‘Kubo y las dos cuerdas mágicas’: un drámatico origami de emoción, fantasía y valentía

Kubo y las dos cuerdas mágicas: la película que demuestra que la animación stop-motion no tiene nada que envidiar al CGI.

El largometraje de Laika, el estudio que nos trajo Coraline y ParaNorman, se es tan visualmente precioso como narrativamente poderoso.

Kubo no es una historia “infantil”. Los temas tratados son muy aptos a un público adulto aunque estén camuflados en un entorno fantántico lleno de magia y criaturas oscuras. A través del protagonista Kubo, vivimos duelos, sentimos el coraje, el miedo, el amor a la familia ¿Suena profundo? Lo es y vale la pena.

Una historia que te atrapa con sencillez y con su precioso arte y que, sin darte cuenta,te lleva a cuestionarte mil temas a la vez de que te conmueve y enfada.

Visualmente, es una locura. ¿Stop-motion? Sí, pero con una precisión y una fluidez que solo Laika podía proponer en aqul entonces. Estamos hablando de una película de hace casi 10 años ya que estrenó en 2016 y te aseguro de que si no lo hubiera comentado, no te hubieras dado cuenta.

Trailer

¿La recomiendo?

100%. Si amas la animación que va más allá del entretenimiento, si te apetece una película con una historia atrapante. Kubo y las dos cuerdas mágicas es una buena opción.

¿Hace llorar? Yo tengo lagrima fácil, pero es muy probable que te haga llorar. Si te emocionaste con El Principito o El Viaje de Chihiro, saca Kleenex por si a caso.