Javier Cutanda

‘El fotógrafo de Minamata’, la historia que le costó la vida

Poco a poco vamos matando al bicho y consecuencia de ello, los cine empiezan a abrirse. Desde Yellobreak, ya estamos como grupo de culturistas frente a oferta de pechuga de pollo. Al menos yo, me moría de ganas de poder dedicar algunas líneas.

Obviamente, me voy a comer muchas pelis que ni el tato va a ver, pero a mi eso me mola.

No os voy a contar mi historia y sí, la de esta película. La historia de la enfermedad de Minamata. Una obra basada en hechos reales.

W. Eugene Smith

Esta nueva obra nos acerca a los último años de W.Eugene Smith. Situado en el Nueva York de 1971, este fotoperiodista afamado de la II guerra mundial, se siente apartado y acabado. La sociedad le ha dado de lado y su carrera se convulsiona. Giro inesperado en su vida, cuando la revista Life lo envía a cubrir un reportaje de investigación. Esta vez lo envía a la ciudad japonesa de Minamata. En esa zona nipona están sufriendo envenenamientos por mercurio, fruto de años de negligencia industrial. El protagonista se mimetiza con la sociedad y empieza a captar con dura crudeza, el desastre. Dicho reportaje llega al mundo y da una perspectiva desgarradora de lo que allí ocurre.

Bueno y de esto es de lo que va la película. Ahora es cuando acuchillo a la trama argumental. Voy a hacerlo, debido a que falsean y blanquean la imagen de esta eminencia de la foto.  Una cosa que es importante, y se puede ver solo poniendo su nombre en google, es el hecho de que era un adicto a las drogas. Aquí solo lo pasan por encima e incluso te hacen creer, que son “medicamentos”. Aunque eso no es lo peor. SPOILER, falsean su muerte diciendo que fue junto su mujer, a consecuencia de las palizas que recibió. Tremenda trola, cuando murió atormentado por el abuso incesante de estupefacientes y alcohol.   

Sablazo peliculero

La película en sí misma, es de formato antena 3 un domingo por la tarde. Le salva que esta basada en hechos reales y cubierta de humanidad y ecología. Obviamente, dos temas que en la sociedad de hoy en día, tiene un calado muy profundo. Cosa que me hace gracia, porque los problemas de esa índole han estado siempre, ahora “¿¡Qué ha pachaooo!? Todos somos a tope de eco, friendly todo y pollas de esas. Bueno que me voy, si queréis discutir de esto seguirme en IG @Cutanda33

Retomando la crítica. Mi primer y más certero katanazo, se lo va a llevar el ritmo narrativo. Demasiado contemplativo y parsimonioso. No conjuga bien los momentos tensos, con los románticos y aún menos, con los cómicos.

El siguiente se lo lleva, la elección artística. A pesar de que usan bien la técnica que encaja con las fotos reales, no consigue vincular la realidad de lo que ocurrió, con la ficción que quiere plasmar. Por no habla del empalagoso y desentonado uso de la cromática, la cual no consigue su propósito en ningún momento.

El último golpe se lo lleva, Johnny Depp. Es él sin duda, la brillantez que esta película tiene. No voy a decir que sea de mi agrado, pero lo respeto. En esta película, vuelve a demostrar su capacidad camaleónica de interpretación. Un papel, que curiosamente se parece al caos de su propia vida. No sé si os pasa, pero ya lo veo muy prostituido por sus anteriores papeles y no me rezuma novedad, si no atisbos de otros personajes.

Volviendo de Japón

La película esta bien, no es una historia bien contada, ya que finge más que cuenta. Se inventan datos para limpiar un poco la imagen del protagonista y transforman una sucesos de calado internacional, en una pachanga entre Olivers y Benjis.

Un conjunto muy lagrimero, encajonada en una historia sobre un fotógrafo de gran renombre. Como admirador del arte quiero compartir algunas de sus mejores fotografías. 

Un placer asesinar películas para vosotros.

Disfrutar del arte y que no os manipulen con imágenes.