En un sitio tan emblemático para el mundo de las letras como es el Ateneo de Madrid, Julia Navarro presentó su última novela El niño que perdió la guerra.
Acompañada por la también escritora y periodista Inés Martín Rodrigo y, la que es su amiga desde hace décadas y madrina de cada una de sus novelas, Margarita Robles, actual ministra de Defensa. El evento comenzó con la performance musical de la cantante y pianista Sheila Blanco entorno a Réquiem poema de Anna Ajmátova con el que se abre la novela.
A todos los que dijeron no
Así empieza la primera línea de la dedicatoria de esta novela y que resume muy bien lo que Julia Navarro nos ha querido contar en ella.
El homenaje a aquellos artistas, familias, personas, a todos los que usaron la libertad de expresión y se enfrentaron a los totalitarismos y a los que siguen haciéndolo hoy en día.
El libro plasma un momento histórico muy convulso, por un lado, los años de la Guerra Civil española y la dictadura de Franco y por otro, los de una Unión Soviética dirigida por Stalin, dos extremos que sin embargo tienen como un denominador común el sometimiento de la población y de la libertad.
Y entre medias, la problemática de los llamados Niños de Rusia ese colectivo de niños evacuados que partieron a la Unión Soviética desde diversos puertos de España.
Una perspectiva femenina
En El niño que perdió la guerra se cuenta la historia de dos mujeres Clotilde Sanz y Anya Petrova. Siendo la primera la madre biológica de Pablo además de trabajar como caricaturista durante los convulsos últimos momentos de la República y Anya, la cual se convierte en la madre adoptiva de Pablo cuando este es enviado a Rusia en búsqueda de una vida mejor y cuyas grandes pasiones son la música y la poesía en un régimen que considera que el arte o es propaganda o no tiene razón de existir (como ocurrió en casos célebres como los de Dmitri Shostakóvich o Mijaíl Bulgákov así como el de la poetisa antes nombrada).
Dos mujeres que buscan ser independientes enfrentándose a los totalitarismos y al machismo de su época en defensa del arte y la cultura. Una historia dura que sin embargo no deja de desprender luz.
Como bien dice Margarita Robles “el libro de Julia sobrecoge. (…) Los libros de Julia son una filosofía de vida”.
Los niños siempre pierden la guerra
Este es realmente el mensaje de la novela. Representa a todos los niños que en las distintas épocas históricas e incluso actualmente intentan buscar una vida mejor. Los fieles lectores de Julia saben que el desarraigo es uno de los temas principales de sus novelas y en esta última está mucho más presente.
El libro ha salido publicado simultáneamente en España y en América latina y ya está entre los números uno de los más vendidos. Concretamente en Chile ha tenido tan gran acogida que está en el cuarto lugar. No ha podido tener un mejor recibimiento. Por algo será.