Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Las ovejas dicen, ¿qué?

Vivimos en unos tiempos perfectos para descubrir a primera vista a los más tontos del ganado, a los que ni intentándolo con todas sus fuerzas podrían siquiera tratar de encender dos neuronas seguidas sin que les sangrase la nariz acto seguido.

Sí, amigos: vivimos en una sociedad de puta madre.

Y en lugar de irme por las ramas para encontrar mediante alardes literarios la pista en la que aterrizar, voy a narraros algo que he vivido en mis propias carnes y que, de seguro, os robará una sonrisa.

Hace poco fue el cumpleaños de la Pasionaria, ya sabéis, esa mujer llena de odio que mucha gente aplaude sin tener ni idea de quién era realmente ni lo que hizo (es decir, gente que no se ha leído un libro en su vida y viven de lo que les dicen que fue nuestro pasado personas que quieren destruirlo para que no les roben las medallas).

El caso es que nuestra querida ministre de iguladed usó Facebook para soltar una serie de tontadas dignas de los peores borregos. Y, aburrido en mi retrete, decidí que estaría bien publicar una frase que en varios libros consta que sí dijo, con la que queda totalmente retratada tanto ella como los que soltaban babas de agradecidos borregos; la frase era “Media España debe liquidar a la otra media”. Todo muy poco fascista, ya sabéis.

El caso es que uno de esos mamporreros me contestó que ella jamás lo dijo, y que “hasta los de Intereconomía lo habían confesado”.

Y ya la tenemos liada…

Yo, claro, simplemente pasé del asunto, pues ya se sabe que darle argumentos a uno de estos optosus tiene la misma utilidad que la de alimentar a una piedra, pero pasó algo hermoso, magnífico, mágico: el resto de gente al leer INTERECONOMÍA comenzó a despotricar sobre la cadena, llamándolos mentirosos, farsantes, fábrica de bulos y demás lindezas típicas de ataques al hombre de paja.

Es decir, en un segundo TODO EL MUNDO, sin excepción, comenzó a defender mi frase y atacar a su “amigo de filas” solo porque, cual perro de Pavlov, alguien había nombrado al AntiCristo.

No hace falta decir que, desde luego, nadie se centró en la frase o en lo que significó de la boca de esa “mujer”, sino que todo vario en un ataque directo y sin cuartel hacía CUALQUIER COSA, incluido una baza para sacarme del debate, que esos “fachas” dijeran.

Es decir, su ceguera sectaria y totalmente falta de algo llamado comúnmente raciocinio, o la facilidad con la que dejaron claro que carecen de una básica comprensión lectora, les convirtió por completo, y en masa, en un pesebre andante que se retroalimentaba mediante insultos y ataques a un medio que UNO DE ELLOS había sacado a coalición para callarme la boca A MI.

Es maravilloso…

Esta facilidad a la hora de señalar a un imbécil de manual, a un sectario ciego que encima se las da de defensor de la verdad absoluta, está presente cada día, cada segundo, en nuestras vidas.

Ya sea encendiendo la tele y poniendo programas con tertulianos sin libros leídos a sus espaldas y aún menos neuronas quemadas mediante estudio y razonamiento, o con futbolistas que ven racismo en simples etiquetas (pero que después llaman “chino de mierda” al rival a las primeras de cambio porque, ¡oye!, hay racismo de primera y de segunda.

Igual que hay mujeres de primera y de segunda, ¿verdad, jóvenes violadas en Baleares?), e incluso con amigos o conocidos que son incapaces de tener el mínimo de memoria para comprender que el Rey emérito ha hecho lo mismo que en su día Monedero, o que lloran por 3 okupas vendedores de droga de Badalona pero no por dos enterrados en basura de Euskadi.

Son los mismos pobres imbéciles que te llaman anti-vacunas por no querer que te pinchen con eso fabricado en diez meses para el Covid y que no vale para los alérgicos, o que te señalan como facha sólo por decir que lo de Canarias, y sus posteriores viajes pagados por el contribuyente a través de la península, es una INVASIÓN.

¿Pero y lo divertido que es reconocerlos?, ¿decir este o este, aquel o el otro, son completos incultos con un nivel intelectual al nivel que el de un charco?