero si lo de Liturgy, su proyecto de lo que él vino a llamar –trascendental black metal– explicado de manera extensa en su manifiesto sobre el tema, ya era a todas luces inclasificable después de discos como The Ark Work, en el que incluían influencias rap en ciertos ritmos y se arrimaron al IDM de manera evidente, o su anterior H.A.Q.Q. en el que intentaban volver a sus orígenes sin dejar atrás toda la experimentación sonora del Ark Wotk, Origin Of The Alimonies vuelve a darle la vuelta a la tortilla para firmar lo que Hunter ha descrito como una opera separada en siete movimientos en los que la instrumentación orquestal, las atmósferas ensoñadoras, el black metal más demencial y ese recurrente concepto litúrgico y teológico siempre presente en sus letras, confluyen de manera épica en una obra de lo más ambiciosa y portentosa.

Hunter no mira nunca atrás, y el que espere encontrarse con otro Renihilation o Aesthethica va a volver a darse en los morros, pero para aquellos pocos que sigan buscando nuevos horizontes y nuevas vías de expresión dentro del ruidismo y el preciosismo instrumental encuadrado dentro del black metal, este es su disco.

13._ INTERNET MONEY – B4 THE STORM

Disco del colectivo y también sello discográfico Internet Money puesto en marcha por el productor/compositor/CEO Taz Taylor, con los artistas emergentes más calientes de la actual escena (t)rap americana plagado de nombres tan excitantes como Gunna, Kid Laroy, Kevin Gates, Swae Lee, Future, Lil Tecca, A Boogie Wit Da Hoodie, Don Toliver, Trippie Red o el difunto Juice Wrld, todos ellos pertenecientes al colectivo o relacionados con el sello de alguna manera.

Una delicia de disco en el que nos vamos a encontrar un catálogo descomunal y perfecto de la actualidad urbana americana más edulcorada.

Desgranando hit tras hit con una capacidad melódica y pop que roza la ñoñería por momentos (en el buen sentido de la palabra), nos topamos tanto con temas en solitario, como con temas cantados a dúo o incluso a tres voces. Si tengo que escoger uno me quedo con Thrusting, un tema de reggaeton electrónico sencillo, y clavado por un Swae Lee al que le podría hacer dentro de ese tipo de estilo acompañado por un Future que se ha adaptado al ritmo a las mil maravillas sorprendiendo sobremanera.

12._ YUNG LEAN – STARZ

Para uno de los originadores e impulsores de que le que se vino a llamar cloud rap a principios de la década, entregar un disco como Starz es algo así como volver a pasar por encima de todos y decir, -siempre os llevaré ventaja, por mucho que me salgan cientos de imitadores e incluso en algún momento os penséis que me habéis cogido el puesto, no es así-, y Starz es la muestra más rotunda, fehaciente y real de esa actitud.

Que el rap ha evolucionado hacia terrenos pop, electrónicos y emo es algo que no hay que discutir a estas alturas, pero si hay alguien capaz de tomar todos esos caminos y transformarlos en conceptos únicos, propios e inimitables, ese es Yung Lean.

El resto lo único que puede hacer es fijarse en él e intentar transitar esos caminos sin optar a  llegar a los sobresalientes resultados de Lean.

Talento desmedido, creatividad por las nubes, personalidad a raudales y una calidad que lo coloca de nuevo en lo más alto del podio de su generación, Yung Lean ha creado una criatura sin ataduras, sin etiquetas, imposible de descifrar en cuanto a estilos se refiere y con una amplitud de miras que va más allá de todo lo editado por el artista de Estocolmo hasta la fecha.

11._ THE WEEKND – AFTER HOURS

Todavía muy de actualidad después de estrenar su reciente remix de Blinding Lights (tema perteneciente a este disco) junto a Rosalía, el canadiense The Weeknd nos regalaba el pasado Marzo una maravilla titulada After Hours que, a día de hoy, todavía parece inagotable. Con todos sus tropiezos iniciales con discos que no llegaron a ningún sitio en términos comerciales, desde que The Weeknd sacó aquel ya clásico Beauty Behind The Madness del 2015, la expectación por él no ha ido más que en aumento con cada nueva entrega que ha sacado.

Cansado ya de la prisión y el confinamiento del R & B más convencional, aunque jamás ha cedido un ápice de su peculiar personalidad, After Hours es un disco que hace crecer al artista hasta límites desproporcionados. Obviamente, en una obra de tal magnitud, no podemos dejar a un lado la producción, un trabajo que también eleva a sus productores (con Metro Boomin y Oneohtrix Point Never entre otros) como maestros absolutos del cotarro, pero la visión, la percepción y la habilidad musical de Abel Tesfaye vuelve a resurgir como un torrente creativo descomunal en un disco que podría catalogarse prácticamente de obra maestra.

Si quieres salir de casa sin necesidad de dar un paso, ponte este disco y proyéctate en uno de lugares más exóticos y bellos de la música actual. No querrás volver.

10._ PHOEBE BRIDGERS – PUNISHER

Después de presentarse en la escena emo-folk americana con ese brillante debut titulado Stranger In The Alps (2017, Dead Oceans), formar ese trío de oro junto a Lucy Dacus y Julien Baker llamado Boygenius, con el que publicaron un primer EP autotitulado en 2018, y sacarse de la manga un proyecto secreto junto a Connor Oberst el pasado año bajo el nombre de Better Oblivion Community Center, llegaba el momento de volver a volar en solitario para la californiana Phoebe Bridgers con su muy esperado y deseado nuevo álbum.

Punisher (2020, Dead Oceans) tiene un tono sombrío, triste e incluso tenebroso por momentos, que contrasta claramente con su debut, un disco que en conjunto era mucho más luminoso y agradable a primera escucha. La Bridgers ha querido sacrificar parte de su accesibilidad y amabilidad sonora, por unas canciones que suenan más trabajadas, pensadas y, de sobras, más personales y dolorosas.

Para mí, se ha convertido en la (otra) droga nocturna más balsámica, melosa, poética y necesaria para cerrar el día.

Advierto de antemano que no estamos ante un disco de esos que automáticamente disparan el medidor de obras impresionantes, pero que una vez metidos en esa complejidad lo-fi que le ha inyectado al disco, plagado de sombras y serpenteantes senderos sonoros, te das cuenta de que en ello, precisamente, reside gran parte de la magia del disco.

Yo me he convencido firmemente de que estamos ante la obra magna de la Bridgers.

9._ DEFTONES – OHMS

Los de Sacramento la han vuelto a liar. Después de tener que anular su gira europea gracias a la pandemia mundial y anunciar el lanzamiento de la edición 20 aniversario del White Pony, los capitaneados por Chino Moreno nos han dado el mazazo de gracia con este Ohms.

Otra vuelta de tuerca más a una evolución estilística y musical impecable en todos los sentidos. Convertidos en una entidad en sí misma a la que nada ni nadie le puede hacer sombra, porque no vas a encontrar a nadie capaz de jugar en su liga, Ohms es una maravilla sonora de principio a fin.

Una maravilla a la que cuesta hacerse, acostumbrar el oído y ajustar la personalidad, pero que una vez hecho y entrado en conexión con él, se convierte en un artefacto imbatible, grandioso y pletórico de vitalidad.

Los terraplanistas riffs monolíticos de Stephen Carpenter con su recién estrenada guitarra de nueve cuerdas, la variable dream-pop con la que tan bien saben jugar en el disco, la cantidad de registros melódicos, tergiversados y gritados de un Chino Moreno en estado de gracia, y lo de recurrir una vez más a Terry Date para llevar los mandos de la nave, cosa que no hacían desde el 2003, convierten a este Ohms en otro escalón más en la inagotable escalera de discos imprescindibles que llevan facturando los Deftones desde hace eones.

8._ BLACK CURSE – ENDLESS WOUND

Pero si hay un disco de metal extremo este año que haya hecho arrancarme los ojos de placer desmedido, ese ha sido el Endless Wound de Black Curse.

Llámalo death metal, llámalo black metal, llámalo Black Curse. Esa sería la definición más acertada para ellos.

Una banda que no es capaz de quedarse quieta en ningún momento ni musicalmente, con unos cambios de ritmo, atmósferas y estados físicos y mentales tan volátiles y variables que su desconcierto te lleva de cabeza al caos más salvaje y desaforado, ni tampoco estilísticamente, ya que, como he comentado, definirlos con una sola etiqueta es equivocarse de todas, todas.

Esa habilidad para entrar y salir de los tempos más pesados y abrasivos para pasar a los más acelerados y violentos, tiene su contrapartida en unas vocales que de la misma manera pasan de los desquiciados gritos cavernosos, a las guturales más monstruosas, o incluso por registros totalmente fantasmagóricos y terroríficos de manera sobresaliente.

Una verdadera obra maestra esquiva y difícil en la que, a veces, da hasta miedo entrar por no saber si vas a salir cuerdo (o vivo) de ella.

7._ HALSEY – MANIC

Si hay un concierto al que me arrepiento no haber ido este año, ese es el de mi amada Halsey.

Por tener que desplazarme hasta el Club Sant Jordi, por su excesivo precio y por pensar (iluso de mí que no sabía lo que se nos venía encima) que la supliría durante el año por conciertos igual de importantes y más baratos, decidí perderme la presentación de este absolutamente fantabuloso Manic.

Una colección de canciones preciosas, actuales, luminosas y deliciosas a niveles estratosféricos.

Si con Badlands se nos presentaba una tímida y humilde Halsey y en Hopeless Fountain Kingdom se nos descubre a una Halsey con un potencial y una seguridad como artista deslumbrante, en Manic, la de New Jersey, se ha desatado por completo y ha firmado una obra enorme e inabarcable. Emocional y sincera hasta sobrecoger, Manic toca todos los palos en los que Halsey se siente cómoda.

Mezclando estilos sin contemplaciones, formas, colores y sensaciones en una paleta sonora descomunal que sabe perfectamente unir esos colores musicales con emociones muy concretas y reconocibles, Manic es algo así como viajar encima de un algodón de azúcar a modo de nube gigante pero sin tener jamás esa sensación de empacharse. Además, tener a Alanis Morrisete en tu disco es un plus de los gordos.

6._ 070 SHAKE – MODUS VIVENDI

070 Shake fue lo mejor que me pasó en el 2019 y, probablemente, sea lo mejor que me ha pasado en el 2020.

Ya fuera con sus singles de presentación o colabos junto a gente como Pusha T o Kanye West, quien además la ha fichado para su sello, y sin olvidarnos de ese estelar EP titulado Glitter del lejano 2018 o el disco coral junto al colectivo al que pertenece (070) y que llevaba por nombre The 070 Project: Chapter 1 (del que no nos vendría nada mal un segundo capítulo), todo lo firmado por la artista de New Jersey me parece maravilloso a todos los niveles y de una calidad abrumadora.

Llegado el momento de la prueba de fuego, primer disco de estudio largo en solitario, puede que el camino tomado y las vías de expresión resultantes de su debut, no sean exactamente las esperadas de Danielle Balbuena, pero conseguir sorprender, expandir y reconfigurar de manera atractiva y adictiva su propuesta como lo ha hecho en este esquivo y complejo Modus Vivendi, es digno de elogio.

La Shake ha demostrado una vez más que lo suyo huye de etiquetas y fórmulas preconcebidas de manera consciente, que el límite es su propia mente y el carburante su desbordante creatividad.

La segunda vez que la vi fue en Enero de este año que se agota (y nos agota) y la experiencia fue inolvidable, tanto durante, como después del show, momento en el que salió corriendo de la sala para dar un speech motivacional subida en una plataforma elevada de una plaza que se encuentra a 100 metros del Apolo gritando a pleno pulmón.

Yo creo que llegamos todos a casa con ganas de comernos el mundo.

5._ TAYLOR SWIFT – FOLKLORE + EVERMORE

Admito que con discos como el muy disfrutable 1989 (2014) (del que el propio Ryan Adams haría posteriormente su versión personal) o el vigoroso Reputation (2017), la Swift ya me tenía algo ganado.

Pero lo que ha conseguido hacer este año de la manera más sorpresiva e inesperada (en ambos casos), la ha hecho subir hasta posiciones en las que jamás pensé que acabaría un disco (y mucho menos dos) de la Swift en una de mis listas.

Si en pleno Julio la Swift nos regalaba la colección de canciones más nostálgicas, melancólicas, poéticas y atmosféricas de toda su carrera con un álbum (Folklore) que destilaba pura emoción rebosante de claroscuros y naturistas recovecos, antes de acabar el año, la de Pennsylvania, ha decidido sacar una nueva obra bajo el título de Evermore, a la que ella misma ha descrito como la hermana de su aclamado Folklore.

Demostrando que sus habilidades creativas son capaces de virar a terrenos mucho más intimistas, fértiles, simples, bellos y brillantes mediante la gracia y la luminosidad de Aaron Dressner (Big Red Machine, The National), quien ha llevado la producción en ambos discos, colaboraciones como las de Bon Iver, los propios The National o las hermanas HAIM, marcan una nueva línea a seguir por una de las artistas que, desde ya, se ha convertido en una de mis divas folk predilectas del momento por derecho y méritos propios.

Y todo esto en medio de una pandemia, si los resultados son estos, que vengan muchas más (sin las muertes ni el sufrimiento, obviamente).

4._ NATHY PELUSO – CALAMBRE

Habiendo flipado, bailado y cantado con ella hasta límites insospechados con su primera mixtape y haberla visto en el Apolo con la presentación de su primer EP (La Sandunguera, 2018), un concierto que fue pura dinamita, he de admitir que acabé de la Peluso hasta el moño durante el pasado 2019.

Su excesiva efusividad latina, su exagerado uso y abuso de las artes escénicas y estéticas, esa innecesaria manía de sobreactuar sus interpretaciones, y la inclusión de su nombre en casi todos los festivales que pisé durante ese año, acabaron por hartarme prácticamente hasta los mismos límites insospechados con los que llegué a flipar con ella en un principio.

Pues bien, obviamente, lo que menos me esperaba este año es tener el debut largo de la Peluso en una posición tan elevada en la lista (eso sí es que iba a estar incluido de alguna manera, que es algo que tenía claro que no iba a ocurrir).

Calambre relaja las interpretaciones de la argentina domando su voz de manera prodigiosa, abre nuevas vías de expresión musical a la hora de ampliar sus propios límites estilísticos, y explora nuevas formas aventurándose con ritmos de todos los calibres.

En definitiva, Calambre nos descubre a una artista capaz de controlar la versión más desatada de sí misma y nos regala uno de los discos de música latina (en el aspecto más largo y ancho de la palabra) más elaborados, sofisticados, delicados, luminosos y descarados del año. Deseando volver a verla en breve, así, sí. Por cierto, su nuevo single junto a Bizarrap es otro bombazo de aúpa.

3._ FIONA APPLE – FETCH THE BOLT CUTTERS

Ocho años después del descomunal e innombrable The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do, Fiona Apple vuelve a tensar las cuerdas de nuestra ansiedad e inestabilidad mental con un otra monumental obra de indie-pop en la que la catarsis y la transmutación personal nos acompañarán a través de uno de los viajes más extraños y exclusivos que hayamos podido vivir durante este estático año pandémico.

Fetch The Bolt Cutters pondrá otra vez en alza a los fans de toda la vida de la Apple, celebrando cada triunfo suyo como si fuera la victoria más importante del universo conocido, y dará de nuevo razones (de sobras) a sus detractores para seguir tratándola como “la loca de los gatos” (quiero pensar que todo el mundo conoce la expresión).

Casualmente hace bien poco le comenté a un colega que iba a poner este disco muy arriba en mis favoritos del año, y después de escuchar las cuatro primeras canciones me dijo – lo tengo que quitar porque me está dando dolor de cabeza, es como un gato saltando sobre un piano y una boomer dando hostias a una cacerola.-, no seré yo quien le discuta.

Fetch The Bolt Cutters no es bonito, no es cañero, Fetch The Bolt Cutters es histérico e incómodo, de eso no hay duda, pero para los que disfrutamos de esa incomodidad histérica, nos ha parecido una obra maestra de proporciones gatunas.

2._ BAD BUNNY – YOHAGOLOQUEMEDALAGANA / EL ÚLTIMO TOUR DEL MUNDO

Desde Diciembre de 2018, en el que salió su primer largo de estudio X100PRE, hasta Diciembre de 2020, con su recién estrenado nuevo disco El Último Tour Del Mundo, Bad Bunny ha sacado los cinco discos más importantes, referenciales e imprescindibles del reggaeton moderno de manera indiscutible y sin despeinarse (bueno, más bien peinándose de cientos de maneras diferentes).

Después de su disco de junte con J. Balvin (Oasis, 2019), Bad Bunny nos tenía preparada la primera revolución interna del reggaeton con el enorme YHLQMDLG.

Un disco que exploraba y agotaba todas las vías del reggaeton, el dancehall, el dembow y demás derivaciones latinas, para abrir nuevos límites al estilo con brillantes y explosivos despuntes de creatividad desorbitada. El disco está plagado de juntes estelares contando con hasta trece colaboraciones entre las que se incluyen Arcángel, Anuel AA, Sech, Myke Towers, Duki o Daddy Yankee.

Por si eso fuera poco, el Conejo Malo se saca un mini LP de diez cortes titulado Las Que No Iban A Salir (en referencia al YHLQMDLG) que no tiene desperdicio y cuenta con algunas de las mejores canciones facturadas por el puertorriqueño hasta esa fecha (featuring Don Omar, Jhay Cortez, Nicky Jam y demás), para finalizar el año con el que es el disco definitivo de no-reggaeton de Bad Bunny.

El Último Tour Del Mundo es la prueba irrefutable de que Benito es un artista insondable, indescifrable, sorpresivo e infalible a niveles máximos. El Último Tour Del Mundo es la muestra inequívoca de que Benito es capaz de trascender el género cuando quiera y como quiera. El Último Tour Del Mundo ha llegado para comerse el género por los pies y no dejar ni las migajas y Bad Bunny es el que tiene la llave de la despensa.

1._ JUICE WRLD – LEGENDS NEVER DIE

Para algunos el freestyler más importante, versátil y capaz de su generación, para otros, una de las piezas claves de la evolución del rap estadounidense y, para la gran mayoría, uno de los artistas más sinceros, emocionales, influyentes, carismáticos y queridos de la actual escena urbana.

Con tan sólo 21 años y dos discos largos en su haber que se convertían en éxitos automáticos ya con sus lanzamientos previos en forma de singles, Jarad Higgins nos dejó a principios de año de la manera más tonta y descerebrada que uno se pueda imaginar, sobredosis de drogas.

Perseguido desde siempre por sus propios demonios a los que intentaba aplacar a través de su música y su inevitable adicción a las drogas farmacéuticas, Juice Wrld ha conseguido facturar su mejor obra más pulida, accesible, equilibrada, completa y bonita de manera póstuma con este (ahora seguro) insuperable Legends Never Die.

Un disco que abre todavía más el campo de acción de Jarad para explotar, remodelar y perfeccionar sus estilos de rapear y cantar y convertirlos en puro arte en forma de canciones.

Indie, pop, rock , trap, rap, r&b, electrónica, todo eso recogido bajo el paraguas de la introspectiva y reflexiva personalidad de Jarad Haggins en un disco que se convertirá (con el tiempo y mi cruzada personal) en uno de los mayores hitos de la historia de la música actual (al menos para mí).