Malditas comparaciones

Malditas comparaciones

En el espacio nadie puede oír tus chascarrillos, Ryan Reynolds” o así pensaba que empezaría mi reseña debido a las semejanzas a Alien que el tráiler me transmitía. Para ser honestos con vosotros pequé de listillo al ir a ver esta película. Me esperaba un producto sin más pretensión que hacer taquilla y yo, cayendo en los augurios del gafapasta autocomplaciente (hasta yo puedo pecar de esa guarrada), me imaginaba un film poco inspirado y con un Ryan Reynolds haciendo prácticas para su segunda película de Deadpool mientras abordaban un género que si bien en las películas mainstream siempre ha tenido poco flujo, en la serie B tiene grandes exponentes.

Luego la película arranca con un magnífico plano secuencia que te deja con el culo roto (mi texto, mis chorriexpresiones) y uno vuelve a recordar aquello de “Nunca juzgues un libro por la portada”. Esta portentosa exhibición de genitales nos introduce en un mundo de gravedad cero mientras la cámara se desliza hermosamente por la nave y nos presenta a todos sus protagonistas, incluyendo el espacio por el que nos moveremos en esta pesadilla darwiniana. Un grupo de astronautas esperan en una estación espacial unas muestras de Marte con el primer ejemplar de vida alienígena (tratamiento alabado por varios biólogos por lo que tengo entendido) en una primera mitad que no tiene tara alguna. Todos los actores están geniales (si, claro que incluyo a Reynolds. No dudo de su capacidad como actor, eso ya me lo dejó claro en The Voices. Me preocupaba su encasillamiento), en especial Jake Gyllenhaal como siempre, y la fotografía es simple y llanamente hermosa. Con un mimo espectacular en el espacio exterior y consiguiendo esa sensación claustrofóbica en la nave que nos lleva a replantearnos el tiempo que llevan los pobrecillos viviendo en esa lata de conservas.

Durante el primer acto la película es un regalo visual y aunque se remarcan los tributos a Alien: El octavo pasajero (la misma nave tiene un sistema tecnológico tecno-retro como la vieja Nostromo) la declaración de intenciones es distinta. Se profundiza en los personajes y en la causa que los mueve. Hay una gran lectura entre líneas en cada plano y diálogo… Luego el bicho de turno se encabrona y empieza a matar gente y la cosa se tuerce.

Ante todo quiero dejar claro que soy un fan acérrimo del Alien fálico de HR Giger y sus digresiones junto a la heroica teniente Ripley. Lo digo para que entendáis que me cuesta ser puramente objetivo, pero en el momento en el que la ameba asesina de Life empieza sus andanzas homicidas por la nave la película pierde gran parte de la identidad propia que estaba ganando en su primer tercio. Alien es un cuento de terror y Life trata de la evolución. El alien de Life no es un monstruo amoral, si no un animal perplejo que lucha por su supervivencia y adaptación. Pero las formas son las mismas… Conductos y atacar al que se encuentre solo. Esto crea una incoherencia al forzar al bicho, por intereses del género al que se debe el guión, a convertirse en una horrible bestia asesina cuando se nos intenta dejar claro que solo lucha por su adaptación.

La película mantiene su calidad técnica intachable hasta el último segundo y demuestra que el chileno Daniel Espinoza es alguien a tener muy en cuenta en futuros proyectos. El agobio y la tensión son realmente impactantes y la cinta tiene algunas secuencias que se van a grabar a fuego entre los fans del género. En el tercio final pierde un poco el ritmo pero no tarda en recuperarlo.

Que quede claro. RECOMIENDO esta película. Solo me da pena que se acabe cobijando cómodamente en una alargada sombra cuando por discurso y calidad podría despuntar como estrella propia. Sabe producir interés, curiosidad o temor según él momento. Me recuerda también mucho en su primer tercio a EUROPA ONE por su factor científico (dadle un vistazo si os gusta el género). Me agrada decir que los fans que buscaban una buena película de terror espacial están de enhorabuena, aquí la tenemos.

@i3rk