La CIA y el BDN alemán se ven envueltos en la recuperación de un código para salvar al mundo
Ahora que está más de moda saber la historia de otros países antes que la nuestra propia, ya sabrás que la agente 355 era la “lady” de la red de espías llamada El Anillo de Culper, allá en la época de las Trece Colonias estadounidenses.
Posiblemente solo hubiera una, porque el espionaje a caballo anterior a John Wayne debía ser cosa de hombres.
Una pena, con la cantidad de orejas que tienen las paredes de las casas, seguro que ellas se enteraban de más cosas que sus ajetreados cónyuges.
En principio, la 355 sería Jessica Chastain, que para eso produce la cinta, aunque las chicas somos más de Club des Filles y lo compartimos todo, hasta el éxito y los perseguidores.
Por eso la agente 355 se desdobla en varias mujeres, a razón del porcentaje de raza de cada una: Jessica Chastain, Lupita Nyong’o, Penélope Cruz, Diane Kruger y Fan Bingbing. La guinda masculina del reparto corresponde a Sebastián Stan y Édgar Ramírez.
A nosotros nos queda raro que Penélope haga un personaje sudamericano, pero es lo que te dan en Hollywood, y menos mal que no se lo ha llevado Salma Hayek. Lupita empodera a todas las estudiantes de origen africano en Gran Bretaña: no sin razón es el cerebrito de cómo hay que hacer las cosas bien.
La más cagona de todas es, cómo no, la representante latina. Siempre hay un tonto que pone el punto humorístico a la escena de tiros, y aquí, al ser un filme de empoderamiento femenino, le toca a una mujer. Vamos, que las chicas imitamos las pelis de tíos duros poniendo tías duras y reflejamos los roles tontos colocando a tontas. Eso es igualdad. Diría que es imitación incluso.
El argumento de estas pelis de acción y palomitas pringosas no varía mucho de la fórmula clásica: robo de un objeto —informático, en este caso—, que el mundo mundial persigue y que sólo conseguirás recuperar si unes tus fuerzas con países colaboradores de los que desconfías a priori. Vale como hilo argumental tanto para El diamante de la Pantera Rosa como para Alerta Roja (Gal Gadot, Ryan Reynolds y La Roca).
Machotas
De alguna forma, a Jessica y a Diane las han encorsetado en los papeles de testosterona, que yo creo que ni nuestras militares, habituadas a un ambiente masculino, se comportan así de ridículas. La tendencia la marcó Demi Moore cuando Ridley Scott la eligió como protagonista de La Teniente O´Neil (G.I. Jane se tituló en inglés), y tenemos ejemplos de roles testosterónicos en Black Widow o Wonder Woman 1984, sin irnos muy atrás en el tiempo. Así a las mujeres blancas les toca encarnar el papel de los hombres blancos. Ellas van salvando al mundo a base de karate y colts sujetados en la liga bajo el vestidito de noche.
El final me sabe a poco. Creo que mezclar el trabajo con una venganza amorosa no es muy inteligente, pero quizá enganchamos ahí para la segunda parte, en la que espero ver un homenaje más logrado a la auténtica Agente 355 del Anillo de Culper. Menudo juego tiene que dar la independencia de los Estados Unidos. Más que un par de agentes cuasi-expulsadas de la CIA y del BND alemán.