El arte del pixel art
Poco hay que explicar sobre esta técnica que utiliza gráficos rasterizados a nivel del píxel para crear unas imágenes muy características y que está tan de moda. No obstante, no debemos olvidar que este estilo fue un estándar en los videojuegos antiguos, cuando la tecnología era la que era y de dónde no había, no se podía sacar más. Pues bien, en la actual era del hiperrealismo gráfico en videojuegos, vuelve el pixel art.
Todos recordamos los inicios de Super Mario o el mítico Pac-man, con esa estética tan de “cubitos” o “cuadraditos”; son algunos de los ejemplos más recordados de aquella época joven de los videojuegos. Actualmente, colándose entre las maravillas visuales de la industria como son The Order o The Last of Us, se encuentra Minecraft como el ejemplo extremo de la estética pixel art dentro de los videojuegos. Ahora bien, no es éste título el que ha marcado esta tendencia; es sobre todo en juegos para PC donde podemos ver el verdadero resurgir del pixel art. Títulos como Undertale, Gods Will Be Watching o The Binding of Isaac son los iconos de toda una oleada de juegos hechos en pixel art que llenan las plataformas de videojuegos digitales.
Lejos de lo fácil o simple que pueda parecer esta estética, se trata de una técnica a la que hay que dedicarle tiempo y ganas -vaya, como a cualquier cosa- si queremos que el resultado sea brillante. Se pueden conseguir verdaderas obras maestras con el pixel art, aunque también es cierto que la saturación de la oferta de videojuegos con esta estética pueda acabar cansando a los jugadores y les haga huir y buscar todo lo contrario al pixel art. En el otro bando, también se trata de un imán para todos aquellos nostálgicos enamorados de una estética que rememora los videojuegos de hace unas décadas. La cuestión es: tal y como está desarrollada tecnológicamente la industria del videojuego, ¿El pixel art está de más, lo retro mola o convivencia pacífica?
