Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

No es lo mismo disfrazarse que serlo

Sinceramente, así por ir rapidito, creo que el problema que plantean todos los que se quejan de los disfraces “sexualizados” se podría solucionar con una simple pregunta:

¿Sabéis lo que significa disfrazarse o el motivo por el que se hace?

Y creo que con esto yo ya estaría por hoy…

… a no ser que conozca lo suficiente a mi editora como para saber que esto no es, ni por asomo, suficiente. Ni de coña, ¿verdad?…

Vale.

De todos modos tenía ganas de darles fuerte a todos estos “intelectuales de la moral”. Así que allá voy.

Un año más, un grupo pequeño, ruidoso, molesto y, por suerte, que se ha convertido con el tiempo en un mal chiste del que todo el mundo se ríe y ataca casi por entretenimiento (y por descontado nadie con algo de cerebro apoya), han vuelto a atacar el infantil divertimento de disfrazarse de lo que cada uno quiera a finales de Febrero.

Y las entiendo, en serio, porque ahora que ya no quedan mujeres trabajando en minifalda en ningún evento deportivo, azafatas que escogían libremente su atuendo en el trabajo, o directamente una sola famosa que escoja vestirse provocativamente que atacar sin recibir una somanta de Zascas legendarios, hay que dirigir sus esfuerzos muy bien subvencionados en impedir que la gente se divierta poniéndose un disfraz de plastiquete para salir de fiesta. No vaya a ser que se diviertan.

Sinceramente os digo que a todas estas desocupadas sin utilidad no les doy más crédito del que tiene un ex fumador que le grita a la gente en la terraza de un bar cuando le llega el humo de otro a la cara, porque en realidad todo ese visceral veneno viene precisamente de un pasado marcado, y por falta de madurez o valentía o dejadez, no curado que las obliga a creerse abanderadas de una lucha que nadie pide, ni quiere, ni mucho menos quieren verse relacionados.

Su ego infantil, y lleno de frases fabricadas en talleres que deberían haber desaparecido hace mucho tiempo, les tiene bien vendados los ojos, y cuando ven un tonto disfraz de enfermera, diablilla, troglodita o lo que sea sexy, ¡BOOM!, su cabeza les explota porque entienden que tras eso hay una enorme empresa fascista, misógina, blablabla y todas esas palabritas que adoran, que solo busca hacer que la mujer sea vista como un objeto al alcance del neandertal hombre blanco, y ¡uga, uga uga!

Ya sabéis por donde van, ¿sí?

Como bien dijo UTBH en su último video, en realidad estos trozos de ropa que venden algo carillos en los chinos solo buscan llenar el hueco que el mercado pide, además si os dais cuenta veréis que cada vez hacen estos disfraces más grandes y robustos, ¿que por qué?, pues os voy a contar un secreto: la mayoría son comprados por hombres para despedidas de soltero, fiestas locas y demás maneras de divertirse por la noche.

Eso es, ¡los potenciales compradores son los hombres!, porque en cuanto a hacer el ridículo saliendo de fiesta, hay que reconocerlo, no hay quien nos gane.

Pero a veces la realidad, la lógica o la gratuita costumbre de sentarse y pensar un poco antes de decir gilipolleces, es algo que se les escapa a esta manada de feministas modernas, que con sus acciones no buscan ayudar a la mujer, de ninguna manera tienen como meta hacer que la igualdad prefecta exista, para nada, porque si así fuera estarían a todas horas en las embajadas de países árabes o en cada una de las bodas gitanas con sus pañuelos o en las clínicas donde practican ablaciones en nuestro país.

¡Pero Dios las libre de ser útiles realmente!, ¡¿te imaginas tener que trabajar de verdad?! Madre mía… que estrés.

La ola feminista ha llegado a un punto en que no son más que adornos que los políticos usan, por un lado y por otro, para ponerse medallas en sus peleas de patio de colegio, mientras estas femipayasas se ponen galones en guerras inútiles muy alejadas de los verdaderos focos de marginación social femenina o de maltrato.

Porque, amigues: ¿cuándo es la manifestación, el piquete o la sentada para que el PSOE, Podemos y los demás investiguen los casos de prostitución de Baleares?, ¿a qué hora quedamos para quejarnos por las violaciones de inmigrantes ilegales, o al menos no separar por razas o defender a unos y a otros no en las pancartas?, ¿y si hablamos de Manresa?, ¿y en qué momento vais a empezar a no tratar a vuestro sexo biológico como el débil, como el que necesita un empujoncito para llegar a algo, dejando de aceptar las paguitas y los tratos de favor en empresas con la paridad como necesidad vital para que aplaudan las foquitas?, ¿y las constantes evidencias de que Juana Rivas miente una y otra vez, con Italia poniendo sobre la mesa sus falsedades?, ¿y aquella lesbiana que llamó porque su novia la maltrataba y que no atendieron porque la violencia solo es cosa de hombres?, ¿las lesbianas no saben pegar?; ¿y los homosexuales varones?, ¿nunca son maltratados por hombres?

No me deis las gracias por este resumen, amigues, solo es por daros alguna pista de hacia dónde deberíais tirar si todavía queréis que no tengamos la completa seguridad de que todo esto, vuestra inútil y falsa lucha, va de conseguir paguitas, favores, ganar en vuestras luchar personales, o atentar contra la verdadera libertad entre sexos, esos que queréis más separados cada día que pasa solo porque así creéis que vais a ganar una guerra que jamás ha existido.

El otro día, en el trabajo, un laboratorio de mi planta decidió disfrazarse de emo-rockers (a saber qué es eso…), y me hizo gracia ver a esos compañeros con las uñas pintadas de negro, las caras pálidas, el pelo despeinado y la ropa negra y estrecha o llena de chapas.

Vamos, lo que suelo ponerme un martes para ir a trabajar en verano. Lo gracioso fue cuando a una de ellos la vi con una camiseta de Iron Maiden, ¡IRON FUCKING MAIDEN! ¿Qué tenía que ver eso con el emo-rock?, ni puta idea. ¿La de la camiseta conoce el grupo?, lo más seguro, pero optó por ponérsela porque tenía muchos dibujitos y seguramente nadie más conocería de verdad esa legendaria banda de Heavy-Metal.

El caso es que esas personas quisieron disfrazarse, ponerse algo resultón o que en su día a día no suelen usar, para reírse y pasarlo bien, y aunque me pueda parecer un sacrilegio lo de la camiseta, aunque ver a alguien disfrazado de mí mismo sin acierto me choque, es de completo anormal ofenderse y atacarles.

Es de personas faltas de raciocinio y de empatía por la realidad el ver algo así, como ver a una chica vestida de hada con minifalda y escote, o a un tío de compresa gigante, y creerse que esa persona están insultando a alguien con su disfraz o pretende denigrar a todo un colectivo.

Porque si esto fuera cierto, os aseguro que tengo muchos amigos racistas, travestis ocultos y violentos que se han disfrazado de Moises o negro cachas, de vigilante de la playa y de BrokenBack Mountain, o de legionarios con una cabra de peluche atada a la pierna, y aun así los voy a querer más que toda esa fachada de estúpidas guerrilleras moralistas, que no toleran que mi libertad, y la de los míos, sea total a la hora de hacer el imbécil un sábado por la tarde.

Así que, ¿de qué vais a disfrazaros este año?

Yo quizás de Calimero. Tengo mucho betún en casa que quiero echarme en la cara antes de pasearme por la calle con un huevo de cartulina en la cabeza.