El jueves 12 de junio, primer día grande de Festival y, como no podía ser de otra manera, tocaba personarse en el primer concierto de la tarde dentro del recinto del Fòrum. Esos conciertos que al final del día y haciendo un balance global, acaban siendo mucho más importantes de lo que su horario y posicionamiento en el Festival pueden indicar.
Por supuesto que el plato fuerte del día era el evento llamado Sweat, que organizaban conjuntamente Charli XCX y Troye Sivan, consiguiendo la representación del colectivo LGTBIQ+ en el público del Festival más multitudinaria de su historia.
Colores de todos los sabores, con el verde flúor reinando sobre todos ellos, outfits de lo más estrafalarios y atractivos, con los gays como máximo icono de la moda urbana actual y una libertad sexual que debería ser la norma en todos los espacios, el ambiente que se respiraba en el Primavera el jueves estaba claramente marcado y dominado por el colectivo. Algo que me hizo sentir más feliz de lo habitual.
16.30 SCHWARZKOPF
ARROLLADOS POR EL EXISTENCIALISMO POP DE ULTRALÁGRIMA
Marco e Ignacio son de Valencia y lo suyo es tirar a dar. Recogidos dentro de una escena local en la que la electrónica de club y el pop intimista colapsan cual glaciares titánicos, entre ellos podemos contar también con La Plata y Xenia, su expresión en directo ahonda, aún más, en los aspectos más físicos y emocionales de su música.
Si la experiencia en casa, sobre todo con los auriculares puestos, es abstrayente e íntima, en directo, la contundencia de sus ritmos tomados del trance y sus letras de carácter existencial, elevan dicha experiencia a niveles extrasensoriales.
Es verdad que su propuesta dentro de un club oscuro, lleno de humo y con el público totalmente entregado a su pop crepuscular y apesadumbrado, hubiera funcionado de otra manera, pero incluso a plena luz de día y con más de la mitad del público con cara de extrañeza, su bofetada de realidad urbana no deja indiferente a nadie.
Actuar en el Primavera Sound es siempre sinónimo de potencia y calidad de sonido, y eso algo que supieron aprovechar al máximo los del Valencia.
Vestidos de negro riguroso y con Marco en el papel más relajado y concentrado, e Ignacio en el de más intenso y expresivo, una de sus mayores bazas en directo es la combinación de las voces de ambos, con claros carácteres diferenciados, y la variedad de efectos de voz con los que cuentan sus temas.
Algo que les daba un cuerpo musical que tiraba tanto por lo digital como por lo orgánico, equilibrando la balanza de manera espectacular. Esa fusión de estados, las capas de sonido y la brutalidad de sus ritmos cuando explotan, arrojan luz sobre sus matices más oscuros y depresivos aportando intensidad, amor, rabia y emoción a partes iguales. Mención especial a la mini-versión del Yo Te Esperaré (2012) del Cali y El Dandee, posiblemente una de las baladas de reggaeton más famosas y explotadas del estilo. Deseando poder pillarlos en una sala.
17.20 THE LEVI’S PLAZA
SOY MAMÁ, SOY PERRA, SOY PAMELA ANDERSON, SOY RIGOBERTA BANDINI
Lo conseguido por Rigoberta Bandini desde que en pandemia decidiera dar rienda suelta a su creatividad musical, aunque no fue la única faceta que acabó explotando, es de admirar. Concretada a una hora de la tarde en la que no se concentran las estrellas del día y colocada en uno de los escenarios más pequeños del Festival, al breve concierto ejecutado por la catalana y sus secuaces, ni le sobró ni le faltó nada.
Pensado y estudiado hasta el más mínimo detalle y desgranando algunos de sus hits más irresistibles, Amore Amore Amore, Perra, In Spain We Call It Soledad y Pamela Anderson , el colofón final llegó con Ay Mamá y esa expresión de libertad que significa enseñar las tetas sin que nadie se tenga que sentir violentado o escandalizado que acabaron exponiendo algunas de las bailarinas de su cuerpo de baile.
Formado por seis chicas de edad bastante dispar entre ellas y vestidas con una simple camiseta de tirantes blanca, un tejano blanco ceñido y unas botas de charol altas y rosas, la forma de presentar el directo en un escenario circular, resultaba atractiva y de ejecución milimétrica.
Coreografías incluidas, coros de escándalo y momentos cómicos, la teatralidad que el personaje de Rigoberta Bandini ofrece a Paula está lleno de posibilidades. Momento único cuando Paula explicó la anécdota sobre sus aventuras en el Primavera Sound de adolescente.
Tanto le gustaba la fiesta, que su madre tuvo que acabar llamando a la policía porque desapareció de casa durante más de 36 horas. Esas cosas que solamente pasan en los festivales, empezar la fiesta sin saber cuando va a terminar.
18.00 AMAZON MUSIC
YAWNERS: LA CÚSPIDE DEL POWER POP NACIONAL
Elena Nieto lleva entregándonos pildorazos de power pop pluscuamperfectos desde el 2015 con una facilidad pasmosa y una efectividad que cuenta ya con tres de los mejores discos del estilo que se han facturado en territorio nacional en los últimos diez años. Intentando llegar a la cuadratura del círculo con la canción pop perfecta, el set list de la madrileña no dejó puntada sin hilo en un concierto que estuvo plagado de guitarrazos, estribillos altamente coreables y un sonido absolutamente ideal para una tarde de primavera. Con parte de la familia entre el público, o esa es la impresión que me dio, y una afluencia de gente bastante numerosa, Yawners lo dieron todo para darse a conocer a todos aquellos que estaban allí por casualidad. Temazos como Rivers Cuomo, Paranormal (esta vez sin los Cala Vento), No Me Digas, Suena Mejor, Las Horas Pasan o la final La Escalera, con su estribillo familiar repetido hasta la saciedad, alegraron la tarde tanto a propios como a extraños. Estoy seguro de que muchos de los que salieron de allí sin saber quién era Elena ni su proyecto musical, apuntaron el nombre de Yawners en negrita como asignatura pendiente para aprobar después el Festival. Lo suyo siempre es una fiesta y en el Primavera Sound dieron la talla sobradamente.
18.55 TRAINLINE
JULIE: BACK TO BASICS
No todo el mundo quedó contento con el trío californiano. Muchos se quejaron del sonido poco amable de la banda, otros de la estética de su vocalista y otros tantos de su carácter arisco y falto de conexión con el público. Pero claro, para los que sabemos por donde se mueven las influencias de Julie, eso es algo que ya viene con el traje.
Su presentación de banda posicionada a la misma altura y en fila de tres, sin que ninguno de sus componentes quedara o más adelantado o más atrasado que el otro, define mucho la importancia del sonido de la banda. Ya sean los estridentes golpes de bajo de su vocalista, como la muralla sónica que crea su guitarrista o esa pegada descomunal con la que su batería podría dominar el mundo si quisiera, todo en ellos es pura devoción por el sonido alternativo de los 90.
Su estilo predica las enseñanzas de Sonic Youth, lo intrincado, incómodo y agresivo de su sonido entronca directamente con los héroes de Nueva York, y My Bloody Valentine, su muro de sonido distorsionado bebe directamente de la banda más icónica del estilo, de manera evidente cogiendo tanto del grunge más complejo, como del shoegaze más abrasivo.
No era un plato para todos los gustos, eso seguro, pero si sabes degustar el picante y la carne magra, Julie tiene todos los ingredientes para disfrutar de una comida copiosa y fuerte, de esas con las que luego, ya ni cenas. Ah, por cierto, nada, que los chavales superan por poco la veintena, quizás eso sea lo más sorprendente de todo.
Después de un pequeño descanso en el que ocupé mi tiempo pasando por el concierto de Cassandra Jenkins en el Amazon Music, aburriéndome como una ostra escuchando el folk intimista de la americana y desviando mi atención hacia el Trainline de nuevo para ver cómo se desenvolvía en directo la banda formada por Etta y Allegra, con Momma tampoco tuve mucha suerte, mi direccionamiento hacia la zona de main stages del Festival, en la que pasaría las próximas cinco horas, era inevitable.
22.00 ESTRELLA DAMM
FKA TWIGS : LA SENSUALIDAD PERSONIFICADA
Sin que fuera la primera aparición de la británica en el Primavera Sound, estábamos ante el gran momento de FKA Twigs en el Festival de festivales. Su disco Eusexua, deudor del dance noventero y figuras como la Björk más primeriza, tuvo una representación en directo que superó con creces lo esperado.
Con un escenario industrializado dotado de varias alturas que se convertía en el lugar perfecto para trepar y ejecutar complejas coreografías, entre las que destacaron el momento pole dancing de la Twigs en solitario y el número musical de las sillas recordando tanto al mítico baile de la Minelli en Cabaret, como al hidratante striptease de la Beals en Flashdance, la entrega de Thalia Barnett era directamente proporcional a la de su cuadro de baile, espectacular en todas sus ejecuciones, y a la de un público entregado en cuerpo y alma a las mieles de la artista antiguamente conocida como Twigs.
Los cambios de vestuario y tono, y de peluca, cortaban de manera tajante el mood de Eusexua para meterse de lleno en su discos anteriores creando bloques diferenciados entre ellos. No me importa que los artistas acudan a sus éxitos anteriores, pero soy del parecer que cuando entregas un disco conceptual y desarrollas todo un universo alrededor del mismo, prefiero verlo presentado en toda extensión, de principio a fin y sin interrupciones.
Todo el concepto del álbum estaba llevado a la perfección al directo, exhibiendo una madurez artística exagerada, pero creo que esas interrupciones para acudir a su canciones antiguas, le quitaba algo de magia al asunto. Separado en tres actos en los que la de Gloucestershire desarrolló una hora y cuarto de show, el final con el potencial emocional contenido en Cellophane explotando en toda la extensión del escenario grande del Primavera, hizo que a más de uno se le cayeran las lágrimas de emoción. Solo su voz y el silencio de miles de personas encandiladas con ella. Lo que decía antes, pura magia.
23.30 REVOLUT
DE CÓMO JAMIE XX VOLVIÓ A PONER A BAILAR A MÁS 70.000 PERSONAS
Lo de Jamie XX como una de las cabezas pensantes de aquel trío inigualable llamado The XX fue algo a tener muy en cuenta, pero lo que ha logrado como DJ profesional, va mucho más allá de su faceta electro pop en un grupo indie.
Conseguidos todos los logros habidos y por haber y con una ristra de colaboradores en sus discos y remixes que te puede dejar ojiplático, lo que mejor sabe hacer Jamie es divertirse y, por ende, hacer que los demás nos divirtamos y disfrutemos de lo lindo con sus extrañas mezclas y sus hits especialmente escogidos para la ocasión, que alguien como Jamie XX cuele la infame Ritmo De La Noche en su sesión, un tema que en 1990 alcanzó el número 2 de las listas de éxitos españolas, es sacarle mucha punta lápiz.
Jamie venía con disco nuevo, del que cayeron unas cuantas, pero su única intención fue la de mantener lo suficientemente caliente el ambiente entre la sensualidad de la Twigs y la sexualidad del Sweat coronando como siempre ha sabido hacer.
SWEAT (CHARLI XCX + TROYE SIVAN) : LAS TRES SSS – SEXO, SUDOR Y SALIVA –
Plato fuerte para todes, llegaba el momento crucial del día. Privilegiadas como pocas, aunque el concierto de Charli y Troye reunió nada menos que a 70.000 personas, estábamos preparadas para experimentar uno de los eventos musicales más importantes de la última década.
El Sweat Tour hacía su única parada en Europa en el Primavera Sound, y por mucho que el pasado año estuvieran en el cartel por separado, Charli justo antes de la salida de Brat (2024) y Troye con su flamante Something To Give Each Other (2023), lo de juntarse para hacer un tour a medias, separado por bloques en los que cada una de ellas exponía su poderío a su manera, se ha convertido en la gira conjunta más comentada de los últimos años. Por ello lo de sentirnos unas privilegiadas.
Mi idea previa al concierto era clara. Me lo iba a gozar una locura volviendo a ver a mi querida Charlie por tercera vez, con el añadido de que esta vez, iba a ser con el Brat. Mi disco más escuchado del año pasado y, por supuesto, mi disco favorito del 2024. Eso es algo que tenía muy claro. Tan claro, como que con el show de Troye Sivan me iba a aburrir soberanamente.
Ni su música me parecía atractiva, ni su propuesta tampoco. Lo poco que le había dado al disco, me daba la impresión de que no hacía nada nuevo y que dentro del amplio espectro musical que escucho, tampoco estaba en mi target.
Pues bien, como me gusta equivocarme. Ante todo voy a decir que, tanto el show de Troye, bailarines incluidos, como el aprovechamiento del espacio, con un andamio industrial montado al fondo, como la interpretación, lo de Troye con la cámara es puro vicio, y su voz, absolutamente impecable en todo momento, fueron altamente superiores a cualquier momento de Charli sobre las tablas. Bueno, miento, hubo un momento de Charli que superó cualquier coreografía explícitamente sexual de Troye, un tipo que sabe subirle la temperatura corporal y genital a cualquier heterosexual que tenga la lívido mínimamente activa.
Jugando con la cámara en todo momento y sin parar de gritar, contonearse, saltar, recorrer el escenario de cabo a rabo, exhibirse sin pudor, restregarse por el suelo de mil maneras posibles, dar golpes de pelazo épicos y bajarse al foso para dar un espectáculo lo más cercano posible, el momento más Brat, más Sweat y más cerdo de la noche lo protagonizó Charli lanzando un escupitajo a uno de los cristales transparentes del suelo del escenario, para acto seguido recogerlo con su propia lengua. Todo ello filmado en primer plano por la cámara. Bastante insuperable.
Pero es que lo de Troye fue de otro planeta. Yo salí completamente enamorado de él, de sus canciones, de sus números musicales, de sus coreografías, de sus bailarines exóticos (algunos de ellos incluso tocaban instrumentos), de su explícita sexualidad y de su explosiva sensualidad. Además de todo eso, era el cumpleaños de Troye y eso le hacía estar aún más pletórico y eufórico, tanto con el público, que entre el calor y la elevada temperatura que provocaban sus contoneos estaba extasiado, como en su papel de twinka perfecta. Lo que expele este hombre por todos los poros de su piel se llama lujuria.
Momento Apple con el baile de tik tok protagonizado por Chapelle Roan desde la grada VIP del Festival, viralizando la actuación de Charli todavía más, puso a más de una a botar de alegría con la evidente hermandad entre ellas. ¿Dónde estaría Sabrina?.
Lo dicho, si Charli nos regaló un concierto de 9 sobre 10, le he subido un punto por lo del escupitajo, Troye sublimó la noche con un 15 sobre 10, con eso lo digo todo.
Después de esto, nada podía hacerme bajar la lívido mejor que Brutalismus 3000, el dúo berlinés con más potencia de sonido del día con mucha diferencia.
Explosión gabber y hard techno que combina las voces hipnóticas del electroclash con un sonido capaz de arrasar una ciudad entera y no dejar ni los restos de ella.
Pisar el escenario Amazon a las tres y media de la madrugada para despedir el día con Victoria y Theo desfasando a niveles épicos y un espectáculo de luces y sonido más allá de la concepción humana, era la manera perfecta de rematar cuerpo y mente y dejarnos servidos para el final feliz.