Benito (Bad Bunny), el conejo bueno

por Álex Caballero

Hace tan sólo 3 años, Benito Antonio Martínez Ocasio era un joven apasionado por la música que trabajaba en un supermercado para llevarse un sueldo moderado a sus bolsillos. Hijo de padre camionero y madre profesora, Benito lleva desde su infancia curtiendose con algunos de los originators de toda esta movida como el maestro Vico C (del que tuvo su primer disco cuando tenía 5 años) o ese jefazo absoluto del cotarro llamado Tego Calderón.

Escribiendo sus propias letras desde la pubertad hasta la adolescencia, no fue hasta entrada la veintena que Benito decidió empezar a soltar temas en las redes sociales adoptando el nombre artístico de Bad Bunny, nombre sacado de una experiencia personal infantil en la que le obligaron en el colegio a vestirse de conejo de Pascua. 

Para alguien venido de un entorno humilde y trabajador, conseguir que gente como DJ Luian o los Mambo Kings se fijaran en él fue algo inaudito. Consiguiendo pegarse desde el minuto cero y ponerse en la cresta de la ola más alta y grande del estilo con un equipo de trabajo al que mucho le debe el puertorriqueño, su descomunal carisma, sus emotivos quejidos a la hora de cantar y ese peculiar estilismo al que siempre van ligadas sus características gafas opacas, le han valido el título del Rey Midas del trap latino colaborando con personalidades tan variadas y sonadas del mundo de la música como OzunaAnuel AAArcangelFarrukoJ Balvin (quizás el único competidor a la altura dentro del estilo que tiene ), MalumaBecky GEnrique IglesiasWill SmithCardi B o sus últimos featurings junto a Drake o Jennifer López. Ahí es nada.

Pues bien, después de los trillones de visualizaciones en Youtube, petar las pistas de baile de medio mundo, reventar las listas de éxitos con cada nuevo single que ha sacado, ser uno de los tipos más famosos de la actualidad musical, actuar en las galas de los premios BIllboard y Heat,  ganar dinero hasta el punto de no saber qué hacer con él y montar una asociación sin ánimo de lucro llamada Good Bunny en la que ayuda a los chavales a potenciar su autoestima a través de la música y las artes, Benito decide subir un peldaño más para demostrar su capacidad musical con un disco largo para el que, siendo sinceros, prácticamente nadie tenía grandes expectativas.

Su primer disco largo

Siempre lo he dicho, el día que Bad Bunny saque un disco largo se mostrarán realmente las limitaciones y carencias del puertorriqueño, palabras que finalmente me he tenido que comer a las claras.  Pensando que su disco estaría compuesto de una imbatible traca de hits colaborativos con los que poner a bailar a la otra mitad del mundo que le faltaba por convencer a ritmo de reggaeton y dembow, ahora mismo no recuerdo otra vez que me haya hecho tanta ilusión equivocarme con un artista mainstream. Por otra parte resulta igual de curiosa la poca repercusión que el disco ha tenido en los medios y en las listas de éxitos más allá de los fieles fanáticos de La Nueva Religión promovida por Bad Bunny que lo hicieron trending topic en twitter desde el momento de su salida. Después de contar con el apoyo incondicional de la prensa mainstream que lo ha llevado siempre en bandeja de plata, Bad Bunnyha conseguido llegar a medios mucho más especializados en materia independiente o incluso underground, medios que se han ido haciendo eco del disco a medida que ha ido creciendo dentro de esas esferas musicales bastante más selectivas, analíticas y exigentes. Un logro al alcance de muy pocos ya que normalmente suele ser totalmente al contrario, la gente sale del underground para venderse al mejor postor y conseguir comercializarse lo máximo posible, Benito se ha comercializado todo lo que ha podido y más para finalmente realizar el disco que le ha dado la gana sin necesidad de contar con la presión del mainstream para componer su debut largo. Algo que le honra enormemente ya que podría haber firmado el disco más comercial y subido de la historia del trap y no ha sentido la necesidad exponiendo una personalidad capaz de comerse el estilo.

Concretando sobre lo que contiene X100PRE, el título del disco ya nos habla un poco del tipo de música que nos vamos a encontrar en el primer trabajo largo del boricua en referencia a lo permanente de sus cortes, Bad Bunny ha conseguido exponer una versatilidad y amplitud de miras dentro del estilo sin parangón hasta el momento. Tomando de aquí y de allá para componer su trabajo, Benito ha impregnado el disco con influencias tan variadas como el synth-wave (Otra Noche En Miami) o el punk-pop (Tenemos Que Hablar), dentro de un concepto pop que abraza sus raíces latinas sin complejos cuando accede al reggaeton, la bachata o el dembow de una manera muy dispersa y volátil. Pero la sorpresa no viene únicamente desde el apartado estilístico de su música, Bad Bunny ha ampliado también los conceptos líricos rompiendo las barreras para renovar y añadir temáticas sociales y políticas en temas como RLNDT (en la que nos recuerda el caso de Rolandito Salas, a través de la reflexión interna, todavía sin resolver prácticamente 20 años después de su desaparición) o Ser Bichote (en la que cuestiona en una de sus frases el supuesto cierre de escuelas por parte de la Junta de Control Fiscal del país).

Continúa la fiesta

Obviamente no podía omitir su faceta más fiestera y bailable con temazos de la talla de 200 mph (en la que colabora el DJ/productor estadounidense Diplo), La Romana (junto a El Alfa), la descomunal Caro(en la que se comenta se puede escuchar la voz de Ricky Martin hacia el final del corte) o Cuando Perriabas, un tema que es un auténtico pepino. Faceta que explota en muy pocas ocasiones dentro del trabajo confirmando un carácter reposado, nostálgico, introspectivo, vulnerable, heterodoxo, sincero y reflexivo sin dejar de lado ese magnetismo y ese carisma que lo ha caracterizado siempre. Producido prácticamente al completo por ese joven beatmaker puertorriqueño conocido como Tainy,  los ritmos que nos encontramos en el disco sobresalen con personalidad propia confiriéndole al trabajo una solidez y variedad capaz de dejarte con la boca abierta en la mayoría de los casos.

Sin necesidad de contar con sonados colaboradores para redondear el disco, tan sólo faltaría por enumerar su anecdótica colaboración con Drake en Mía que ya había salido como adelanto, es impresionante comprobar cómo Bad Bunny aguanta el tirón prácticamente a solas en los 15 cortes y 53 minutos en los que se resume el trabajo. Un trabajo que pide a gritos la repetición en bucle sin que por ello se resienta lo más mínimo sino más bien todo lo contrario. ¿Resultado?, esto es un grower de manual con el que llegar cada día más lejos en su afán de gustarte y sumergirte en el personal universo de Benito. Envuelto en un concepto renovador y progresivo dentro del estilo que no deja nunca de sorprender, quizás el tema más significativo, importante y revelador del disco sea Solo De Mi, otro corte que ya había presentado como adelanto, en el que representa su personal crítica contra la violencia de género a través de un tema y un vídeo que no deja a nadie indiferente. 

X100PRE está llamado a ser un game-changer por derecho propio significando un antes y un después tanto para el estilo como para la carrera de un artista que se ha revelado como uno de los traperos con mayor conciencia social, inquietudes musicales y versatilidad de la actual escena urbana internacional. La vida está llena de sorpresas y X100PRE es una de las más agradables e inspiradoras que te puedas encontrar en el ámbito musical actual. Una pena que el disco saliera una semana antes de finalizar el año, estoy seguro que de haberlo presentado tan sólo un mes antes hubiera estado en las listas con lo mejor del 2018 en más de una publicación especializada.