¿Cuantas veces en el día a día echamos de menos el poder sentarnos a solas, leer un buen libro y desconectar de todo?
Las vacaciones de verano son una muy buena oportunidad para cumplir ese sueño tan sencillo y a la vez tan complicado a veces.
Y aquí te dejamos tres opciones que son muy distintas entre sí, pero tienen algo en común: te atrapan. Así de simple.
Blackwater (Blackie Books), de Michael McDowell
Ideal si te apetece engancharte a una serie en papel
Una saga familiar, ambientada en un pueblo sureño de EE. UU. Ambiente gótico, secretos, poder y algo —o alguien— sobrenatural acechando bajo el agua. Una serie de terror en su día que quizás ahora no da tanto miedo pero sí te engancha de principio a fin.
Se lee como una serie de televisión: capítulos cortos, ritmo adictivo y un montón de personajes misteriosos.
Lo escribió Michael McDowell, guionista de Beetlejuice y Pesadilla antes de Navidad, y con esto seguro que te hemos convencido. Es ágil, visual, sin florituras.
¿Lo mejor? Son seis libritos cortos que puedes ir leyendo como episodios, perfectos para engancharte en vacaciones sin cargarte la maleta.
Supersaurio (Blackie Books) de Meryem El Mehdati
Perfecto para desconectar y reírte un poco
Una novela que parece ligera pero tiene más fondo del que parece. Es el debut de Meryem El Mehdati, una voz nueva, fresca, directa y muy divertida. La historia sigue a una chica que sobrevive (más o menos) a un curro precario en una oficina pública, entre rutinas absurdas, jefes que no entienden nada y compañeros igual de perdidos.
Hace reír, y a la vez reflexionar, a través de páginas escritas con un estilo propio, muy actual, muy generacional, y que desde su publicación en 2022 ha enganchado a miles de personas.
Una metamorfosis iraní, de Mana Neyestani
Una historia increíble que probablemente no conocías
Esta novela gráfica cuenta la historia real del propio autor, Mana Neyestani, un dibujante iraní que acabó en prisión por una caricatura de una cucaracha que se malinterpretó (de ahí el título). Lo que al principio parece una anécdota se convierte en una pesadilla burocrática, política y humana.
Aunque el tema es serio, el ritmo es rápido y la narración muy clara. No es la lectura más ligera del verano, pero metes tanto en la historia que cuesta dejarlo a medias.