’12 reglas para vivir. Un antídoto al caos’ de Jordan B Peterson

Las 12 claves para la paz

por Manuel Gris

No hace mucho leí que un buen libro es aquel que, mientras lo recorres, puedes notar como entra en ti, igual que un perro cariñoso, buscando un buen sitio donde acurrucarse y no moverse nunca. A veces lo hacen con cuidado; otras de un modo histérico y sin dejar nada a su alrededor en pie; y después está la tercera forma, que es respetándote y, sin disimulo, adoptar la forma de lo que ya estaba, aunque no lo supieras, ahí cuando él llego, para así formar parte de tu persona de una forma cercana a la familiaridad.

Pues bien, el nuevo libro de Jordan B. Petterson pertenece a este tercer grupo. O al menos en mi caso, ha sido así.

Si alguien no conoce a este reputado psicólogo canadiense, solo tenéis que poner su nombre en Youtube y darle click a cualquier de sus intervenciones tanto en la televisión como en conferencias, charlas o clases que imparte, y eso os servirá como perfecto tráiler de lo que vais a encontraros en el presente libro, necesario, me atrevo a decir, en los tiempos que corren, unos tan perdidos y llenos de malos discursos, con promesas que no llegarán a ningún sitio porque la base está mal planteada y torpemente ejecutada, que cada una de las 12 claves que nos expone el doctor Petterson son casi reglas lógicas, y a todas luces perfectas, para una vida sin caos y lleno de paz personal.

Si es que de verdad quieres eso, claro.

Hay que empezar por algún sitio

Desde algunas básicas, como el modo en que deberíamos caminar por la calle o dirigirnos a la gente (o no dirigirnos), a otras que requieren más atención y entrenamiento intelectual, este viaje que tomamos de la mano de las certeras y férreas palabras del buen doctor mezclan lo personal (en las que el autor nos pone como ejemplo a su familia, perro, trabajo o día a día) con el conocimientos que dan los años de estudio y análisis de la realidad, las personas que la integran, y su trabajo cara a cara con las personas en su consulta, logrando una equilibrada y muy certera experiencia de autoconocimiento en la que te encuentras a veces riéndote, otras asintiendo, e incluso tomando algo de aire después de la verdad que te acaban de lanzar a la cara con delicadeza pero sin titubear.

Porque una cosa queda muy clara, al igual que en sus charlas y debates, y es que el doctor Petterson no busca arroparte o acariciarte la cabeza para que estés cómodo, sino que opta por defender su discurso sin miedo a herir o a lo que pensará el lector sobre alguno de los ejemplos o conclusiones a las que llega, pues es la única manera de que no sientas en ningún momento que te trata de tonto. Lo que hace es hablarte directamente, sin filtro, tratando de que comprendas qué te está ofreciendo y el modo en que te ayudará en la vida, insisto, si es que de verdad quieres mejorar tu vida.

Jordan B. Petterson, un referente

Reconozco que hasta hace unos meses no tenía idea de quién era este hombre, y que fue gracias al canal de Youtube de Un Tío Blanco Hetero (otro que no tiene miedo a decir lo que está pasando de verdad en nuestra sociedad) que descubrí al gran Jordan B. Petterson y su directo y sincero modo de entender la vida y las relaciones entre las personas. Porque el mundo en el que nos ha tocado vivir cada vez está más desquiciado, y las personas que lo forman han perdido en muchos casos el norte, la vergüenza y, lo peor de todo, la integridad, pero gracias a personas como el doctor Petterson o Un tío Blanco Hetero la esperanza de que no todo se está yendo poco a poco a la mierda sigue viva, y libros como el que os estoy recomendando, encarecidamente, es una muestra de ello.

Podríamos seguir viviendo sin tratar de solucionar de raíz las injusticias de la vida, lo cual significa mejorar nuestra forma de ver, asimilar e interactuar con todo lo que nos rodea, pero algunos ya tenemos lleno el vaso tras millones de gotas de injusticia y falta de inteligencia, y, poco a poco, nos estamos uniendo para no dejar que la majadería global se nos lleve a todos por delante. Porque podríamos vivir ajenos a la realidad y aceptando panfletos que solo nos van a separar más, pero creo que eso es algo que cada vez más gente se niega a hacer.

Así que, amigos: ¿comenzamos por la regla número uno?