Entre salas llenas, festivales encendidos y plataformas disputándose la conversación cultural, 2025 se consolidó como un año excepcional para el cine.
Este Top 10 no busca consenso fácil, sino capturar el pulso de un año excepcional.
10. Memorias de un caracol
Adam Elliot regresó quince años después de Mary and Max con otra delicada maravilla en stop motion. La historia de una niña solitaria obsesionada con los caracoles y su inesperada amistad con una anciana excéntrica es puro humanismo animado. Emotiva, artesanal y profundamente conmovedora, es de esas películas pequeñas que se quedan contigo mucho tiempo.
9. Superman
Sí, el superhéroe volvió… y volvió bien. Optimista, humano y con corazón, este Superman demuestra que el cine de superhéroes sigue vivo cuando hay un autor al mando y una visión clara del personaje. Un triunfo inesperado que conecta con el legado de Christopher Reeve y recupera la emoción de creer en algo más grande.
8. Aún estoy aquí
Un drama devastador basado en hechos reales que no concede tregua. Ambientada en el Brasil de los años 70, la película narra cómo una familia queda marcada para siempre tras la desaparición del padre durante la dictadura militar. Dura, necesaria y brillantemente interpretada, con una actuación principal que justificó todas sus nominaciones.
7. Eddington
Ari Aster volvió a romper expectativas con una comedia negra tan incómoda como brillante. En clave de western moderno, la película retrata una América post-COVID desquiciada, polarizada y absurda. No es fácil ni complaciente, en Cannes dividió al público, pero confirma a Aster como uno de los autores más estimulantes del cine actual.
6. Frankenstein
Guillermo del Toro adapta a Mary Shelley con sensibilidad, oscuridad y una mirada profundamente humana. Más que una historia de terror, es una reflexión sobre la monstruosidad, la belleza y la exclusión. Del Toro vuelve a dar voz a los invisibles y firma una de las reinterpretaciones más personales del mito.
5. Valor sentimental
Joachim Trier sigue creciendo como cineasta y aquí alcanza una madurez deslumbrante. Este drama familiar, atravesado por el cine dentro del cine y con la sombra de Bergman muy presente, brilla por sus interpretaciones y por la elegancia emocional de su puesta en escena. Renata Reinsve vuelve a estar magnífica.
4. Una batalla tras otra
Paul Thomas Anderson en modo arrollador. Su película más cara, más frenética y posiblemente más divertida es un thriller de acción con alma, persecuciones memorables y un Leonardo DiCaprio en uno de los mejores momentos de su carrera. Comercial sin ser vacía, ambiciosa sin perder ritmo: cine grande en estado puro.
3. Flow
Una de las grandes sorpresas del año. Un cuento animado sin diálogos que demuestra que la emoción no necesita palabras. Ganadora del Óscar, Flow es una aventura preciosa, inmersiva y con uno de los finales más bellos que nos dejó 2025. Pura sensibilidad visual.
2. Weapons
El terror encontró aquí uno de sus nuevos clásicos modernos. Tras Barbarian, Zach Cregger sube la apuesta con una historia inquietante sobre la desaparición de 17 niños en un pequeño pueblo. Terror, comedia negra y giros perturbadores se mezclan en una película que no da respiro y deja huella.
1. The Brutalist
La película del año, sin discusión. Monumental, ambiciosa y absolutamente hipnótica. Adrien Brody encarna a un artista marcado por el horror nazi que persigue el sueño americano en un viaje físico y moral descomunal. Tres horas y media de cine clásico en espíritu y moderno en ambición. Un festín visual y emocional que recuerda por qué el cine sigue siendo una experiencia irreemplazable.
