Blog Opinión Triunfar en la Vida

Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Triunfar en la vida está chupado

Reconozcámoslo, la política, además de para tener un tema sobre el que discutir en el bar o las cenas, tiene muchísimas más utilidades. Por poner un ejemplo rápido, sirve para poder tener figuras a las que odiar, logrando así que podamos sacar a pasear nuestra peor bilis al mundo sin sentirnos psicópatas sin tratar o trogloditas unicelulares.

Pero no estamos aquí para hablar de Echenique, si no para sacar a relucir otra de las grandes cualidades que la clase política tiene para con el ciudadano: darnos ejemplo.

Y no, no va en coña, aunque me esté descojonando ahora mismo.

Una de las muchas buenas cosas que tiene el haber colocado en el poder a un pequeño grupo de nuestros “semejantes” es que podemos realizarles una autopsia moral siempre que queramos y, así, poder sacar todas las claves necesarias para poder llegar a ser tan inmaculados como ellos. O, si es lo que más te interesa, tener más dinero y un modo de vida muchísimo más cómodo del de los pardillos que madrugamos todos los días.

Así que, queridos amigos, aquí van todas

No tener en cuenta la opinión de nadie; ni siquiera la de tu yo del pasado.

Esta podría decirse que es la principal de todas, porque si algo caracteriza a nuestros amados líderes es que les importa bien poco todo lo que cualquier persona que no forme parte de su grupo de asesores diga.

No importan las críticas razonadas o las pruebas de que han cometido algún delito, ni siquiera que ellos mismos criticasen ese tipo de cosas o en su día empuñasen la espada de Damocles con muchas menos razones que las que cuelgan sorbe ellos, NUNCA, jamás, hay que dejar que una crítica o comentario te haga dudar a la hora de dar el siguiente paso.

Eso es de perdedores, ya sabéis, lo de tener moral o ética; o vergüenza.

Los extraños compañeros de cama no son un obstáculo.

Podría parecer que esta forma parte de la anterior, por eso de que te importe una mierda lo que digan los demás, pero nada más lejos de la realidad.

Aquí no hablamos con metáforas, y si hablo de compañeros de cama hablo de eso: de a quién tengas estómago de follarte con tal de triunfar.

A veces resultará repugnante, o directamente atentará contra tus gustos más básicos, pero nadie dijo que volverse rico sin dar palo al agua fuese a ser agradable; solo hablé de sencillez.

Así que si no te importa emparentarte con alguien indigno de ser llamado ser humano, o que los dedos acusadores se regodeen en que has ascendido en tu estatus social a base de ocupar ese oscuro lugar bajo las mesas de los despachos, es realmente sencillo que de, por ejemplo, ser una simple cajera analfabeta, o un putero empedernido con aire de Torrente, o un chulo piscinas con aires de grandeza, consigas llegar a lo más alto.

Eso sí, de vez en cuando hazte análisis de sangre, que los herpes son muy puñeteros.

Nunca, jamás, te mires en el espejo.

Hay quienes sucumben ante la imagen de alguien podrido de pasta que no ha dudado en arrastrarse por el peor de los estercoleros, y si encima esa cara de gilipollas es la tuya, apaga y vámonos.

Por eso, directamente, evita mirarte en el espejo si llevas ya alguna que otra mala acción en la espalda, porque la sola figura de alguien sin alma que ha sido capaz de, por ejemplo, no gestionar bien una pandemia global solo por poder atacar a su oposición obviando que todo dependía de ellos, puede helarle la sangre al más valiente del reino.

Lo mejor es que, como el enfermo mental que eres, rompas todos los espejos y te peines de memoria. Ya habrá tiempo de verse la cara de reojo cuando salgas en las noticias.

Dientes, dientes; que les gusta.

El último punto está dedicado a los que basan toda su táctica en dedicarse a darles a la turba de mongolos que van a ponerlos en la cima solamente lo que ellos quieren: sonrisas, alegría, y jolgorio.

Porque no nos engañemos, como buenos españoles nos va más una fiesta que el aire, y si eres capaz de hacer que las focas del populacho se centren en las sonrisas y las ganas de beber, si logras que la memoria de todos ellos sea sacrificada en pos de reírse a carcajadas sin motivo, eres el puto amo.

Es más, hasta diría que puedes hacer cualquiera de los tres puntos anteriores sin preocupación alguna, porque nadie con más de dos neuronas se percatará de nada si les colocas una orquesta cerca de una barra libre; ambas pagadas por los infelices que bailan y beben sin parar, por cierto.

La psicología de los idiotas es algo fascinante, y tan plana como el de una mierda de perro, por eso no debes volverte loco para contentarlos, pues los más necios (que suele ser la mayoría) se desnucarán sin dudarlo cuando les digas que la piscina está llena del todo, y ninguno se dará cuenta de que apenas hay unas gotas en la base de la misma. Así que hazlo sin dudarlo; caerán.

Hay muchas claves más, muchísimas, pero como he dicho antes estoy en el tren de camino al trabajo, donde voy a medio disfrutar del día para poder ganar mi buen dinero (del que me quitarán una parte para alimentar a los vagos progres aprovechados, buenos para nada), y creo que los que me leéis y entendéis de lo que hablo ya me pasaréis los puntos que se me hayan olvidado.

La duda es: ¿vamos a dejar que este tipo de gente siga gobernándonos?

Al parecer, por el poco movimiento que veo, se ve que sí…