“Aprovecho el altavoz que me brinda la escritura para denunciar las situaciones injustas”

por Ángel Martín 

Hace ya algunos años el escritor donostiarra Ibon Martín cambió sus libros de viajes por novelas de misterio.

El autor decidió entonces ofrecer esos mismos lugares a un lector entregado pero desde la perspectiva de los personajes de sus novelas.

Así nacieron obras como El valle sin nombre, El faro del silencio, La fábrica de las sombras, El último akelarre, La jaula de sal o la recién estrenada La danza de los tulipanes.

Hemos tenido la oportunidad de hablar con el autor y esto es lo que nos ha contado el que ya es para muchos uno de los grandes maestros vascos de la novela de suspense.

1._ ¿Cómo se produce el salto de escribir libros de viajes a escribir thrillers?

Fue una evolución natural. Pasaba tantas horas paseando por la naturaleza, buscando rincones que compartir en mis guías de viajes, que llegué a imaginarme situaciones de ficción en los lugares que más me impactaron.

Al principio era un juego, pero después probé a plasmarlas en el papel. Me encantó llenar de vida espacios que eran especiales para mí. Pronto me di cuenta de que eso era lo que quería hacer.

2._ ¿Son los lugares los que te inspiran o nace la idea en tu imaginación y luego la desarrollas en las zonas que conoces?

En mi caso lo primero es el paisaje. Me enamoro de un lugar, como Urdaibai en el caso de La danza de los tulipanes,  y entonces empiezan los paseos, las horas y horas de deambular de un lado a otro, descubriendo rincones que me cuenten historias, hablando con paisanos, husmeando en las noticias locales…

Y así va tomando cuerpo la historia que después será una novela. Pero siempre lo primero es el paisaje. Si yo no me enamoro del lugar, ¿cómo voy a contagiarle la pasión al lector?

3._ La fría ambientación que describes en las páginas de tu novela recuerda mucho a la literatura nordic noir  tan de moda en estos momentos ¿Crees que los paisajes del norte dan pie a ese tipo de historias y de personajes?

El norte de España —la franja Cantábrica, y muy especialmente la costa vasca— tiene muchos elementos en común con los países nórdicos.

A menudo la climatología se empeña en no darnos tregua. Semanas enteras de lluvia, viento y brumas que recuerdan demasiado a esos crudos inviernos de Escandinavia.

Son días en los que nos introducimos en nosotros mismos, en nuestras casas, y en los que todo se parece mucho a lo que ocurre en esos países del norte.

4._ Después del entorno, los personajes femeninos son el centro de la trama de la novela ¿Te ha costado mucho construir estos perfiles y hacerlos tan reales?

Cuando comencé a plantearme el protagonismo de la novela pensaba en un cuarteto de personajes: dos hombres y dos mujeres.

Conforme fui escribiendo la historia me encontré más a gusto con los femeninos, me sentí más cómodo con Julia y Ane.

Al final son ellas quienes se reparten todo el protagonismo. Me identifico mucho con ambas y he conseguido introducirme en su cabeza, pensar como lo harían ellas, sufrir, disfrutar…

Creo que ese es el secreto que hace que resulten tan reales y que el lector las adopte rápidamente como unas buenas amigas.

5.-¿Por qué crees que tienen tanto éxito las novelas de asesinos en serie entre el público?

Son los monstruos de nuestro tiempo. No hace tantos años, cuando la televisión o internet no existían, el imaginario popular construía mitos y criaturas monstruosas o fantasmales.

El miedo nos atrae, pero a nadie le asustan ya el hombre del saco o los espíritus de las casas abandonadas. Los asesinos en serie, tan reales como temibles, han llegado por desgracia para cubrir ese hueco.

6._ Los ingredientes de La danza de los tulipanes son muy variados. A los clásicos -buenos y malos-, se añaden otros como policías atípicos que, además, se saltan las normas, problemas personales poco comunes, amores perdidos, falsos reencuentros, personajes corruptos, sexo, violencia de género, redes sociales en vivo… ¿Hay que rizar el rizo para tener éxito en este género?

En realidad no desarrollo las historias buscando el éxito, sino que mis páginas responden casi siempre a situaciones que conozco en mi entorno cotidiano.

A veces plasmo mis propios problemas en los personajes, otras introduzco episodios de amigos y conocidos.

Como escritor me aporta mucho charlar con la gente, escuchar, y aprovechar el altavoz que me brinda la escritura para denunciar las situaciones injustas con las que a menudo nos vemos obligados a convivir.  Creo que mi formación como periodista influye en todo esto.

Soy curioso por naturaleza.

7._ ¿Qué tiene La danza de los tulipanes que no tengan otros bestseller de la misma temática?

La fusión entre la historia y el paisaje. Me interesa mucho jugar con el contraste que ofrece una ría salpicada de aldeas que viven a ritmos olvidados y un asesino en serie dispuesto a romper la armonía que reina en Urdaibai desde la noche de los tiempos.

Ese contrapunto y la vinculación personal que el lector llega a establecer con las dos protagonistas son para mí los grandes elementos diferenciadores de la novela.

8._ Puedes definir La danza de los tulipanes con tres adjetivos.

Adictiva, oscura y tierna.

9._ El asesino de La danza de los tulipanes ya no es un criminal clásico. Hay nuevos elementos, como la retransmisión en streaming de las muertes de las víctimas. ¿Están influyendo las redes sociales en la literatura? o, quizás, ¿es la literatura la que influye en las redes sociales?

Tengo la sensación de que es más bien lo primero.

Las redes sociales están muy presentes en nuestras vidas, creo que incluso podríamos decir demasiado presentes sin riesgo de resultar exagerados.

Hay quien vendería su alma al mismísimo diablo por conseguir seguidores o clics de aprobación en Facebook o Instagram.

En los últimos tiempos hemos llegado incluso a ver retransmisiones de asesinatos reales por streaming. Sería impensable que un cambio tan radical en nuestra sociedad no se plasmara en la literatura.

No concibo escribir sobre nuestra época sin introducir las redes sociales e internet en la ecuación.

10._ ¿Volverás a los libros de viajes o eso acabó para siempre?

Creo que acabó. No me gusta decir que para siempre, pero a día de hoy no me veo.

En las guías describía los paisajes, en las novelas, en cambio, los vivo.

Cuando un lector lee La danza de los tulipanes se siente en Urdaibai, tiene la sensación de estar viviendo con sus protagonistas en ese escenario privilegiado, en una guía de viajes tendría ganas de ir a ver el lugar, pero nada más.

Hay una gran diferencia. Quiero vivir los lugares y hacer que el lector sienta que se despierta y se acuesta en ellos después de pasar el día entero recorriéndolos. Dándose un baño en el Cantábrico antes de ir a dormir, como hace Julia en la novela, por supuesto.