Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Esa gran bola de nieve

Esa gran bola de nieve

Nuestra sociedad es especialista en colocar falsos ídolos en lo alto del podio, es algo así como una costumbre ancestral que el ser humano lleva arrastrando desde que, más o menos, apareció en la Tierra. El problema es de base, y se debe a que somos tan inseguros y grotescamente aburridos que lo más sencillo es dejar que alguien con algo más de iniciativa (o que finge tenerla) nos señale por dónde ir, qué pensar, a quién gritar, y todas esas cosas que en el fondo nos divierte que existan porque hacen de nuestra existencia un camino menos llano de lo que realmente es y desea nuestro orgullo.

Recuerdo una estrofa de Los Chikos del Maiz, que decía algo así (más o menos) como: espero que en el más allá haya algo por lo que luchar, y que me hizo pensar que hay que tener una vida muy poco plena para buscar cualquier motivo por el que luchar, sin importar el qué; solo luchar y tener un enemigo.

Entre tantas mamarrachadas que hacen que nos rebosen por los oídos las ideas junto con nuestros sesos desaprovechados, de las más peligrosas y que a día de hoy ni se puede parar ni controlar es, por supuesto, internet, y sé que es ilógico que diga esto usando el mismo medio en el que estoy a punto de cagarme, pero cuando sabes que algo es completamente inútil y no aporta ninguna verdad, sino entretenimiento y ese oasis que todos necesitamos en el que desconectar, es cuando te das cuenta de la cantidad de basura y payasadas que la gente toma por verdaderas solo porque le han llegado vía whasapp o alguien le ha etiquetado en facebook (ambas en minúscula, porque no se merecen mi respeto).

“En estos días que nos ha tocado vivir he visto muchísimas cosas, todas ellas manipuladas o tergiversadas por ambos lados, y lo peor es que una de las mitades, que normalmente es la más ruidosa, suele apoderarse de la verdad única…”

En estos días que nos ha tocado vivir he visto muchísimas cosas, todas ellas manipuladas o tergiversadas por ambos lados, y lo peor es que una de las mitades, que normalmente es la más ruidosa, suele apoderarse de la verdad única solo porque en la mente colmena en la que vivimos nos han convencido de que es el discurso real, noble, y, lo más divertido, bueno. Y las redes siguen acumulando testimonios falsos y fotos trucadas o de hace años para que la piara se acelere y salga a la calle con la “verdad” en su mano y el “amor” por bandera.

“Y las redes siguen acumulando testimonios falsos y fotos trucadas o de hace años para que la piara se acelere y salga a la calle con la “verdad” en su mano y el “amor” por bandera.”

La bola de nieve es imparable, y os aseguro que no es blanca ni brillante, no es suave ni mucho menos fría, está cubierta de toda la mugre que ha encontrado por el suelo, todos los insultos y sin razones habidas y por haber y los restos de los que quedaron en el camino con mayor o menos heroicidad. Y aquí estamos, al final del camino, esperando a que los parta la cara mientras sonreímos convencidos de que esa sombra que nos empieza a cubrir nos va a hacer felices y libres, cuando será todo lo contrario a lo que nuestra amada internet nos lleva metiendo a empujones en nuestros corazones.

Pero no importa, ¿no?, está todo el mundo a nuestro lado y morir acompañado nunca ha sido algo tan malo.

¿O sí?