La escritora irlandesa Sally Rooney vuelve a las librerías con Intermezzo, su esperada y polémica cuarta novela. A sus 33 años, Rooney se ha consolidado como una figura clave de la literatura contemporánea.
Ha recibido prestigiosos galardones como el British Book Award por Gente normal y el Novel of the Year en los An Post Irish Book Awards por Dónde estás, mundo bello. Además, dos de sus novelas han sido adaptadas exitosamente a la televisión, llevando su trabajo a una audiencia aún más amplia. Considerada por muchos como «la escritora millennial» por excelencia, Rooney llegó a una especie de estrellato literario después del triunfo de Gente normal en 2018. Sin embargo, su obra ha dividido opiniones.
Para algunos, representa el pináculo del arte contemporáneo con una voz única y profundamente resonante; para otros, su trabajo es sobrevalorado y carente de sustancia. Ha sido etiquetada como «el Salinger de la era Snapchat,» como “novelista pretenciosa,» como una genio y también como una farsante. Este constante enfrentamiento entre el amor y el rechazo hacia su obra parece reflejar, de manera irónica, los dualismos que la propia Rooney explora en sus novelas.
Desde su irrupción en la escena literaria, Sally Rooney ha sido objeto de un escrutinio que va más allá de su obra, reflejo de la presión que enfrentan las mujeres jóvenes en el ojo público. En una entrevista con The New York Times, Rooney reflexionó sobre este fenómeno y su relación con la imagen cultural de las mujeres: “Supongo que el papel que se otorga a las mujeres jóvenes en la cultura tiende a estar muy centrado en la imagen y menos en lo intelectual. Las mujeres jóvenes a las que se atribuyen los papeles más destacados en nuestra cultura “mainstream” no suelen ser figuras políticas, ni intelectuales, ni críticas, ni comentaristas. Ese es quizá el espacio en el que intento trabajar, y quizá no soy legible dentro de ese espacio. A veces siento que la gente quiere leerme como una especie de celebridad, porque así es como estamos acostumbrados a leer la imagen de una mujer joven.»
Intermezzo
En Intermezzo, Rooney da un giro significativo al centrar su atención en las vidas interiores de dos hombres, una decisión que marca un cambio notable en su estilo. La novela sigue a dos hermanos, Peter e Ivan, que enfrentan el duelo por la reciente muerte de su padre. Peter Koubek, un abogado exitoso en sus treinta, navega las complejidades de dos relaciones románticas, con Naomi, una chica más joven y Sylvia, su exnovia. Ivan, por su parte, un prodigio del ajedrez en sus veintes, se enamora de Margaret, una mujer mayor y divorciada. A través de estos personajes, no solo viajamos por los enredos románticos de ambos hermanos, sino también por la relación tensa y fracturada entre ambos, marcada por su incapacidad para conectar y comunicarse.
Narrada en tercera persona con capítulos alternos desde las perspectivas de Peter, Ivan y Margaret, Intermezzo exhibe una escritura ingeniosa y distintiva. El cambio de puntos de vista entre los capítulos es brillante. Rooney adapta su prosa a la personalidad de cada personaje. Los pensamientos cortos, rápidos, sin acabar e incluso incoherentes de Peter se contrastan con los capítulos más
estructurados, pausados y ordenados de Ivan. Este enfoque estilístico refuerza la profundidad psicológica de los personajes, mientras que los monólogos internos y los diálogos se entretejen magistralmente en bloques de texto que imitan la complejidad de la mente humana.
El punto de vista de Margaret, aunque interesante, puede resultar algo repetitivo, ralentizando en ocasiones el desarrollo de la trama de Ivan. Aun así, Peter se consolida como el personaje más
complejo, protagonizando los capítulos más cautivadores. Por su parte, las coprotagonistas femeninas (Naomi, Sylvia y la ya mencionada Margaret) están excepcionalmente bien construidas:
mujeres fascinantes, profundamente inteligentes y cargadas de matices. Rooney es experta en explorar las relaciones humanas desde todos los ángulos, con el amor en sus diversas formas (romántico, platónico, fraternal) como eje central. Desenreda y analiza estas conexiones con una precisión casi microscópica, despojándolas de artificios y entregándolas al lector
tal cual son: sin vergüenzas, sin sombras, con todas sus complejidades.
Aborda en Intermezzo una amplia gama de temas que reflejan las tensiones de la vida contemporánea, como la precarización laboral, la desigualdad de clases, la crisis de vivienda y el consumo de ansiolíticos. Además, introduce una reflexión intermitente sobre la figura de Dios y las implicaciones de la fe en una Irlanda marcada por su herencia católica. A través de sus personajes, la novela no solo expone con agudeza las ansiedades cotidianas que definen sus vidas, sino que también cuestiona la legitimidad de esas preocupaciones, desafiando al lector a examinar sus propios dilemas existenciales y los conflictos de una generación atrapada entre la incertidumbre y la autoexigencia.
En mi opinión, Intermezzo es el trabajo más refinado y logrado de Sally Rooney hasta la fecha. Es desgarradora, compleja, honesta y bellamente escrita. No tengo dudas de que este libro marcará un hito en su trayectoria literaria. Como admiradora, espero con entusiasmo y recibiré con gusto cualquier obra futura que esta talentosa autora decida compartir con el mundo.
“Sometimes you need people to be perfect and they can’t be and you hate them forever for not being even though it isn’t their fault and it’s not yours either. You just needed something they didn’t have in them to give you.”