Los relojes se han convertido en un complemento de moda indiscutible que demuestra el buen gusto de quien lo viste. Maravillas tecnológicas, envueltas en diseños excepcionales, hacen de los relojes un objeto cuya esencia va más allá de su utilidad práctica.
El siempre presente teléfono móvil ha provocado muchos cambios en nuestros hábitos, uno de los más curiosos es la supresión del uso del reloj de pulsera. Cada vez son más las personas acostumbradas a recurrir al teléfono para informarse sobre la hora.
Y sin embargo, el reloj sigue siendo un objeto decorativo que, a la vez, proporciona prestigio y presencia a la persona que lo porta. Existen muchas marcas de relojes de buena calidad, pero hoy en día podemos encontrar en el mercado verdaderas obras de ingeniería que son capaces de unir en el mismo objeto innovación y belleza.

Hay cosas que no cambian y, a veces, eso es bueno. Si se piensa en relojes de lujo el primer nombre que nos viene a la mente es el de la conocida casa suiza Rolex. Esta marca es sinónimo de poder adquisitivo y estatus económico.
La compañía Rolex S.A. surgió tras la fusión de otras dos, Montres Rolex S.A. y Rolex Industrie S.A.
La posibilidad de personalizar el reloj hasta el mínimo detalle hace que estos puedan tener precios de más de cinco cifras. Para muchos, esta marca es la más alta expresión de la relojería suiza, tiene uno de los mayores stocks del mundo produciendo más de 2000 relojes al día.
Su fama es conocida en todo el mundo y algunos de sus modelos más clásicos son objetos de coleccionistas.
Con más de 160 años de experiencia, la casa de relojes suiza Omega es otro de los grandes nombres del sector, y uno de los más antiguos.
Atletas olímpicos, astronautas o alpinistas son algunos de los personajes que se han enamorado, no solo de la estética si no también de la maquinaria que ha convertido a estos relojes en uno de cronógrafos más respetados del mundo.
Además, desde el estreno de GoldenEye (1995) los Omega son conocidos mundialmente por ser el reloj elegido por el agente secreto más famoso, James Bond. El Seamaster, con su reconocible esfera azul, es el compañero ideal de aventuras para 007.
Omega fue fundada en Suiza en 1848 por Louis Brandt, un relojero de apenas 23 años. A pesar de su juventud Brandt consiguió construir el calibre Omega de 1894 y hacer la transformación de su empresa de la fabricación de relojes de bolsillo a los de pulsera, durante la Primera Guerra Mundial. Innovación y calidad han permanecido en el ADN de esta empresa a pesar de los años que han pasado desde su fundación.
En Tissot, como en el caso de las marcas anteriores, nos encontramos con otra casa suiza famosa por sus relojes de lujo y sus innovaciones tecnológicas.
Fundada en 1853 por Charles-Felicien Tissot, fue su hijo el que situó la fabrica en la localidad de Le Locle, lugar en la que sigue situada hoy la firma.
Si hay algo que caracteriza esta marca es por su inquietud por innovar llevando sus relojes a unos niveles superiores. Responsables del desarrollo de la tecnología de cristal táctil. En 2014, su Tissot T-Touch Solar fue el primer reloj solar táctil del mercado.
Deportistas de la talla de Tony Parker (jugador NBA), Jorge Lorenzo o Nicky Hayden (ambos pilotos de motociclismo) avalan los relojes Tissot como una increíble maquina de precisión.
Y si parecía que el fundador de Omega era joven cuando se estableció de manera independiente, Edouard Heur contaba tan solo con 20 años cuando creó la firma Tag Heuer. Jean-Claude Biver, CEO de la compañía, considera que el secreto de su éxito es “un planteamiento que permite atraer a las nuevas generaciones y animarlas a enamorarse de estos magníficos y bellos objetos y lucir con orgullo uno de ellos en su muñeca”.
Especializado en relojes y cronógrafos deportivos, la compañía cuenta desde hace años con una fuerte vinculación con el mundo del automovilismo.
La empresa pertenece a la compañía de artículos de lujo LVMH, un conglomerado multinacional francés, y tiene como lema «Vanguardia suiza desde 1860», año de su fundación.
Los valores fundacionales de esta marca suiza de relojes son: tradición familiar, excelencia artesanal e innovación permanente. Unos cimientos fuertes para una compañía fundada en 1839 por Antoni Patek y Adrien Philippe, inventor del mecanismo de disolución sin llave.
Fruto de un trabajo extraordinario, un reloj Patek Philippe alcanza un alto valor y lo mantendrá e incluso lo incrementará a lo largo de los años.
Esta marca ha sido elegida por monarcas y personajes notables, como estrellas de cine y magnates. El Rey Juan Carlos I es el orgulloso propietario de uno de estos maravillosos relojes.
Patek Philippe es, además, el fabricantes del reloj más caro del mundo, subastado ya en tres ocasiones y vendido por 11 millones de dólares, 11,75 y 19,3 millones en 2014. Todo un récord.









