‘Domino’, ¡Brian que palmas!

Es triste cuando ves a estrellas de tu infancia degradarse como si fueran un cirio de iglesia, que su llama sigue latente pero su integridad se desvanece. Y eso es lo que ocurre con Brian de Palma en Domino.

Pues así es queridos lectores, el mítico director de la gran película de Scarface o Los intocables de Eliot Ness, sin conocer el motivo, ahora se ha convertido en un quiero y no puedo.

¡It’s showtime!

Aquí el que un día fue un genio en su invención de la taquillera Misión Imposible, ahora, o mejor dicho, todavía nos quiere plantar una temática terrorista como si de novedades Maripuri se tratara.

Bueno, Domino nos habla de lo que vemos todos los días en televisión, radio, prensa o de las malditas y asquerosas fakenews, el terrorismo islamista. Un tema que creo que a nadie sorprende, pero bueno podría haber dado con una nueva tecla y, nada que no ha dado.

Vamos a ver, este filme presenta una historia verdaderamente aburrida de dos policías daneses (en Dinamarca la emoción policial esta servida) que se ven envueltos en una movida de violencia domestica y al final entre traca y machetes, resulta que el ISIS aterroriza media Europa.

Infumable, ¿Verdad? A eso súmale una narrativa plana, con una presentación torpe en su ejecución y un sinfín de clichés manidos y muy previsible y…  ¡TACHAN! Tenemos una película palomitera, eso sí de lujo con el que a priori, es un “buen” director. Que vamos a ver, esta película de resaca un domingo con unas palomitas frías y si me apuras una cerveza, oye pues igual gana algo más.

Tío, pero que es Brian de Palma…

Y es cierto, hay momentos de la película que parece que el largometraje va a tomar un efecto y girar hacia su superlatividad, pero nada.

Se salvan algunas escenas, en las que me recuerdan a las películas policiacas de Billy Wilder, John Huston o el mismo Hitchcock; con su música de tensión, sus planos detalle de elementos que van a cambiar la trama e incluso algún giro cómico que, es cierto que te arranca alguna carcajada, pero la verdad que sin pretenderlo.

Tal vez haya sido la falta de dinero, las pocas ganas por hacer esta película, el que sea un encargo desde Dinamarca o veas tú a saber el que, pero desde luego si algo tengo claro, es que el espectador/fan no se merece este esperpento de película.

Aunque si repasamos su filmografía sus películas no se cuentan por triunfos, más bien por breves destellos de arrogancias artísticas que han inspirado a otros grandes, entre ellos a mi ídolo Tarantino.

En fin.

Un guion plano, con personajes sin profundidad y algo absurdos, escenas de acciones de serie B japonesa, integrantes de la trama banales creados para usar y tirar, y sobre todo muy poco carisma en su producción.

No paguéis por esta película, que cae en un saco roto de intentos de ser algo extraordinario y referenciando a un compañero de profesión:  

Domino, es ver a Brian De Palma tratando de encender fuegos artificiales utilizando cerillas gastadas”

Nada más que añadir

Bueno sí.

Martín Scorsese nominado al Oscar por mejores efectos especiales

¿Irónico? Evidentemente.