‘Transformers One’, los robots gigantes nunca mueren

(y menos si Steven Spielberg está por ahí)

Siempre he sido fan de Transformers, y lo soy desde que Optimus Prime era básicamente mi mejor amigo. Aún recuerdo esos días en los que volvía del colegio, tiraba la mochila al suelo y me quedaba embobado viendo cómo esos bicharracos de metal se daban de hostias. Claro, en ese entonces, no tenía ni idea de cómo iban a apestar las películas de Michael Bay (sí, te estoy mirando a ti, Transformers 4). Pero Transformers One… eso, amigos míos, es otro rollo.

¿De qué va Transformers One?

Para no andarme por las ramas, Transformers One es básicamente la historia de cómo Cybertron, ese planeta de robots que todos adoramos, se va al garete. Optimus Prime y Megatron eran colegas, de esos que quedaban los viernes para echar unas cervezas (o lo que sea que beban los robots), pero claro, las cosas se tuercen y Megatron decide que quiere gobernar a su bola. Así que tenemos guerra, destrucción, traiciones y, por supuesto, unas peleas monumentales. Vamos, lo típico en una película de Transformers… pero esta vez hecho bien.

Animación que te deja con la boca abierta

Ahora bien, hablemos de lo que más me flipó: la animación. ¡Madre mía, qué cosa más bonita! Han conseguido que cada tornillo, cada pieza de estos gigantes metálicos, se mueva como si tuvieran vida propia. Nada de esos movimientos robóticos (ironía, lo sé) de las pelis antiguas. Esto es un festival visual. Ah, y el tono de la historia… sencillo, sí, pero no estúpido. Aquí no nos tratan como si tuviéramos cinco años, aunque tampoco se ponen intensitos. Perfecto para un domingo de resaca.

Otra cosa que me tuvo enganchado al asiento (aparte de las palomitas) fue ver cómo evolucionan los personajes. Optimus no siempre fue el gran líder que conocemos. Aquí lo vemos más jovenzuelo, con dudas, y Megatron… bueno, Megatron es el típico “amigo” que se va torciendo hasta que te la lía.

El guion hace un buen trabajo mostrándonos cómo estos dos pasan de ser “compis” a enemigos mortales. No hay prisas, todo a su ritmo, como una buena maceración de carne. Y al final, te sientes conectado a ellos, aunque sean robots gigantes. ¡Poca broma!

La música: ahí me han fallado

Peeero (y aquí viene el “pero”), si hay algo que me ha dejado frío es la banda sonora. O sea, para una peli de robots que se parten la cara a lo bestia, esperaba algo épico, algo que me hiciera sentir que estaba en una batalla por el destino del universo. Pero no, la música es… correcta.

Y en una peli de Transformers, “correcto” no es suficiente. Quiero oír esas notas que me hagan gritar “¡Por Cybertron!” mientras doy un golpe en la mesa. Pues nada, tocará esperar a la secuela, a ver si le meten más caña.

Un reinicio que renueva la chispa

A pesar de eso, Transformers One es un reinicio con todas las de la ley. Hasbro lo está petando en el mundo del cine, y esta peli es la prueba. Y no es solo la historia lo que mola, también tenemos nombres gordos en la producción.

¿Te suena un tal Steven Spielberg? Pues sí, ni más ni menos que él. Este tío tiene la varita mágica para convertir todo en oro, y Transformers One no es la excepción.

Ah, y por si fuera poco, un amigo mío trabaja en el equipo de animación, así que cada vez que veo una transformación flipante, me acuerdo de él y sonrío como un tonto.

Hablando de fliparse, ¿sabías que el universo de Transformers lleva más de 40 años? Desde los cómics de Marvel allá por los 80 hasta las seis (¡seis!) películas previas que han recaudado más que el PIB de un país pequeño.

Los Autobots, con Optimus al mando, y los Decepticons, con el siempre cabreado Megatron, llevan pegándose desde entonces. Y aquí, en Transformers One, te lo cuentan todo: los orígenes, los primeros roces, cómo empezó todo el lío. Si alguna vez has sentido curiosidad por saber de dónde vienen estos tipos, esta peli es tu billete dorado.

Conclusión: nostalgia y hostias de robots

Al final del día, si alguna vez tuviste una figura de Optimus Prime o pasaste las tardes montando batallas épicas con tus Transformers, esta peli es un must. Te hará recordar por qué te enamoraste de estos personajes en primer lugar, pero también te enganchará si eres nuevo en el universo.

Transformers One es una carta de amor a todos nosotros, los que hemos crecido viendo a estos titanes de metal. Y aunque tiene sus pequeños fallos (¡esa música, por favor!), es una experiencia brutal. Así que ya sabes, no te la pierdas.