ALMA Festival 2025: Moderna de Pueblo

Mi relación con Zahara viene de lejos, no puedo contarme como fan desde sus primeros años de independencia, cuando a principios de los dosmiles puso en circulación su primer disco autoeditado (Hecho En Casa, 2001), pero desde que Universal la fichara para su primer debut oficial, (La Fabulosa Historia De La Chica Que Perdió El Avión, 2009), nuestros caminos no se han separado.

Viéndola prácticamente en todas las ocasiones que ha venido a Barcelona a presentar sus discos, creo que solo me la perdí con La Pareja Tóxica (2011, Minibús), su cénit creativo e interpretativo llegó en 2021 con PUTA (2021, GOZZ Records), un disco que marcó un antes y un después tanto en su carrera, como en el indie español, y el que quiera que venga y me lo discuta.

Estamos en 2025, la pandemia ha pasado, los conciertos hace ya unos años que han vuelto a ser lo mismo y Zahara saca Lento Ternura (2025, GOZZ Records), la complicada continuación de PUTA. La opción de Zahara ha sido la de continuar con el mismo tono, la misma desnudez, el mismo tipo de producción y temáticas similares, para seguir ahondando en su faceta más personal e íntima.

Una fórmula que, sin necesidad de estar desgastada o sentirse aburrida, tiene ese carácter repetitivo que te remite directamente a las canciones de PUTA evidenciando que superar aquello, haciéndolo desde la misma vertiente, es algo imposible. Quizás por ello, Lento Ternura, ha sido el que menos me ha enganchado de toda su carrera.

Dicho esto y adelantando que lo de Natalia Lacunza fue un concierto que llegó al notable alto en interpretación y calidad, pero que se quedó en un suficiente raspado en el apartado emocional, es curioso lo buena que es y lo poco que conecto con sus canciones, el concierto ofrecido por Zahara esa providencial noche de verano ha sido el que más he disfrutado de ella hasta la fecha, con el mejor set list imaginable, con la mayor producción traída por la de Úbeda y con el que más me ha emocionado con diferencia.

Y sí, alguna que otra lágrima consiguió arrancarnos, sobre todo a mi acompañante, que no paró de llorar desde el primer acorde de Soy De Un Pueblo Pequeño, hasta el último.

PUTA es un disco que funcionó a las mil maravillas tanto a nivel comercial como en directo, incluso con toda la problemática pandémica de por medio. Por todo ello, es innegable que Zahara, y su público, tenían una ganas locas de disfrutar de un espectáculo en condiciones óptimas, sin restricciones, sin limitaciones y con libertad de movimiento, práctica imprescindible para cualquier concierto de Zahara que se precie, eso por no hablar de sus espectaculares directos con _juno , su otro proyecto musical junto a Martí Perarnau.

Todos esos ingredientes hicieron  que, por mucho que Lento Ternura no fuera su piedra toque, el concierto se convirtiera en una especie de comunión celestial en la que musica, colaboradores, banda, solista, producción y conexión emocional, estuvieran en todo momento en el punto más álgido de la noche.

Mis única dos peticiones indispensables para salir de allí satisfecho fueron Taylor, que sonó mejor que nunca y cayó la tercera después de una también muy esperada Merichane, y mi favorita entre todas Berlín U5, que sonó la última a modo de bis, despedida y final de fiesta por todo lo alto.

Entre todas las maravillas que se sacó de la manga, Caída Libre, Guerra y Paz, El Lugar Donde Viene A Morir El Amor y Hoy La Bestia Cena En Casa, por nombrar algunas, hubo un momento de la noche en el que Zahara sacó un policlean al escenario, muy acorde con la portada de su último disco, para interpretar desde dentro del mismo, un medley de ensueño compuesto por Con Las Ganas, de su primer álbum para Universal, junto con el tema titulado Zahara firmado por Judeline, mi favorito de la gaditana con más proyección del momento. Algo que casi me pareció especialmente dedicado para mí.

Pero lo mejor de la noche fue comprobar el crecimiento exponencial que experimentan las canciones de Lento Ternura en directo. Ya fuera a través del impacto visual de sus montajes proyectados en la enorme pantalla que ocupaba la parte trasera del escenario, la manera que tenía Zahara de presentarlas o la fuerza arrolladora que le impone la de Jaén a sus interpretaciones más sentidas, sin olvidarse en un ningún momento de su aspecto más mamarracha y hedonista, con la party rave como bandera, los diez cortes elegidos de su último álbum, hicieron que corriera sin descanso hasta casa para ponerme el disco en bucle infinito.

Gracias por otra de las noches más especiales y memorables de mi vida.

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Sábado 05/07 – Pueblo Español (BCN) / 21.00