‘Longlegs’ no es el nuevo silencio de los corderos

Una semana después de mi obligada visita a la sala de cine para ver Longlengs, creo que ya puedo escribir sobre ella sin parecer un flipado y ejerciendo control sobre mis  emociones.

De la misma manera que me ocurrió con God Is A Bullet (2023) de Nick Cssavettes,  Bones And All (2022) de Luca Guadagnino, Les Cinq Diables (2022) de Léa Mysius , La Abuela (2021) de Paco Plaza, Hellbender (2020) de la Adams Family o Suspiria (2018) de nuevo de Guadagnino, Longlegs se ha convertido en mi nueva y más oscura obsesión.

Veo que igual debería haber esperado una semana más.

Primero de todo, cabe destacar la acertada campaña de promoción que han realizado los de Neon con ella, sobre todo en EEUU donde la ha llevado a ser uno de los éxitos de taquilla del momento. Pero más allá de todo ese misterio con la película y la expectación generada, a mi ya me tenían ganado desde el inicio.

Contando con uno de los directores más interesantes del momento, Oz Perkins se estrenó con February en 2015, también conocida como The Blackcoat’s Daughter, metiéndome en su oscuro y perturbador universo atmosférico desde el primer momento (hasta la fecha era mi favorita de Osgood), una de mis actrices preferidas de la actualidad, Maika Monroe ya me ganó con It Follows (2014) y The Guest (2019) para toda la eternidad, y mi actor fetiche de todos los tiempos, creo que Nic Cage no necesita presentación, la cosa pintaba ideal desde el anuncio de su concepción.

Longlegs, otra de esas películas que parecen hechas a medida para explotar mis mayores placeres.

Que era un thriller a la Silence Of The Lambs, es algo que he tenido que leer o escuchar varias de veces antes de ir a verla, y eso sin necesidad de buscar nada sobre ella o  acceder a reseñas previas, tan sólo por comentarios de gente que la había visto, o que no la había visto pero que colaba ese dato informativo en cualquier momento porque es lo que se comenta de ella. Longlegs ha estado en la conversación, mucho antes de ser estrenada y eso ha generado un hype que, a algunos, les ha jugado un mala pasada.

¿Está Longlegs a la altura de El Silencio De Los Corderos?

No creo ni que jueguen en la misma liga.

Hay similitudes, eso es innegable, su fotografía, ese juego del ratón y el gato, esa agente novata, el asesino pasado de vueltas, claro que las hay, pero para que Longlegs esté a la altura de la película de Demme, debería ser tan influyente y unánime como aquella, y por supuesto, Longlegs ni lo será, ni estamos ante una película de alta valoración por parte del público generalista, incluso dentro del fandom del terror, ha polarizado bastante.  Así que vayamos bajando el suflé, que luego vienen los lloros y las quejas. Si he de ser sincero, no sé cómo no se nombra Seven cuando se habla de ella, con la que también le veo varias similitudes, aunque tampoco sea comparable..

Comentario con spoilers

No creo que jueguen en la misma liga simplemente porque Longlengs es un thriller paranormal con tintes de policial y El Silencio de Los Corderos es un thriller policial con tintes de terror, que puede parecer lo mismo, pero no lo es. Además Longlengs no hace ninguna concesión al público, no va a gustar de forma masiva y trabaja sus cartas desde otro punto de vista totalmente distinto. Eso no quita que haya sido la propia Maika Monroe en entrevistas, quien la haya nombrado en más de una ocasión al referirse a sus primeras impresiones al leer el guión.

Con una estética claramente trabajada en la puesta en escena, en el vestuario, en el maquillaje, en el montaje e incluso en la edición, y una música (tanto ambiental como en formato single) escogida con sumo cuidado y significado, T-Rex forma parte de la película aportando varios de los temas más conocidos de la banda (y algo más), y el hermano de Osgood Perkins, Elvis Perkins bajo el seudónimo de Zilgli, es el encargado del minucioso y delicioso score, Longlengs te gana la partida si estás dispuesto a entrar en espacios muertos, en parcos diálogos, en ambientaciones perturbadoras y en actuaciones que están al límite del ridículo.

Porque aquí hay humor, un humor muy pasado de vueltas e incluso difícil de asimilar en algún momento, o incluso de notar, pero lo hay. Y no precisamente por la actuación de Cage, que muchos ya la han convertido en un meme como prácticamente todo lo que hace, y que admito que está en el límite, pero gana lo perturbador y siniestro del personaje más que su maquillaje y sus formas, que también son sumamente importantes.

Nada más empezar, y una vez visto uno de los prólogos más aterradores de los últimos años, corto pero efectivo a más no poder para meterte en la película, conocemos a Lee Harker, una agente del FBI recién salida de la academia que es especialmente sensitiva. Podríamos decir que  sus capacidades de percepción, van más allá de las del resto de los mortales, y por supuesto, muy por encima de las de cualquier compañero del cuerpo. Es por ello, que le asignan uno de los casos más siniestros y antiguos con los que cuenta el FBI en su carpeta de misterios sin resolver.

Un asesino lleva matando familias desde hace 30 años sin dejar más pistas que una carta codificada firmada como Longlengs. Pero lo más curioso del caso, es que jamás ha matado a  nadie, es capaz de inducir el asesinato y posterior suicidio de una de las personas de la familia para que haga todo el trabajo por él sin tener que ensuciarse las manos. Un caso que tiene a todo el mundo totalmente desorientado, confundido y asustado.

A partir de ese momento, la decodificación de la cartas, la consecución de las pistas reveladas, los recuerdos de infancia desbloqueados y la capacidad de Lee Harker para meterse en la mente del asesino, te conducirán a una espiral de perversión, violencia, opresión y maldad de manera incómoda e insostenible por momentos.

Las actuaciones de Monroe, totalmente absorbida por el personaje y metida en papel de manera muy explícita, su tensión y su miedo se pueden palpar en el ambiente, y de Cage, tiene muy pocos momentos en pantalla pero cuando aparece es el jodido amo de la fiesta, imponen una exigencia y un nivel al espectador algo extrema. Tienes que estar totalmente metido en la atmósfera de la película para comprarlas, sino, ambas te expulsan de ella por lo marcadas (sobreactuadas) que son.

Para los que acusan problemas en el ritmo, mi opinión es que el problema lo tienen ellos, no la película. Su ritmo lento y entrecortado, es buscado y calculado de manera muy evidente. Por otro lado, si has visto el resto de la filmografía de Perkins, te habrás dado cuenta de que es una de sus señas de identidad, lo atmosférico y pausado de sus ritmos.

Mi teoría personal sobre la película, que supongo que muchos también habrán pensado en ello por lo evidente que lo hace su director, es que estamos ante una nueva reinterpretación del mito de Drácula (o del vampiro) en versión psychokiller. Me explico y a las evidencias me remito. Una de las primeras visiones en pantalla que tenemos de Lee Harker, solo con el nombre ya tenemos una referencia a Jonathan Harker (uno de los personajes principales de la novela de Bram Stoker), la vemos vestida con una traje chaqueta negro del que sobresale una llamativa camisa roja que deja reposar su amplio cuello sobre las largas solapas de su chaqueta, haciendo una clara referencia a ese negro (oscuridad) y rojo (sangre) tan característico del atuendo del príncipe de las tinieblas.

Pero la cosa no acaba aquí, el personaje de Cage es sumamente pálido, tanto como alguien falto de vida, un no muerto, un vampiro. De la misma manera que lo son sus poderes para influenciar a la gente, para hipnotizar, para vampirizar, no es humano.

Por eso Longlengs no es el nuevo Silencio de Los Corderos, porque en la película de Perkins el mal nunca muere, es demoníaco, inmortal, eterno.