Arlette Torres se sumerge en el papel de Lupe en “La Pasión Turca” (Antena 3), un personaje lleno de matices y contradicciones.
En esta entrevista para YellowBreak, Arlette desvela cómo se preparó para dar vida a una mujer cuya simpatía se entremezcla con sus intenciones ocultas, ofreciendo una perspectiva sobre cómo el thriller psicológico aborda temas de manipulación y poder desde una perspectiva femenina compleja.
¿Cómo fue el proceso para prepararte para el papel de Lupe en “La Pasión Turca”?
Para Lupe y para todos mis personajes trabajo en primer lugar sobre lo que me cuenta el guión acerca de ellos. Luego me invento una pequeña biografía que me guía a saber de dónde viene, cuáles son sus motivaciones, objetivos, porqué se comporta o actúa de determinada manera, etc. Tengo también la costumbre de jugar a que si fuesen un animal o un color, cuál serían. Para Lupe escogí dos animales: una gata y una serpiente, y el color dorado.
Luego compagino todo esto con la visión del/la directora/a, quien es el/la que da el tono para poder estar en armonía con el resto de elementos.
Lupe es un personaje con muchas capas y secretos, ¿qué aspectos encontraste más desafiantes de interpretar?
Creo que uno de los retos era hacer de Lupe una antagonista no al uso. Indudablemente es una villana, pero ello no quita que sea una mujer simpática y agradable, que hasta llega a caer muy bien. Esa picardía y dulzura son precisamente las armas que ella sabe que puede utilizar para seducir a sus presas y llevarlas a su terreno. Hacer que sus capas fueran destapándose poco a poco fue una tarea minuciosa.
Tu personaje tiene una fuerte influencia en la trama, ¿cómo te acercaste a las dinámicas de poder y manipulación que Lupe emplea?
Aunque no me parezco en casi nada a Lupe (y digo casi nada porque al final todos los personajes tienen algo de quienes los interpretan), hay emociones y situaciones que tod@s, como seres humanos, hemos vivido de una u otra manera: tristeza, rabia, amor, duelos, etc.
Asimismo, episodios de manipulación o poder, como ejecutores o víctimas, en mayor o menor medida. Las experiencias propias y la observación son guías intuitivas importantísimas para el trabajo interpretativo.
¿Qué te atrajo inicialmente del guion y del personaje de Lupe?
Lo primero, que estaba inspirado en la novela de Antonio Gala. En segunda instancia, que estaba escrito en clave de thriller y me apetecía mucho trabajar un género así. De Lupe me atrajo el hecho de que tuviera un rol antagónico, ya que hacía mucho que deseaba trabajar un personaje así, muy diferente a los perfiles de personaje que hasta entonces había interpretado.
¿Cómo fue trabajar con el resto del elenco, especialmente en escenas de alta tensión y conflicto?
Para mí fue una grata experiencia trabajar con tod@s y cada un@ de mis compañer@s, tanto del elenco artísitico como del equipo técnico, turc@s y españolxs; desde actores y actrices, productorxs ejecutivxs o de campo y jefes de equipo, hasta auxiliares o chóferes o quienes llevaban el catering. Gente generosa, ante todo profesionales y buenas personas, intentando dar siempre lo mejor de sí y hacer el mejor trabajo posible.
¿Hubo alguna preparación especial para capturar la esencia de un personaje tan complejo en un contexto cultural diferente al tuyo?
Lo más particular en ese sentido fue empaparme de la cultura turca y aprender algunos textos del guión en turco, que finalmente no se usaron. Aunque Lupe lleva años viviendo en Turquía y aprendiendo a desenvolverse en ese entorno, conserva sus aires y maneras latinas, que considero que son parte de sus “encantos”.
¿Cómo ha influido este papel en tu desarrollo personal y profesional como actriz?
Me ha traído alegrías, la verdad. Una de las cosas que más me gusta de esta profesión es disfrutar del juego que te puedes permitir si te dan libertad creativa para trabajar, dentro de los límites establecidos para acoplar tu trabajo al de todo el equipo. En la mayor parte de los proyectos en los que he estado ha sido así, y también en “La Pasión Turca”. Crear, proponer, disfrutar, fluir… es la esencia de este oficio. Es lo que procuro que me ocurra profesionalmente y ello me hace crecer también en el ámbito personal.
Lupe toma decisiones bastante controvertidas, ¿cómo te preparaste para hacer creíbles estas decisiones ante la audiencia?
Si bien es cierto que las propuestas sobre la interpretación de los personajes surgen primeramente del proceso creativo de un/a actor/actriz, también lo es que la dirección que recibimos es fundamental a la hora de tomar decisiones. En el caso de Lupe, parte del mérito de que no alimente el típico estereotipo de villana maléfica es también de Iñaki Peñafiel, el director de la serie.
¿Qué esperas que el público entienda o aprenda de Lupe?
Que tod@s tenemos nuestras luces y sombras, que siempre hay motivaciones de carácter muy humano y personal que a veces llevan a algunas personas a comportarse de determinadas maneras; en el caso de Lupe, habitualmente de forma egoista o vengativa. Para nada comparto sus formas, que son del tipo “todo fin justifica los medios”, pero como actriz, trato de entender qué le hizo escoger en su vida el lado oscuro en lugar del de luz… A ver qué piensa el público.
Después de “La Pasión Turca”, ¿hay algún otro tipo de papel o género que te interese explorar?
¡Claro! ¡Muchos! Como actriz, ¡siempre quiero explorar cosas diferentes! Me encantaría, por ejemplo, interpretar un personaje en un proyecto de género de terror o suspense. Me gustaría, asimismo, un personaje protagónico en cine o serie, por vivir la experiencia de llevar el peso interpretativo del proceso al completo. He protagonizado cortos y montajes teatrales pero aún no me ha tocado en proyectos de ese formato audiovisual (largometrajes o series).
Siempre con ganas de seguir jugando, ¡así que a ver qué fluye en breve!