Travy es el nombre artístico de la familia Pla-Solina y el nombre con el que Oriol Pla, ha titulado una obra que es la vida de su propia familia.
Sin romper nunca esa fina línea que separa la realidad cotidiana de la ficción teatralizada y ofreciéndonos una de las experiencias teatrales más enriquecedoras, divertidas y transparentes de la actualidad, el libreto firmado por Pau Matas y Oriol Pla, bajo la dirección de este último, daba sus últimas actuaciones en el Romea de Barcelona con un lleno absoluto y un público totalmente entregado a los amores y odios de esta familia al borde del caos.
Diana y Oriol son hijos del matrimonio formado por Núria y Quimet, dos clown de la vieja escuela que quieren que sus hijos continúen con la tradición familiar dentro de la disciplina que ellos practican y que, desde niños, Diana y Oriol han visto, experimentado y ejercitado junto a sus padres.
El conflicto se presenta cuando Oriol quiere dirigir una obra con la familia, ofreciendo algo innovador, diferente y vanguardista. Es en ese momento cuando a Diana se le enciende la luz del expresionismo corporal, el post-dramatismo y el tremendismo performativo articulado desde el arte abstracto, sugiriendo una aproximación al libreto de su hermano mucho más libre e improvisada de lo que normalmente están acostumbrados sus progenitores.
A lo que ellos responden con un número clásico, plagado de tics manidos y convencionales, creando la misma batalla generacional que se vive en cualquier casa en la que los hijos crecen renovando las ideas de los padres e intentado aportar a lo aprendido, su propia visión de la vida.
Pasando por todas las fases en la que una familia se puede ver reflejada, el legado, la educación, la construcción del yo, la independencia, la moral, la deuda, la empatía, las diferencias, la herencia genética, las peleas, el perdón y la muerte, Travy toma la deriva de la comedia expresada desde varías vías completamente opuestas entre ellas.
Resulta enternecedor ver como una familia lleva las diferencias cotidianas de su vida, a las tablas de un teatro a modo de terapia colectiva e individual al mismo tiempo, haciendo del meta teatro, jugando con la verdad y la mentira, con el truco y la certeza, ficción y realidad, un arte en forma de arma arrojadiza contra el inmovilismo y la tradición.
Sin perder el clown de vista, ya sea desde su vertiente más física, más ocurrente, más musical, más sofisticada o más absurda, la familia Pla-Solina nos ofrece una obra que traspasa lo teatral para convertirse en una forma de representación de vida, que va dirigida exactamente a donde tiene ir, al corazón.
Meta teatro nivel experto en el que la emoción más pura de todas, se plasma de la manera más artística. La única constante en la vida de todos, es la relación, existente o inexistente, que vivimos con nuestros padres y la forma en la que la vivimos, por ello, hablar desde ese espacio de vida, resulta siempre tan emotivo e identificativo.