Viene siendo lo natural dentro de la deriva musical con la imparable sucesión de décadas y estilos, y el Primavera Sound no iba a ser diferente. El ciclo es bastante claro y se repite de manera en la que los patrones llegan a ser casi predecibles.
Si hace un par de décadas, a principios de los 2000’s, la moda era volver a los 70 con bandas como Wolfmother o Airbourne, aquí fueron nuestros amados 77 con un nombre bastante definitorio, llevando el hard-rock a las nuevas generaciones, en cuanto llegaron los 2010’s, el revival post-punk y synthwave, traído de la década de los 80, se apoderó del underground sin contemplaciones para llevarlo lo más lejos posible.
¿Y qué ha ido ocurriendo desde el inicio de la década actual?. Pues que, como no podía ser de otra manera, le ha tocado el turno a los 90. En mi caso, el más necesario y celebrado. El auge que ha ido experimentando el shoegaze, el dream pop y el sonido alternativo del rock independiente de guitarras distorsionadas, es algo que identifico de manera mucho más cercana a mi tiempo de lo que me ha ocurrido con el resto de revivals. Obviamente es el sonido con el que hemos crecido los de la década de los 70 y los 80, marcando a fuego a esa generación, y que motiva la creación de un festival como el Primavera Sound que, por poca línea editorial que haya seguido durante sus años de continua evolución, lo que jamás ha dejado de lado, ha sido el sonido de guitarras heredado de esa nostálgica y maravillosa década y su carácter alternativo.
Habiendo ediciones en las que ha resultado algo más complicado recurrir a grupos solventes y dedicados a ese esquivo sonido noventero, trayendo siempre a las bandas más legendarias de aquella época como reclamo principal, el cartel de este año recoge algunas de las propuestas más atractivas y emocionantes dentro de ese retorno a los 90.
Resulta curioso que dentro de ese momento tan dulce que está viviendo el sonido alternativo del rock noventero, y plagando el cartel entre sus nombres más medianeros con muchas muestras de ese resurgir del que hablo, sus cabezas de cartel hayan sido tres indiscutibles divas del pop actual como Sabrina Carpenter, Chapelle Roan y Charli XCX.
Mis cinco recomendaciones de este año nacen, evidentemente, de ese revival del que hablo tomando varias vertientes estilísticas del mismo para no incidir en el referente más evidente como son sus guitarras distorsionadas y las murallas de sonido impenetrables. Aunque de eso, va a haber mucho en este artículo.
BEEN STELLAR (New York, 2017)
Tomando su nombre del famoso actor Ben Stiller, no me parece mal el homenaje pero sí algo extraño para llevarlo al nombre de una banda, el debut de Been Stellar, Scream From New York, NY (Dirty Hit, 2024), nos regresa a la eterna promesa de que las mejores bandas de rock del momento, nacen y respiran sobre el asfalto de la gran ciudad que nunca duerme.
Concebido como un paisaje neoyorkino en el que la banda se ve reflejada, su objetivo es ofrecer una imagen de la ciudad más artística y menos hedonista. New York puede ser la ciudad más cruel y despiadada del mundo, pero el potencial creativo que vive en sus calles es inagotable.
Su noise pop me remite a bandas como Mercury Rev, esa clase y esa majestuosidad son incontestables, de la misma manera que se reflejan en ellos destellos de The Strokes o Interpol, como no podía ser de otra manera.
Con un primer disco cargado de hits poco inmediatos, su construcción de la distorsión controlada y el registro vocal de un Sam Slocum dotado de un tono que nos resulta tan familiar como atractivo, Scream From New York, NY, es tan perfecto que asusta.
Ocuparán uno de los escenarios del primer día grande del festival, el jueves en el recinto del Fórum.
JULIE (California, 2019)
Julie juegan con la pulsión adolescente cargada de rabia y emoción a partes iguales, esa bipolaridad que en tus años de formación aflora de manera casi irracional y visceral. Lo suyo es el lo-fi de manual cargado de distorsión y reverb teniendo muy claros sus referentes, entre los que despuntan sobremanera My Bloody Valentine y las bandas de Sub-Pop de la época, alternando fogonazos grunge que podrían venir de bandas como Sonic Youth o los primeros The Smashing Pumpkins.
Su disco debut, my anti-aircraft friend (Atlantic Records, 2024), escrito todo en minúsculas como mandan los cánones adolescentes, es una delicada y áspera paleta de sensaciones en la que el grunge, el shoegaze y el noise rock se dan la mano para disfrutar de un nostálgico paseo por la década de los noventa.
Mientras que muchos de los que emulan el sonido de aquella década, lo hacen desde una posición actualizada, Julie anclan su sonido, su estética y sus formas directamente a la escuela noventera llegando incluso a una producción que podría estar perfectamente firmada por el Nick Santano del Daydream Nation.
Otros que también estarán el primer día de Festival en el Parque del Fórum.
MOMMA (California / New York, 2015)
El tándem formado por Etta Friedman y Alegra Weingarten han conseguido colarse en el Primavera Sound con un cuarto trabajo de estudio, Welcome To My Blue Sky (Polyvinyl, 2025), absolutamente precioso.
Tomando como referentes a las hermanas Deal de The Breeders y su pop distorsionado de carácter simpático y afable, Momma lo completan Preston Fulks a la batería y Aron Kobayashi Ritch al bajo, las programaciones, el sonido, la producción y la instrumentación variada. Su pop vitalista y luminoso queda en segundo plano cuando sus guitarras colisionan en capas de reverb y crescendos instrumentales coronando sus canciones con una habilidad cegadora.
No serán las más originales del lugar, pero a efectivas a la hora de hacer canciones de pop pluscuamperfectas, pocos la pueden superar.
El ideal popero de carácter indie marcado claramente por la década de los 90, es lo que Momma practican sin esconderse. Lo curioso de todo esto es que, en la época, habrían sido una banda más, pero ahora mismo, y después de cuatro discos, podrían ser prácticamente los precursores del revival.
A Momma los tendremos por partida doble. El jueves en el Parque del Fórum inaugurando el Festival en su primer día, y el domingo día 8 en la sala La Nau dentro del marco de los conciertos que se engloban dentro del Primavera a la Ciutat.
FEEBLE THE HORSE (Pittsburgh, 2021)
A medio camino entre la densa suciedad melódica de Dinosaur Jr. y los muros de distorsión hipnótica de My Bloody Valentine, nos encontramos con Feeble The Horse y su segundo álbum de estudio llamado Girl With Fish (Saddle Creek, 2023). Su potencial para revolcarse en el shoegaze y el indie más áspero, confronta de manera efectiva con su carácter pop de aires folk y sus melodías más afables y amables.
En Feeble The Horse hay espacio para todo, incluso la experimentación con las voces o las cajas de ritmos, pero es indudable que el cuarteto formado por Sebastian Kinsler y Ryan Walchonski, como miembros originales e impulsores del proyecto encargados también de la producción del disco y del bajo y la guitarra respectivamente, Jake Kelley a la batería y la mezcla y Lydia Slocum como vocalista, supura personalidad propia por los cuatro costados.
No es fácil llevar a la banda al sonido noventero y darle ese ápice de actualidad, incomodidad e inconformismo que gotea continuamente en este Girl With Fish, y eso es algo que ellos consiguen desde la primera hasta la última canción contenida en el disco. Viernes sin falta ficharemos con ellos en el Fórum.
GOUGE AWAY (Florida, 2012)
Formados en Florida hace más de diez años, Gouge Away tuvieron la gran desgracia, como muchos otros, de pillar su momento de mayor crecimiento, su segundo disco titulado Burnt Sugar es de 2018, justo en plena pandemia.
Acabada su gira y decididos a meterse en el estudio para grabar su nuevo álbum, con muchas de las canciones que estarían en su último Deep Sage (2024, Deathwish Records) ya compuestas, los ánimos de la banda se desintegraron prácticamente por completo.
Por suerte para ellos, y para nosotros, la banda capitaneada por Christina Michelle ha conseguido reencontrarse con la mejor versión de sí mismos y han firmado uno de los discos de post-hardcore más contundentes, atractivos y referenciales de los últimos años.
Tomado su nombre de una de las canciones más famosas de los Pixies y con un claro referente como Fugazi a la hora de manejar sus filias estilísticas, Deep Sage es su marca de fuego dentro de su propio imaginario. Agresivos, sin perder el carácter melódico, y con una actitud aplastante a la hora de ejecutar sus canciones, Deep Sage trata de quitarse las caretas, de mostrarse tal y como eres y de demostrar a los demás que tus convicciones y tus ideas no tienen que coincidir con el resto para ser válidas.
Una actitud proveniente de la experiencia adquirida con una época de la vida, la pandemia, que ha mostrado la verdadera cara de muchos, esos que se han llenado la boca con la solidaridad, la empatía y la camaradería y que, poco después de la gran debacle social, han vuelto a ser igual de falsos, intransigentes e individualistas que eran antes, o incluso más. Apuntados para el viernes en el Fórum.
Todavía sin la publicación de los horarios, crucemos los dedos para que ninguno de ellos coincida y tengamos que tomar esas decisiones extremas que tan poco nos gustan a la mayoría.