Con Billy Lynn, Ang Lee redefine lo que es posible a la hora de hacer cine y de narrar historias, con el objetivo de sumir aún más a los espectadores en una experiencia cinematográfica avanzada. Solo el cineasta, de origen taiwanés, podía crear una forma de que los espectadores sufrieran el drama, al presentar las agudizadas sensaciones que los jóvenes soldados sienten en el campo de batalla y cuando vuelven a casa.

Con la ayuda de John Toll, director de fotografía ganador del Óscar en dos ocasiones, Lee (La Vida de Pi, Brokeback Mountain) emplea cámaras de tecnología punta para filmar en 3D nativo, alta resolución y un número de imágenes por segundo que parecía imposible hasta ahora y con el que hace historia. Aunque su desarrollo y utilización de avances técnicos puedan asegurar el lugar de Billy Lynn en la historia del cine, es importante reconocer que sus logros están decididamente motivados por el drama de un relato cautivador y humano.
Al principio, fue la historia de Billy Lynn lo que cautivó a Lee, su viaje literal y emocional y la complicada yuxtaposición de la glorificación de los héroes de guerra que regresan a casa con la horrorosa naturaleza de la guerra que han librado. 
Además, el uso que hace Ang Lee de esta nueva tecnología crea una experiencia absorbente ideada para permitir a los espectadores experimentar a fondo el viaje emocional, físico y espiritual de Billy Lynn de una forma personal que lo abarca todo de una manera profunda. El enfoque del director creó retos logísticos y tecnológicos que no se habían afrontado nunca en una película tradicional, el equipo tuvo que crear un nuevo léxico cinematográfico por necesidad, cada día de rodaje y hasta la misma posproducción, pero siempre al servicio de la historia. Y ese uso prudente de este nuevo enfoque le permitió explorar cambios de dimensión, de velocidad de película y de perspectivas con herramientas totalmente nuevas.
Antes siquiera de que las cámaras empezaran a rodar, Lee sabía que iba a entrar en territorio inexplorado, pero aun así creía que era la mejor forma de contar la historia de un modo que resultara auténtico.

Acompañando a Alwyn aparecen en la película actores de la talla de Vin Diesel (Saga Fast & Furious) o Kristen Stewart (Saga Crepúsculo). Un casting perfecto para una película redonda.