La ruptura de la sitcom

Las cosas claras y el chocolate espeso. Hay pocas cosas que tengan una estructura tan estricta e inquebrantable como las comedias de situación, o sitcom. A tenor de ser un teatrillo televisivo, comúnmente grabado con un público en directo, basan sus estándares en localizaciones comunes que sirvan como escenarios identificativos (el MacLaren’s de Como conocí a vuestra Madre o el Central Perk de Friends) y en el que se desarrollan comedias de situación de unos 20 minutos de duración… Una hora en España, obviando el buen hacer de los estudios sobre el tema que dicen que más de 20 minutos de una comedia conlleva la pérdida de la atención del espectador; La explicación es que aquí debemos rellenar la parrilla publicitaria.

Por supuesto, no hay que olvidar la que considero su principal característica, sus personajes, pues si algo realmente caracteriza a las sitcom, son el carisma de sus protagonistas basados en la inmutabilidad tanto de los actantes como del discurso que representan. Joey puede evolucionar como actor a lo largo de Friends, pero no dejará de ser un simpático bobalicón mujeriego de la misma forma que Sheldon Cooper no dejará de ser un repelente asocial. ¿Por qué? Muy simple, porque el espectador “No quiere”… Porque el carisma de ellos no deja de ser “ellos mismos” expuestos hasta la hipérbole más básica y cualquier cambio en su forma de ser hace peligrar la integridad completa de la serie…

Un ejemplo ¿Qué ocurrió cuando Charlie Sheen sale de Dos hombres y medio o Pierce abandona Community? En ambas series enfrontan al espectador a realizar un choque emocional al respecto de lo que uno espera ver y lo que se encuentra… Estos dos casos no son los únicos (Y fueron casos de fuerza obligada, ya que ambos actores fueron expulsados de la producción de la serie debido a sus malas maneras en el rodaje), pero cuando la serie pierde a un personaje querido todo el universo que la sostiene se tambalea. Si hay algo que no soporta bien la sitcomson los cambios… 

Da igual que lleves ocho temporadas en antena y el discurso ya no sea ni fresco ni tan decente como antes y busques “paisajes nuevos” que crear para no perder la marca ¿Alguien recuerda la novena temporada de Scrubs? Por qué no me siento muy especial admitiendo que cuando recomiendo la serie le pido a la gente que OBVIE su novena temporada, en la cual se hizo un fallido intento de renovar la serie introduciendo nuevos protagonistas y relegando a los anteriores a meros personajes recurrentes.

Sin embargo, todo evoluciona, y si bien es necesario que el espectador sepa desde el principio que está viendo algo “especial” y que la sitcom aporta aires de mutabilidad… Tal es el caso de Archer, una de las mejores series animadas de comedia (Con permiso de Rick y Morty) en el que nuestro protagonista, una agencia de espías, rompen con su propio discurso en la 5º temporada para convertirse en narcotranficantes y directamente empolvarte el cerebro con un personaje que acaba en coma a final de la séptima… excusa onírica perfecta para brindarnos discursos nuevos en la octava temporada (Ambientada en una trama de detectives Noir a final de la Guerra Mundial) y su novena temporada (Ambientada en una isla selvática y salvaje al estilo de las películas de aventuras de los noventa estilo Tras el corazón verde). Por supuesto, aunque cambie la temática, no lo hace así el discurso, Archer sigue siendo Archer y el espectador sabe qué hará lo que se espera de él y del resto del elenco aunque enmarquen personajes diferentes.

Otra serie sin miedo a evolucionar es la magnífica comedia de HBO, Silicon Valley, ya que la mutabilidad es parte de su discurso a la hora en la que el protagonista afronta los distintos problemas que conllevan la creación de una Startup, incluso en su cuarta temporada no teme romper con la premisa inicial y mandarlo todo al carajo por traernos algo mejor.

Y si tienes Netflix en casa no puedo dejar de recomendarte The Good Place, donde no teme no solo a alterar toda su premisa inicial (De una forma brillante he de decir), si no su manera de estructurar la forma de narrarse a sí misma. La serie que empieza como la llegada de un “error” del sistema a ese Más allá Bueno (Good Place) y que hace que Eleanor, una mala persona que está ocupando el lugar de una buena en el cielo, no duda en cambiar sus tramas verticales (Autoconclusivas) por horizontales (Trama progresiva capítulo a capítulo) cuando el discurso y la importancia de lo que cuenta, lo requiere… arriesgándose a marear al espectador menos preparado y que solo quería ver algo simple con lo que desconectar el cerebro.

Todo evoluciona y un género televisivo debe hacerlo para subsistir. Como conocí a vuestra madre mezcló de una forma acertada (Aunque a veces cruel e injusta) el drama con la comedia pero su espíritu habla del cambio de la madurez. Cambios tristes que son irremediables para conseguir algo mejor, y se asentó en el usuario de Friends para ello.

Este artículo es solo eso, una pequeña reflexión sobre la madurez de un género, y sobre varios exponentes que saben llevar la transformación de su quintaesencia sin perder la identidad del género al que representan… y por supuesto que cualquier serie de las citadas aquí, son un “Must See” importante así que como diría Eleanor de The Good Place¿Qué cojones haces leyéndome y que no estás disfrutando de cualquiera de estas maravillas?