“Y de postre, flan de huevo” era una famosa frase comercial hace años y es que este postre es uno de los más apreciados en España, si bien es verdad que encontrar un flan “casero” resulta difícil pero no así sus versiones industriales. La diferencia es abismal y al probar un flan casero se entiende por qué es tan apreciado.
El flan tiene origen español y francés (donde es conocido como crème caramel) que se prepara con huevos enteros, leche y azúcar.
Aunque hay registros de época romana, justo cuando empezaron a domesticar pollos y gallinas y a incorporar los huevos a sus recetas, que habla de un postre que se puede considerar el origen de lo que conocemos como flan, la tyropatina, elaborada con miel en lugar de azúcar e incluso espolvoreada con pimienta.
En la Edad Media, este postre se consumía en época de cuaresma y fue entonces cuando comenzó a elaborarse con azúcar y caramelo, tal y como lo conocemos ahora. Pero hasta el siglo VII no surgió el nombre de flan cuando comenzó a popularizarse surgiendo nuevas versiones.
Tradición que perdura
El flan se hace al baño María, en primer lugar, para que la cocción sea indirecta y suave, aparte de para evitar quemar el caramelo con el que se cubre el fondo y que no dé mal sabor.
El huevo, cociéndose al baño María, se cuaja y adquiere una textura cremosa y aireada que toma la forma del molde. Además se le puede añadir sabor, generalmente a través de leche aromatizada con vainilla, canela o cáscara de limón.
Quizá por el tiempo que tarda, se hace menos en casa, pero hoy os traigo una versión en Olla Exprés que ahorra tiempo y que os proporcionará un resultado magnífico. Ahora no hay excusas para no finalizar una comida con un buen flan de huevo.
Ingredientes y receta
Vamos a necesitar 2 huevos enteros L más 2 yemas, 500 ml de leche entera templada, 1 cucharada de maicena, 5 cucharadas de azúcar. Además para el caramelo: 6 cucharadas de azúcar, 3 cucharadas de agua, 1 cucharadita de zumo de limón (podéis usar el que venden ya hecho, pero el sabor no tiene nada que ver).
Preparamos el caramelo echamos el azúcar, el agua y el zumo de limón en una sartén y lo ponemos al fuego hasta que se forme un caramelo rubio. Lo añadimos a la flanera moviéndola hasta que cubra toda la superficie.
Calentamos ligeramente la leche. En el vaso de la batidora echamos los huevos, las yemas, el azúcar y la maicena y lo batimos hasta que veamos todo integrado.
Añadimos la leche, poco a poco para evitar cuajar el huevo, y seguimos batiendo hasta que se forme una mezcla homogénea. Vertemos dicha mezcla en la flanera y le ponemos la tapa o puedes cubrirla con papel de aluminio si tu flanera no tiene.
En el fondo de la olla exprés echamos como dos o tres dedos de agua, ponemos la cestilla de cocinar al vapor, o algo metálico para que la flanera no toque el fondo y la ponemos al fuego.
Ponemos la olla exprés en la posición de menor presión y, cuando comience a pitar, bajamos el fuego. Apagamos pasados diez minutos, dejando que pierda la presión. Sacamos y dejamos en la nevera 6 horas como mínimo antes de desmoldar y servir.
Si os surge alguna pregunta podéis contactarme a través del mail o en Instagram, Facebook o Twitter
