‘El Roto’ llevó su ‘No se puede mirar’ al Museo del Prado

por Ester C. Murillo

Andrés Rábago, El Roto (Madrid, 1947), vuelve a deleitar al público con su nueva colección de dibujos, No se puede mirar, la cual se puede ver en el Museo del Prado (Claustro de los Jerónimos) hasta el 16 de febrero de 2020; coincidiendo muy adecuadamente, con otra exposición de dibujos, Dibujos de Goya. Solo la voluntad me sobra. Además, la obra también se podrá disfrutar en casa con la publicación del libro-catálogo (Reservoir Books) basado en esta colección.

El singular libro surgido de esta recopilación de dibujos en la trayectoria de El Roto reúne las ilustraciones que acompañan la exposición antológica, sumando otros quince dibujos escogidos por el autor para esta edición. A modo de catálogo, este libro se propone cartografiar el alma de un artista universal a la vez que fotografía el abismo que habita en cada ser humano.

Para el título de su nueva exposición, Andrés Rábago se inspiró en uno de los dibujos del pintor aragonés, perteneciente al Cuaderno C, que también se puede disfrutar en el Museo.

De hecho, el propio Roto, propone a todos los interesados en su exposición de 36 dibujos, que también acudan después a ver la de Goya; pues pronto podrán apreciar cómo ambos autores tienen un pensamiento crítico y social muy similar.

Desde que los responsables del Prado se pusieron en contacto con el artista para proponerle hacer una exposición inspirada en los dibujos de Goya, hasta que ésta se materializó en otoño de 2019, han pasado casi veinte años; y en todo este tiempo, a pesar de que como él mismo confesó en su rueda de prensa, estuvo ocupado con otros temas, sí que tuvo en mente siempre la propuesta del Museo.

Esta exposición le supuso al artista no solamente un ejercicio artístico, sino también, de introspección; de acudir al Museo con frecuencia y recorrer todas las creaciones de Goya (cuadros y dibujos) e intentar entender lo que le estaban sugiriendo; ¿cómo podría él reflejar todas esas ideas en papel?

Afortunadamente para todos los interesado en Arte, su ambicioso proyecto no le podría haber quedado más estupendo, y a pesar de las casi dos décadas de espera, bien ha merecido la pena este retraso.

No se trata de unos dibujos bonitos, ni agradables de ver. No buscan complacer a quien los mira; buscan hacerle pensar, que se sienta incómodo ante un conflicto social, que El Roto está intentado expresar, por ejemplo la contaminación.

De ahí que el título de su exposición No se puede mirar, resulte muy apropiado. Por otra parte, el dibujo pintado por Goya con el que comparte nombre, representa una escena altamente dramática: dentro de una cueva varios personajes están a punto de ser ajusticiados durante los Desastres de la guerra: mujeres con cara de espanto, niños llorando y hombres en oración para que aquello que tenga que pasar suceda cuanto antes.

¿Y qué no se podría ver en un dibujo así? ¿Personas retenidas contra su voluntad y a punto de ser asesinadas? ¿Niños inocentes que no deberían estar contemplando una escena tan desagradable? ¿Los horrores que causa una guerra y como siempre es la gente inocente la que pierde?

Lo que Goya intentó hacer en el siglo XIX es lo mismo que Andrés Rábago pretende hacer en el siglo XXI; concienciar a la sociedad de cuáles son los verdaderos problemas y dónde deberíamos poner todos el foco de atención.