Ikigai: ¿Todavía no sabes quién eres?

Mientras Arturo Valls se pasea Por el mundo a los 80,  y consigue que uno de nuestros abuelos se transforme en actor de telenovela mexicana, hay otros individuos que llegan a los cien años. Son personas que saben lo que hacen y por qué lo hacen. Y lo saben todos los días de su vida. Centenarios con Ikigai. Miles de diagramas de Ikigai ocupan miles de páginas de Google, todos con cuatro pétalos: Pasión, Misión, Profesión y Vocación.  ¿Los cumples a diario? ¿No te habrás equivocado en tus elecciones?

por Rosa Panadero

Vacaciones. Te levantas sin necesidad de pensar qué es lo que vas a hacer hoy. Si te dejas llevar, la respuesta mental es fácil: chiringuito, playa, siesta y terraceo. Como no te obligan, pues te gusta más. Cuando la rutina comienza con ducha, café a trompicones en el odorífero Metro, obedecer al jefe, hacer la pausa de quince minutos y permanecer en silencio para que el trepa de turno se luzca y aumente de seguidores, autobús a la academia de idiomas, metro de vuelta a casa y cena precocinada…

¿Era eso lo que querías en la vida? ¿Un mes al año para no sentir ni padecer, y otros once para agachar las orejas? ¿Ese es el sentido de tu existencia? Da vértigo enfrentarse a la realidad y darse cuenta de que son las decisiones -y no las condiciones- las que nos definen. Así que si eres consciente de que saber cuál es el sentido de tu existencia sigue en tu carpeta de tareas pendientes, ábrela y titula en mayúsculas: IKIGAI.

Amor a primera vista

El libro me encontró a mí en la tienda de Natura en la calle Velázquez.   Ikigai suena a “lean management” de Toyota y sí, algo de nipón tiene el término que, dicho sea de paso, no es nuevo.

El subtítulo ya añade algo más, “Los secretos de Japón para una vida larga y feliz”. No está mal, un consejo de los más longevos del mundo a los segundos en el podio, que somos los españoles. Algo nos falla para no ser los primeros. La editorial que publica el libro de Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles es Urano, así que esto va de planetas, de los dioses de Okinawa y de los humanos que allí viven, que son los que no sacan ventaja por la patilla en esto de llegar a centenarios.

Los cuatro pétalos de tu Ikigai, Pasión, Misión, Profesión y Vocación, se entrecruzan para saber qué es aquello que se te da bien, qué es lo que verdaderamente te gusta, qué es lo que el mundo necesita y qué es aquello por lo que te pueden pagar. Si tu respuesta a todo es “preparar oposiciones para ser funcionari@” es que no has entendido la profundidad del asunto, así que puedes seguir sesteando bajo la palapa en la playa de tu hotel “Ciudad de Vacaciones”.

¿Cómo encontrar tu ikigai?

Hay seminarios y cursillos para ayudarte a encontrar tu ikigai, pero el secreto sólo lo hallarás tú. Ikigai significa “La vida vale la pena”, de ahí que el equilibrio entre todos los pétalos sea tan importante.

Los centenarios de Ogimi en Okinawa son los campeones en ikigai. Tienen una filosofía de vida simple: no preocuparse, tener buenas rutinas, cultivar las amistades cada día, vivir sin prisas y ser optimista. No es necesario que te levantes a las cinco para ir al huerto —a falta de arrozal japonés en el patio de atrás— y así iniciar el día de forma positiva, pero un poco de gimnasia matinal es suficiente para cambiar de actitud.

Centrarse en una sola tarea en lugar de hacer el multitasking con más brazos que Kali, la diosa india de la muerte, ayuda a entrar en “Flow”, trabajar más en menos tiempo y acabar con la satisfacción de la tarea cumplida. La meditación diaria es el equivalente a vacaciones para nuestra mente, y diez minutos pueden ser suficientes para relajar nuestros circuitos. El hecho de sentirse útil en diferentes facetas de la vida hace que la idea de jubilación se moldee.

En japonés no existe un término equivalente a “jubilación”, ya que siempre están activos. Mente activa, envejecimiento más lento.

El libro concluye con las Diez Leyes Ikigai:

1._ Mantente siempre activo, nunca te retires.

2._ Tómatelo con calma.

3._ No comas hasta llenarte.

4._ Rodéate de buenos amigos.

5._ Ponte en forma para tu próximo cumpleaños.

6._ Sonríe.

7._ Reconecta con la naturaleza.

8._ Da las gracias.

9._ Vive el momento.

10._ Sigue tu ikigai.

Si todavía no has descubierto cuál es la misión que da sentido a tu vida, tendrás que encontrarla. Ese será tu ikigai hasta que des con qué es lo que buscas. Feliz verano.