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Manuel Gris

Blog Manuel Gris: El Lobo y los Pastores

El Lobo y los Pastores

(o la ley del que habla primero)

A veces lo más peligroso no es decir lo que uno quiere, opinar sobre lo que le dé la gana usando sus propias palabras e ignorando a la masa. Para nada. Lo verdaderamente peligroso, y que está haciendo que día tras día la tontería grupal y el sin sentido gane la partida, es que los que queremos decir la verdad, y al final nos atrevemos a decirla, nos encontramos con insultos y adjetivos hacia nuestra persona que no tienen ni base ni sentido, y que solo buscan clasificarnos como enemigos para que los demás que van detrás, sin tener ni idea absolutamente de nada de lo que se está hablando, hagan todo el trabajo sucio y acaben dilapidando al que únicamente pretendía decir lo que pensaba incluso sabiendo que estaba en contra de la mayoría; la cual suele no tener razón casi nunca.

¿Y a qué viene esto?, ¿por qué me posiciono en el bando de los que reciben golpes por el simple hecho de hablar sin miedo y dar una simple y llana opinión?, pues porque el otro día, tras decir que no me fiaba de lo que decían los periódicos, poco menos que me convertí en alguien que entra con todas las letras en la caja de los hombres peligrosos y que son, también con todas las palabras, enemigos.

Y sí, hablo de todo el follón que hubo con la chica “violada” en Razzmatazz.


AVISO: a partir de ahora voy a hablar sin filtros del tema, así que si eres de esas personas que con solo cinco frases te dedicas a copiar, pegar, insultar, y atacar, ESTE ES TU MOMENTO. No espero que leas íntegramente mi opinión porque, sé sincero, no la quieres. Así que aprovecha ahora, antes de que los demás lo terminen de leer y te digan que te equivocas, y adelántate: ya sabes que el primero que miente siempre tiene razón.


¿Estamos los que importan? Bien.

Cuando me enteré de la noticia lo primero que me vino a la cabeza eran todas las historias que, en mi juventud, me contaban cada vez que cerraban el Lobo (para los que no sean de Barcelona, el Lobo es una discotecas etiquetada como Chunga pero que, sinceramente, siempre me encantó por si suciedad, música a toda hostia, y los cubatas y cervezas baratas), esas historias de que le habían metido a alguien una botella por el culo y bla y cual. Después, a los 2 meses o menos, volvía a abrirse y tan felices. En eso pensé cuando leí que en Razzmatazz, que es posiblemente la discoteca más segura y blindada de Barcelona, habían violado en grupo a una menor.

Bien, ¿por dónde empiezo? Pues bueno, mejor hacerlo por la facilidad con la que la prensa usa la palabra menor, haciéndonos pensar en niñas de 12 o 13 años, cuando en este caso hablaba de alguien de 17 (que es menor de edad, sí, pero la madurez digamos que no es la misma). Después podríamos seguir por lo bien que queda decir violación en grupo a día de hoy (la resaca de la manada de Pamplona será eterna), y que, al parecer, esto de violar con un grupo de colegas es algo super sencillo de hacer, o eso parecen creer todos los que con solo leer esas palabras se echan las manos a la cabeza y empiezan a compartir y tachar y denunciar, sin saber cómo es la discoteca y, después, lo jodidamente complicado que debe ser hacer algo así con tanta gente y seguridad y espacios abiertos que tiene. Así que tras leer el titular, y antes de juzgar a nadie y sin decir lo que tantos aman (ya sabéis, eso de putos machistas, o una víctima más) seguí leyendo no solamente en ese periódico digital, sino en dos más, y cuando empecé a atar cabos me sobró tiempo para darme cuenta de que todo apestaba y que, si no se daban prisas los investigadores, íbamos a tener otro capítulo de locura global con pancartas pegadizas y gritos sin sentido ni razón.

Hagamos la suma de factores que hice yo, ¿sí?, aunque solo sea para practicar y hacerlo la próxima vez que pase:

_Una discoteca llena de cámaras y donde NADIE puede estar en un privado sin saberlo todos los de seguridad de la sala.

_Chica joven en un concierto de un grupo de raperos (últimamente están en todos lados) que acaba en el backstage con el cantante principal (cosa FACILISIMA DE HACER)

_Una habitación cerrada donde entraron los dos, y que como todo el mundo sabe, en esas habitaciones de los backstage se va a tomar leche con galletas.

_Un supuesto grupo de Hombres (en mayúscula mejor), de número indeterminado y variable que, como no, SUPUESTAMENTE penetran por el ano (es gracioso lo rápido que se usa este detalle para que la violación suene más brutal, cuando en realidad si te penetran por ahí así, a lo bruto, lo más seguro es que tengas unos sangrados brutales de los que no te sacan del hospital en varios días).

_Amiga de la chica que hace la denuncia y que, junto a la protagonista, nada más salir de la sala buscan un coche de policía para contarlo todo.

_Historia que, tras contarse tres veces seguidas, tiene mil detalles que no encajan ni coinciden.

No sé a vosotros, pero esta suma me sale, en total, una gran mentira que solo sirve para una cosa: que las verdaderas abusadas y violadas queden eclipsadas tras tantas historias truculentas.

Al final, como la suma me decía, todo fue una trola (o eso o los padres de la chica no la tienen en mucha estima ni confían en ella, porque ELLOS quitaron la denuncia), ¿y qué nos queda?, exacto, un nuevo capítulo en el que las mujeres son víctimas, los hombres unos hijosdelagranputa, y detrás una sociedad cabreada con todo que, al no tener ni idea de cómo actuar de verdad más allá de sus insultos y gritos, lo pagan con las personas que solamente piensan desde un principio y, hartos de todo, no se dejan engañar ni van buscando una causa que poner en la bandera. Como yo.

Sé que hay más gente a mi lado, cansados de tantos pastores contando trolas sobre lobos, y que además somos conscientes de que esos supuestos “lobos” al final acabaremos siendo cualquiera que diga/haga/opine lo que sea, o aquel que no se amolde a las normas de los pastores, porque en realidad no van dando gritos para ayudar a nadie, no pretenden arreglar el mundo, solo van hacia una meta muy clara: ser los amos de todo y destruir aquello que no quieren en su perfecto mundo, usando, sin pestañear, todas las armas de las que disponen (que no son pocas).

Esta definición de los pastores me recuerda a una época histórica en la que un hombre con bigote, y que también gritaba mucho, casi borra del mapa por completo a los que él consideraba “enemigos”.

¿No os pasa igual? Es curioso…

Pero que sabré yo, si solamente soy alguien que piensa antes de opinar, que no se posiciona sin escuchar las dos opiniones y después compararlas. Que sabré yo, si soy un hombre que no tiene miedo de seguir haciendo y diciendo lo que quiera cuando quiera y no busca gustar sino seguir pensando por mí mismo.

Que sabré yo, si no soy ellos.