Primavera Sound 2025

‘Primavera a la Ciutat’ opening night

Empiezan los conciertos del Primavera a la Ciutat con toda una serie de eventos repartidos por la ciudad Condal en formato sala. Cada año se hace más complicado reservar entradas para los conciertos previos a los días grandes del Festival llegando a agotarse en pocos minutos al momento de ponerlas a disposición del público.

Este año hemos podido reservar algo para el lunes y algo para el domingo, pero lo del martes ha sido literalmente imposible. Por ello, nos quedamos fuera de ese apetitoso concierto con Allie X, Lambrini Girls y Pipiolas en la sala 2 del Apolo, con todo el dolor de nuestro corazón.

Pero no nos pongamos catastrofistas, lo de Been Stellar y Charli XCX a la misma hora el jueves si que es para ponerse catastrofista, al menos hemos disfrutado de un inicio de Festival por todo lo alto con el concierto de Dummy y underscores.

Celebrado en la sala La Nau de Poble Nou con un lleno hasta la bandera, los primeros en salir a escena fueron los angelinos Dummy.

Compuestos por una banda en la que la versatilidad con los instrumentos se convertía en una de sus virtudes más evidentes, guitarras , teclados, sintetizadores, bajos, panderetas y maracas se encontraban sobre las tablas según lo requerido por cada canción, su habilidad para crear atmósferas y momentos densos dentro de la psicodelia pop distorsionada que los caracteriza, elevaron sus cuarenta y cinco minutos de show a un nivel de clase y calidad celestial.

La combinación de las voces de sus vocalistas, la de ella aguda y marcada y la de él grave y susurrada, le daban un punto especial a los temas a dos voces. Su mantra de visuales psicodélicas, proyectadas en ocasiones en el cuerpo del batería, su facilidad a la hora de sonar definidos y potentes en todas sus facetas y esa capacidad para convertir canciones sencillas y preciosas en maravillas plagadas de recovecos sorpresivos y capas de sonidos insondables en las que perderse, los emparentan con grupos como Mercury Rev, Jesus And Mary Chain o incluso Jefferson Airplane.

Ese comienzo de concierto con Intro-UB seguida de Soonish…, los dos primeros temas que encabezan su nuevo álbum (Free Energy, 2024, Trouble In Mind Records), lo tengo grabado en mi memoria a fuego. Eso por no hablar de lo hipnótico del parecido de Alex Ewell con Michael Cera, algo que tampoco voy a poder borrar de mi mente fácilmente.

Después de agradecer la efusividad del público y hacer saber a los organizadores del Festival que tocar en el Primavera era un sueño de vida cumplido, la experiencia de haber sido estampados en un muro de sonido grueso e inexpugnable, nos dejó a todos con ganas de más.

Se vacía el escenario hasta la mínima expresión. Dos monitores, dos luces estroboscópicas,  un ventilador minúsculo,  un ordenador y la pantalla de visuales. A la de San Francisco no le hace falta más que esos ingredientes y su presencia, para poner el lugar en plena ebullición y para demostrar porqué está considerada una de las heroínas del underground más queridas de su generación.

En la pantalla aparece su logo sonriente, heredado del acid y presente en la portada de su valioso debut – Fishmonger (autoeditado, 2021) -, mientras que underscores (a.k.a. April Harper Grey) empieza a exponer su catálogo de hits incontestables. Los estímulos llegan de manera excesiva y caótica (en el buen sentido) con temas como la inicial Cops & Robbers, la rockera My Guy, la descarada Spoiled Little Brat, la brutal Your Favorite Sidekick, la pluscuamperfecta Old Money Bitch, o esa oda a la fisicidad que es Locals (Girls Like Us) con ese estribillo que se te clava en el cerebro y que repite Arms, Body Legs, Skin Bones, Sinew

Sus temas, crecidos en directo en todos los sentidos, sonaron como himnos rebosantes de significado, pasión y emoción (todo muy generacional, por supuesto), consiguiendo incluso alguna olla y algún tímido pogo entre los asistentes. Todos los que la comparan con Charli XCX, algo bastante inevitable,  deberían escuchar sus temas y concurrir en que underscores lleva las cosas mucho más lejos, quizás por ello, no está destinada a salir del underground. Su libertad estilística, rebosante de energía, fantasía y originalidad, resulta inspiradora, de la misma manera que lo es la devoción y la entrega de su público.

Su grueso estilístico se identifica con el hyperpop más exagerado y emocional. Ritmos sincopados, estribillos sencillos y repetitivos, un alto grado de glitch y feísmo, mucho autotune y pregrabados, estética 8bits y ese halo de outsider misteriosa, conforman los códigos de underscores ofreciendo a sus fans el pack completo para adorarla, idealizar y encumbrarla como la única y auténtica diva del hyperpop.

Extasiados y exhaustos con su show excesivo y rupturista, con el que por momentos me venía a la cabeza el trabajo del inglés Squarepusher, volvimos a casa con la sensación de haber asistido a una noche histórica.