LA CORONA MALDITA

Mari Pau Domínguez nos acerca la fascinante historia del primer Borbón

La popular periodista nos presenta en La Corona Maldita, su sexta novela, la figura del primer Borbón que fue Rey de España. Un hombre contradictorio, obsesivo y acosado por los fantasmas del tiempo y de la muerte.

portada_corona_malditaDesde que en 1993, Mari Pau Domínguez escribió su primer libro, ha publicado otras cinco novelas: La tumba del irlandés, Dime que no eres tú, El diamante de la reina, su primera novela histórica, La casa de los siete pecados (Grijalbo, 2009), con la que obtuvo el I Premio Caja Granada de Novela Histórica, Una diosa para el rey (Grijalbo, 2011) y Las dos vidas del capitán (Grijalbo, 2014), obras alabadas por el público y la crítica y que la han confirmado como una de las voces más más originales y valoradas de la narrativa histórica española actual. Con La corona maldita, Mari Pau Domínguez nos ofrece una historia fascinante del primer Borbón que fue rey en España, aunque fuera contra su voluntad, y de la maldición que siempre sintió como una sombra que se cernía sobre su corona y la de su dinastía.

El argumento de La Corona Maldita sitúa la acción en España en 1714. Felipe V, primer rey Borbón de España, y nieto del rey Luis XIV de Francia, contrae segundas nupcias con Isabel de Farnesio, una ambiciosa joven recién llegada de Parma dispuesta a dejar su sello personal en la Corte. Ayudada por el cardenal Giulio Alberoni, Isabel pone todo su empeño en satisfacer las exigencias de su esposo en el lecho, mientras a la vez planea cómo propiciar a futuro coronas europeas para sus hijos. Pero la peor lucha que deberá afrontar la reina no es contra una corte que desconfía de ella, ni contra unos hijastros a los que no quiere, sino una dramática melancolía que, poco a poco, va dominando el alma enferma del rey y que los médicos no consiguen paliar. Felipe V, agobiado por la responsabilidad que implica su posición, siente el tremendo peso de la corona, no quiere gobernar y se encierra en sí mismo. Descuida su higiene hasta límites inauditos, se autolesiona, le inquieta ser envenenado y se teme por el propio estado de su mente. Sólo una lujuriosa actividad sexual consigue separarlo de la demencia y devolverle las ganas de vivir, e Isabel tendrá que ser una amante perfecta y entregada en cualquier momento ante las poco ortodoxas costumbres sexuales importadas desde Francia por el Rey. 

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