Evan Dando, quien tuvo no retuvo

EVAN DANDO – Sala La Nau (04 Noviembre 2024)

A sus 57 años y después de una carrera plagada de éxitos, portadas, cotilleos, fracasos, desplantes, excesos y cientos de horas de rehabilitación, Evan Dando, el que fuera considerado en su día uno de los hombres más guapos del planeta y un genio del pop en plena era grunge, en mi caso fue uno de mis héroes musicales de mediados de los 90 al que pude ver en uno de sus mejores momentos con la gira del Car, Button, Cloth del 96 con su reformada banda, he de admitir que a mi cita con la versión acústica y en solitario del cantante de The Lemonheads, iba con ciertas reservas y alguna que otra reticencia.

Cuando alguien es muy fan de un artista concreto, tiene dos opciones a la hora de asistir a un concierto que no está a la altura de lo esperado. La primera es pasarlo todo por alto y dejarse llevar por la nostalgia y el sentimiento de cariño que todavía puedas conservar por el artista. La segunda es admitir que hubiera sido mejor no verlo jamás en esa situación tan penosa y desastrosa para conservar el recuerdo de ese momento mágico en el que lo viste en condiciones, intacto e inalterable. En mi caso, he tenido que optar por la segunda.

Un Evan Dando bastante desaliñado, inconexo, distraído. olvidadizo, bromista (en plan mal) y con una voz y capacidad interpretativa prácticamente nula, su registro vocal era cansado, desafinado, fuera de tono, sin llegar a los mínimos agudos, cambiando y recortando las canciones y con una capacidad asombrosa para soltar gallos desgañitados cada dos por tres, soltó un set de hora y media en la que no faltaron los grandes éxitos de The Lemonheads de la misma manera que interpretó algunas de sus canciones favoritas de todos los tiempos.

Sobre los temas de The Lemonheads, no hubo ni uno que sonara en condiciones. En realidad hubiera preferido que los hubiera omitido todos y cada uno de ellos, destrozarlos de esa manera tan descarada y despreocupada me pareció muy triste y penoso.

Del resto, de las que pocas acabé reconociendo, me dieron bastante igual, pero admito que al menos, el dolor interno que me produjeron las fangosas y terroríficas versiones acústicas que se sacó de la manga para contentar a los fans de The Lemonheads, no tuvo nada que ver con el resto de set-list, al que no estuve ni la mitad de atento.

Personalmente soy una persona a la que le gusta mucho el humor negro, pero también soy consciente de con quién y dónde se puede utilizar para no herir sensibilidades u ofender a nadie. Lo que voy a explicar no me ofendió ni me hirió, pero entiendo que allí, en esa situación y delante de gente que ni conoces, no sería la mejor manera de meterse al público en el bolsillo.

Después de varios chistes fuera de lugar que no venían al caso y de los que pocos de los presentes acabaron pillando, en ocasiones por falta de información y en otras por una explicación bastante parca por parte de Evan, el colofón a la noche del stand-up comedy llegó con el siguiente chiste doble

  • ¿Por qué una niña sin brazos y sin piernas no tiene amigos?

  • Pues porque no tiene brazos ni piernas.

  • ¿Qué le traen para navidad a una niña sin brazos y sin piernas?.

  • Cáncer.

Como nadie se reía al respecto, Evan soltó un…

  • Yo soy mucho más triste que ese chiste.

Después de la última expulsión de la gira de Jawbreaker en 2022 por impresentable, sustituidos por los Get Up Kids, y su nueva vida dejando la heroína a un lado hace tres años, nada de lo ocurrido parece mejorar su capacidad interpretativa ni su calidad en directo.

Heroína no tomará, pero es imposible que un hombre que se haya castigado tanto, tenga la cabeza en su sitio, y eso contando que no esté enganchado o sustituyendo su adicción al jaco, por cualquier otra droga legal como sería el alcohol.

No seré yo quien vuelva a arriesgarse con él, por mucho que lo quiera.