Benito, el conejo patriota

Seis años después de su disco debut y considerado el solista de habla hispana más popular de la actualidad, la misma necesidad que me movió a escribir un artículo sobre su X100PRE  en 2019, es la que me vuelve a impulsar hoy a hacer lo propio con su nuevo disco DeBÍ TIRaR MáS FOTos.

No es que tenga que convencer a nadie del valor que tiene la figura de Bad Bunny en la conciencia colectiva de la música popular, ni es mi intención, ni creo que sea necesario, pero después de un disco como el que ha sacado, mi cabeza y mi corazón piden a gritos proclamar a los cuatros vientos mi amor por dicha obra de arte y la importancia que tiene alguien como Bad Bunny dentro del paradigma actual de la música latina.

Poco le quedaba por conseguir a Benito Antonio Martínez Ocasio después de ponerse número uno en medio mundo, alcanzar la validación masiva como figura artística imprescindible, reconocer su importancia e influencia en la popularización de la música latina y poner a bailar de forma colectiva a adultos y adolescentes al ritmo de sus pegadizas canciones.

Eso por no hablar de su última hazaña de vender 400.000 entradas en cuatro horas para su residencia de treinta fechas en el Choliseo de Puerto Rico, estando las 9 primeras exclusivamente reservadas para los puertorriqueños residentes, y que lleva por nombre No Me Quiero Ir De Aquí. Podrían haber sido cien fechas y también las habría vendido.

El pasado ya es historia

Poco, como he comentado, pero incluso para alguien que está en lo más alto de su popularidad y reconocimiento, todavía se puede ir un paso más allá.

Mientras que con su anterior Nadie Sabe Lo Que Va A Pasar Mañana (2023) no todo el mundo quedó satisfecho, en algún momento tenía que pinchar el genio después de dominar indiscutiblemente el panorama urbano de los últimos siete años gracias a cuatro inconmensurables e insuperables discos (excluídos aquí el Oasis junto a Balvin y ese descarte llamado Las Que No Iban A Salir), DeBÍ TIRaR MáS FOTos está llamado a ser uno de los discos más sonados, bailables, orgánicos, significativos e importantes, tanto en la carrera del puertoriqueño, como en el panorama musical actual. Alterando y modificando (una vez más) las fórmulas del imaginario popular de la música, Bad Bunny entrega su disco más conceptual y ambicioso hasta la fecha.

En un momento en el que la música de raíces latinas (más allá del reggaeton y el dembow) como la cumbia, la salsa, el bolero, la bachata, los corridos o el vallenato copan las listas de éxitos de los países de habla hispana, algunos de dichos estilos pervertidos al máximo y en otras ocasiones presentados desde el purismo más absoluto, Bad Bunny ha decidido honrar, de igual forma, las raíces musicales de su Puerto Rico natal y sus referentes artísticos más actuales.

Haciendo honor a sus orígenes

Siendo el reggaeton un estilo nacido y exportado al mundo desde Puerto Rico, Bad Bunny lo toma como base para ampliarlo y decorarlo en su DtMF con todo tipo de influencias boricuas, en las que caben la bomba y la plena (ambas relacionadas con el sonido de panderos de Puerto Rico), la influencia jíbara (extraída de los campesinos de las montañas de Puerto Rico derivada de las raíces de la música española y africana), la parranda (tradición de Puerto Rico que consiste en cantar villancicos navideños por las calles) y la salsa puertorriqueña (por todos conocida).

La idea es mostrar, proteger y cuidar las raíces musicales del país de manera que todo el que quiera, pueda acceder, apreciar y disfrutar de ellas desde la plataforma universal que ofrece la popularidad de un artista como Bad Bunny.

Y de la misma manera que Benito introduce todas esas raíces musicales en su nuevo disco para demostrar el amor que siente por su país y lo mucho de exportable que tiene, en sus propias palabras DtMF es un disco que habla sobre Puerto Rico para la gente de Puerto Rico, la obra le ha devuelto con creces ese mismo amor gracias a toda ese gente que ha hecho de él su disco favorito en lo poco que llevamos de año, colocándolo el noveno artista más escuchado de Spotify y llegando a los casi noventa millones de oyentes mensuales en la plataforma de streaming sueca.

El Concepto

Más allá de las contadas colaboraciones que tiene el disco, siendo las más destacables las que hace con Omar Kurtz y Dei V en  VeLDÁ, y la que realiza junto a la banda de Los Pleneros De La Costa en CAFé CON RON, el sapo Concho es el indiscutible protagonista del disco.

Principal reclamo para la promoción y el apartado visual de la obra, Concho es utilizado como la metáfora perfecta para referirse a la situación actual del pueblo puertorriqueño. Concho pertenece a la especie Peltophryne Lemur, endémica del país, y que actualmente se encuentra en la lista roja de especies en peligro de extinción.

Las razones son obvias y evidentes. En primer lugar, la destrucción de su hábitat en favor de la superpoblación y gentrificación del país en la mayoría de sus zonas. Y en segundo lugar,  la llegada de especies invasoras capaces de eliminar de sus tierras a Concho y familia sin mayor miramiento y aplicando la ley del más fuerte.

Si echamos la mirada a un país como Puerto Rico, estado asociado a EE.UU. y supeditado a los dictados de la gran potencia estadounidense a la vez que sobre explotado y oprimido en toda su magnitud  para uso y beneficio de los americanos, quienes tienen carta blanca para llevar y desarrollar sus empresas en suelo puertorriqueño totalmente libres de impuestos, la intención de Benito con el disco es hacerle saber al mundo entero la riqueza cultural y la identidad musical que posee un país que está, en su mayoría, en contra de la expoliación americana.

Un problema que está haciendo que el país se resienta de la peor manera posible.

El desgaste que sufren en relación a la masificación turística que afecta a la economía puertorriqueña que trabaja en favor de los ricos, limitando cada vez más el radio de acción de la clase trabajadora que es la que realmente mueve la economía de un país, es un problema añadido.

Con el Bad Bunny más folclórico y político conocido, y presentando su obra más trascendente, cultural y coyuntural hasta la fecha, Benito Martínez ha conseguido posicionarse un paso más allá y elevar su valía como artista consciente y sabio de una posición que puede educar sin que por ello tenga que dejar de entretener, divertir y hacértelo pasar mejor que un verano en NUEVAYoL.

Y en España continúa su éxito

En España no somos ajenos al folclore y, de unos años a esta parte, se ha convertido en parte integral de algunos de los trabajos más importantes y populares de nuestra reciente historia musical. Rosalía con su El Mal Querer y C. Tangana con su El Madrileño, ya pusieron las cartas sobre la mesa a la hora de exponer y ensalzar las raíces de nuestra España musical del modo más atrevido y valiente posible consiguiendo copar las listas de éxitos y convirtiéndose en los nuevos salvadores del folclore nacional.

Pero tampoco podemos pasar por alto a artistas como Rodrigo Cuevas y sus Manuales de Cortejo y de Romería, esperamos el tercero para este 2025, o ese breve pero intenso proyecto llamado Taifa Yallah, del que el propio Dellafuente ha dicho que podría ser reactivado en algún momento.

Una reafirmación de las raíces y el folclore propio a través de la música, a la que Bad Bunny se ha sumado de manera descarada y consciente claramente después de ver que nosotros ya lo habíamos hecho y nos había funcionado tanto dentro, como fuera de nuestras fronteras.

A los hechos me remito.

Según una entrevista realizada a Rodrigo Cuevas en el podcast Revelación o Timo, conducido por Sebas y Claudio de Jenesaispop, después de un encuentro casual en el estudio de grabación entre Rodrigo y Benito, en el que el asturiano le hace frixuelos con miel, bebe mezcal con él y le enseña algunas de sus canciones al rey del reggaeton, Bad Bunny le dice – pues tengo que dejarme influenciar mucho por tí -.

Una afirmación que deja a Rodrigo con una agradable sensación de euforia en el cuerpo. En sus propias palabras, – tuve que ir a cambiarme de bragas – .