Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

¡¡¡Iros a la mierda!!!

Tranquilos, que esto no va a ser otro artículo de opinión donde el que firma va a ponerse en modo salvador de la moral ni pretenderá que veáis las cosas de otro modo. Para nada. Este artículo es simple y llanamente para mandar un mensaje:

¡¡¡Iros a la mierda!!!, como diría La Polla Records.

Y ahora, si queréis, podéis dejar de leer porque a partir de ahora voy a razonaros este deseo de un modo más o menos educado (no me lo creo ni yo), más o menos de un modo sensato, y si alguien está aunque solo sea un poco de acuerdo conmigo pues, bueno, me enviáis un mensaje y seguimos charlando.

Mis razones:

El principal motivo de este deseo es que quiero teneros muy lejos de mí y los míos y todos los que de verdad me importan. Hemos llegado a un punto en que no le veo solución a nada de lo que tenemos en nuestra sociedad, pues cada día que pasa me parece que nos estamos metiendo en un agujero más y más oscuro, uno del que cuando lleguemos al callejón sin salida (que siempre está ahí aunque muchísima gente lo niegue) la única solución posible será bajarnos del mundo y acabar de una vez por todas con todo este laberinto absurdo y sin sentido que parece construido por un enfermo de esquizofrenia puesto hasta el culo de metanfetamina.

Pero no os preocupéis, porque no voy a ser yo el primero que desista de seguir el ritmo a este loco mundo.

Una sociedad de marionetas 

Ni por asomo pienso involucrarme un segundo más en este manicomio al que llamáis país, y en el que, llevados de la mano por aquellos a los que todavía no entiendo por qué votáis, vais derechitos a un follón en el que va a salir ganando, como siempre, NADIE.

Solo hay que ver cómo están las calles y, una vez más y como han pretendido desde el principio los que quieren una sociedad de marionetas, separar a los diferentes tipos de borregos que la forman:

_ Los que buscan pelea en todo lo que dicen los demás, intentando agarrar del cuello en todo momento una superioridad moral ridícula y que de ninguna manera tienen.

_ Los que dicen la frase de “es que si no votas, vendrá la derecha/izquierda”, que es justo lo que nos ha llevado al punto en el que estamos (¿no os sentís un poco muy gilipollas?).

_ Los que siguen votando sin saber leer la historia de cada partido (que si las putas y los Ere de Andalucía, que si la caja B del PP, que si la veleta de la que no te puedes fiar, que si el que pilla dinero de Irán y se caga en los ricos y después es el mayor feminista del mundo y el que tiene la casa más grande y lujosa, que si el burro de malas palabras y peores formas que después hace lo contrario de lo que repitió mil veces…), incluso después de ver una y otra vez como se ríen, insultan, roban, maltratan, o venden los mismos a lo que se les llena de boca de palabras que prometen bienestar social y un país digno.

_ Los que vienen o les dejan venir ilegalmente previo pago de billete por ONG, y pasan de integrarse o respetarnos, y encima encuentran un atajo de imbéciles buenistas descerebrados que se tumban con calma en el suelo para hacerles de colchón y ni rechistan cuando se ponen a saltar sobre ellos con las botas llenas de barro.

Y así, la verdad, podría estar horas. Miles de horas.

Pero ya me he rendido. Paso de vosotros. He llegado a un punto de aburrimiento y de cansancio, de completa falta de empatía por todos vosotros, que ya no me importáis nada.

Por mí, sinceramente, como si empieza ahora mismo la bronca que tanto desean los cegatos y llenos de ira prefabricada que ni aceptan que haya anormales fabricando bombas entre sus filas, los proetarras que piden ilegalizar a otros partidos del mismo modo que hacen sus adorados fascistas, y los que hacen el gilipollas en plena calle con sus rezos y sus golpes en el pecho sin respetar el país que les ha “aceptado” y les paga el pan con dinero público, y todos, juntitos, que se lleven por delante todo lo que queremos. Todo. Que no quede nada.

Tengo ganas de un golpe en la mesa que haga que todo se detenga y así podamos, los que de verdad queremos pensar y razonar y buscar un camino que tomar sin baches ni piedras con cantos afilados, crear algo que a lo que se le pueda llamar hogar, y que tenga lo que muchos odian y prostituyen a todas horas: paz.

¿Es tan difícil? Me importa una mierda, así que no pienso ni contestar. Prefiero gastar mi tiempo en cuidar de los míos, quererlos, y disfrutar del tiempo que me dejéis estar con ellos.

Todo lo demás, sinceramente, se puede ir a la mierda.