Ni un año después de su última visita a Barcelona, Lisabö vuelve a la ciudad Condal para tocar en la sala Apolo, la mejor sala que existe.
Con la bandera palestina bien visible y todavía sin que la banda haya salido a escena, la reconocible banda sonora de Twin Peaks, en homenaje al recientemente fallecido David Lynch, empieza a sonar a todo volumen en el expectante espacio de una sala Apolo prácticamente llena. Toda una declaración de intenciones.

Lisabö existen como una de las formas de expresión más puras y viscerales que puedas echarte al cuerpo. El poder catártico, expiatorio e hipnótico de sus directos es tan apabullante y emocional, ese momento de cantar al aire, sin micro, tan característico de sus directos te pone los pelos de punta, que no puedes más que rendirte a sus pies y dejar que que tu espíritu poseído por la música haga el resto.
Su ética de trabajo, su compromiso socio-político y esa capacidad poética para retratar la realidad del mundo que nos rodea, con letras de Martxel Mariscal mediante, los emparenta directamente con los Fugazi más post-harcore y los Shellac más experimentales.
Algo que en directo se convierte en una orgía de riffs atronadores, acoples estudiados, progresiones paisajísticas, suaves melodías que te llevan a la calma y ritmos contundentes que plagan de euforia desmedida tus entrañas.
Lo más curioso de todo, es que no has de saberte los cambios, las letras o las canciones, Lisabö es una transmisión de emociones articulada desde la música y el arte contenido en ella.
Esa energía electrificante que emana de la química en directo que forman sus seis componentes, tres de ellos a las guitarras, uno de ellos al bajo y, la atracción principal de la banda, sus dos baterías simultáneas, es algo que te atrapa sin capacidad de resistencia y te desarma si en algún momento pensaste que la violencia era la respuesta.
Lisabö, simple y llanamente, la banda vasca en directo más emocionante de los últimos 25 años.
+ Info:
LISABÖ, 7 de febrero de 2025, Sala Apolo (BArcelona)