‘En guerra con mi abuelo’, Las gamberradas de De Niro contra su nieto

La última de Robert de Niro te ayuda a innovar tus bromas para el día de los Santos Inocentes: pinchar un yogur y lanzárselo al enemigo con una granada, explotar zumos de naranjas al abrir la mochila, …y su nieto tampoco se queda atrás

por Rosa Panadero

Imagina que tu abuelo es Robert de Niro, tu madre es Uma ThurmanRob Riggle es tu padre; que Christopher Walken es el mejor amigo de tu abuelo y que Jane Seymour te ayuda con la compra en la caja automatizada del supermercado.

Pues así es la peli navideña de este 2020 —un año que se nos está haciendo largo a todos—, con un reparto de lujo y muchas bromitas. Bromitas en la relación suegro-yerno, porque si lo típico en la España navideña es el cuñadismo, a De Niro le toca ningunear a yernos de la pantalla (Ben Stiller en Los padres de ella). Aquí le adjudican un yerno que está obsesionado con justificar que no está mangoneado por su esposa. 

Lo de abuelo ninja (sic) con o sin amiguetes está más trillado. Aquí se cuidan mucho de incluir, con perspectiva de género, a un 25% femenino en el equipo. Como los viejos rockeros nunca mueren, los aficionados al scalextric tampoco, como mucho se jubilan.

La relación más profusa en bromitas nace de la ruptura de lo que sería un clásico tándem abuelo-nieto, roto desde el inicio de la cinta por usurpación de territorios. Al pobre abuelo le toca modernizarse con la tecnología para enfrentarse a la guerra sin cuartel y silenciosa, y quién mejor que la nietecita de seis años para enseñarle a abrir pantalla en la tableta y pilotar un drondesde la cama.

Lo más histriónico de esta historia tan familiar es el trasero de De Niro. Sí. Su “derrière” en pantalla mientras está colgado de una ventana. No sé por qué todas las películas familiares americanas ruedan escenas con gente cayéndose por las ventanas de esas viviendas unifamiliares de dos o tres plantas. En esta peli le toca al abuelo caerse del segundo piso, quedarse colgando y enseñarle los atributos masculinos a su yerno, quien mantiene el pacto de silencio de la guerra fría suegro-yerno.

Fantásticas son las bromitas de la hermana mayor al amigo pre-acneico del protagonista, son humillaciones que sólo puede infligirte quien te precede en el orden de nacimiento. Con los amigos se aborda la problemática de la pubertad: los hongos en los pies al ir a la piscina con tu clase, los abusones que te acosan cuando llegas al nuevo instituto,… no puede faltar, ya casi al final de la historia, la ayuda inestimable del abuelo y sus secuaces para poner las cosas en su sitio y bajarle los humos a esos bullies que pueblan aulas y pasillos.

 Tampoco falta la súper fiesta de cumpleaños infantil en el jardín y el desastre que termina en accidente y hospital. A pesar de los clichés, resulta divertida. Vamos, que cualquiera que sea la persona que vea la película, encontrará a su alter ego familiar en uno de los personajes.