Junto con la Navidad, la Semana Santa es una de las épocas donde nos gusta retomar las costumbres gastronómicas y no faltan platos típicos que por tradición enriquecen nuestra mesa. La mayoría de estas ‘delicatessen’ patrias tienen un origen humilde y, por supuesto, también religioso. Pero, sin duda, todas ellas hacen las delicias de los amantes del buen comer.
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Aquí tienes seis platos que no pueden faltar en tu menú de Semana Santa, aunque, y te avisamos, si eres de los que miras las calorías, más vale que ni los pruebes.
1_Potaje. Uno de los platos estrellas de estas fechas. Su origen está en la abstinencia de comer carne de los cristianos y por ello sus principales ingredientes son las legumbres, principalmente garbanzos, aunque se puede hacer con alubias o lentejas. También el potaje suele llevar verduras como espinacas o berros y, por supuesto, ajo, cebolla, pimentón, orégano… Vamos, un poco de todo. Sin embargo, su ingrediente estrella es, seas o no cristiano, el bacalao. El potaje es un plato que admite numerosas variedades en las que influye la zona donde lo comamos. Si le pones carne, podría ser chorizo o panceta previamente sofrito. En definitiva, un plato para los que no tienen miedo a engordar o necesitan calorías para reponerse del frío.
2_Bacalao. Además de su componente religioso, el bacalao se ‘cuela’ en el potaje castellano en tiempo inmemorial cuando era difícil encontrar tierra adentro el pescado no salado. Sin duda, es uno de los protagonistas de la gastronomía de Semana Santa. Pero, además de en potaje, la tradición nos lleva a preparar el bacalao en tortitas, en croquetas o en buñuelos durante estos días. En estos tres casos, se utilizan en migas y se mezclan con el resto de ingredientes, huevo y harina principalmente. Sin embargo, no queda aquí la oferta para nuestra mesa a base de bacalao. Con tomate es muy sencillo de elaborar, se puede servir cocinado con la salsa o añadiéndole además pimientos o pisto. Por supuesto, si te quieres meter a cocinar ‘de verdad’ la receta del bacalao a pil pil es una de las más apreciadas.
3_Sopa de ajo. La sopa de ajo es un plato típico de la Cuaresma por las mismas razones que el potaje y tiene sus orígenes en la cocina castellano leonesa. Se trata de una sopa hecha con pan, ajos y huevo, que se condimenta con pimentón. Pero también puede llevar jamón cortado en trocitos pequeños para darle más sustancia. Antaño se tomaba a media mañana para recuperar fuerzas, en la actualidad hay quien se lo sirve para templar el estómago después de una noche de fiesta.

4_Torrijas (o torrejas). Sin duda el dulce más típico de la Semana Santa. Se elaboran con pan duro que se empapa en leche y huevo y luego se pasa por una sartén con aceite de oliva bien caliente. Se condimenta con miel, azúcar y canela. También hay una variedad para los más atrevidos que sustituye la leche por vino. Las torrijas son un alimento del que se tiene constancia ya en la Edad Media como una comida de pobres y enfermos, por su alto poder calorífico y alimenticio, y sobre todo muy ligado a la abstinencia religiosa.
5_Pestiños. El pestiño es un dulce muy típico en el sur de España aunque también se come en otros lugares. El pestiño aparece en la literatura del siglo XVI por primera vez (La lozana andaluza de Francisco Delicado, 1528) y es un dulce recurso para la gastronomía de Semana Santa. Entre sus ingredientes es imprescindible el ajonjolí, pero además lleva harina, zumo de naranja, ralladura de limón, vino dulce, miel…y se fríe con abundante aceite de oliva.
6_Huevos de Pascua. Con una historia milenaria tras de sí, el huevo de Pascua forma parte de la gastronomía de estas fechas más recientemente. Esta delicia tiene muchos simbolismos tanto para los judíos como para los cristianos, aunque sus raíces más remotas llegan desde tiempo inmemorial cuando solo se podía comer huevo al terminar el invierno y las aves comenzaban a ponerlos cara ya a la primavera. Actualmente, el huevo de Pascua es de chocolate y está decorado con vivos colores, en algunos casos se elaboran verdaderas obras de arte. En algunas zonas es habitual intercambiarlos en estas fechas como señal de amistad y también esconderlos a modo de juego para que los niños los encuentren. En Cataluña es muy típica la mona de Pascua, un pastelito de chocolate decorado con un gran huevo de Pascua.
Otras delicias tradicionales para estas fechas (y para todo el año) son los buñuelos de viento, los huesos de santo, la leche frita, las rosquillas de anís… Todos ellos deleites de nuestra gastronomía más típica y también más intensa.







